Luego de que el pasado 19 de noviembre el Senado de México aprobó despenalizar y regular el consumo personal lúdico de la marihuana en todo el país en lo general, se estaría contemplando un impuesto especial al cannabis.
Según un estudio del Instituto Belisario Domínguez del Senado, los recursos obtenidos podrían ser destinados a desincentivar su consumo, así como tratamientos médicos y para la atención de las adicciones, similar a otros países.
En el documento titulado “Algunas experiencias internacionales en materia de impuestos al cannabis”, elaborada por el investigador José Luis Clavellina Miller, señala que, a parte de las licencias y permisos para comercializar el producto, en otros países se han aplicado impuestos especiales que se basan en el precio del producto, precio y/o potencia de la sustancia.
Por ejemplo, señala que en Estados Unidos, los gobiernos locales tienen una incidencia importante tanto en materia de regulación como en el diseño y tasas de impuestos aplicados a las actividades relacionadas al cannabis.
También destaca que en el diseño de los impuestos al uso de la marihuana debe tenerse en cuenta el grado de complementariedad y sustitución con otros bienes como bebidas alcohólicas y tabaco. Los aspectos anteriores permitirán una adecuada estimación de los ingresos fiscales que se pueden obtener.
Asimismo, señala que es necesario que se consideren que los impuestos y controles de precios que se establezcan sean delineados para que no terminen incentivando a los consumidores abastecerse en el mercado ilegal ni a aumentar su consumo.
Finalmente, en el estudio se dice que la participación de los gobiernos estatales en la regulación y diseño de la estructura de impuestos al cannabis podría ser analizada por las entidades federativas de México, a fin de establecer tasas de impuestos estatales, para que se pueda hacer frente a los problemas relacionados con el consumo del cannabis en el ámbito local.
Cabe recordar que en el documento aprobado por lo general en la cámara alta señala que se podrán tener hasta ocho plantas de cannabis psicoactivo por persona, las cuales deberán permanecer en la vivienda o casa habitación de quien la consume para su uso personal. Además, cada persona podrán llevar hasta 27 gramos. La medida también incluye la creación del Instituto Mexicano para la Regulación y Control del Cannabis, que será un órgano desconcentrado de la Secretaría de Salud. Asimismo, se regula su comercialización e incluso su exportación e importación.
El momento fue considerado histórico por todos los legisladores de todos los partidos políticos representados en el Senado. La era de las prohibiciones, en un país como México que ha sido golpeado fuertemente por el narcotráfico y la violencia que éste ha provocado, dio el primer paso rumbo a un cambio radical.
Sin embargo, algunos analistas advierten que la legalización de la sustancia solo tendrá un impacto marginal en las bandas de narcotraficantes, debido a que actualmente el cannabis representa solo un pequeño porcentaje de las ganancias de los grupos criminales, cuyas principales fuentes de ingresos son la cocaína, las drogas sintéticas como el fentanilo y el robo de gasolina. O incluso les deja más el cobro de piso, actividad en la que los criminales extorsionan de manera generalizada a pequeñas empresas en todo el país.
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