Sin invitación a la inauguración y reacio a criticar a Trump: así comienza AMLO su relación oficial con Biden

El exembajador de Estados Unidos en México, Anthony Wayne, platicó con Infobae sobre los escenarios en los que se desenvolverá la relación de ambos países

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Tramo de una nueva valla
Tramo de una nueva valla fronteriza entre EEUU y México en Ascensión, México (Foto: REUTERS/José Luis González)

El demócrata Joe Biden, de acuerdo a lo establecido en la Constitución de Estados Unidos, asumirá la presidencia de ese país este 20 de enero. Todo esto una vez que desde en diciembre se hizo oficial su victoria en las elecciones celebradas el pasado mes de noviembre.

Fuera de ese país, el más interesado en el futuro gobierno de Estados Unidos sin duda es México. Y no es para menos. No solo es su vecino del sur, su vínculo también incluye una fuerte relación en temas humanitarios, como la migración; económicos, como el nuevo tratado comercial (T-MEC); de seguridad, como la cooperación en temas de narcotráfico. Además de los 60 millones de hispanos que hay en Estados Unidos, 36 son mexicanos. Mientras que el territorio azteca alberga a un millón y medio de ciudadanos estadounidenses.

“Consideramos que no vamos a tener ninguna diferencia, no vamos a tener problemas, no va a haber pleitos con el presidente Biden. Tenemos que ponernos de acuerdo, tiene que haber entendimiento. No podemos ser vecinos distantes. Tiene que haber una política de buena vecindad”, señaló este jueves el presidente Andrés Manuel López Obrador, aunque también dio a entender que no acudirá a la toma de poseción del demócrata, “no tengo invitación y he decidido salir poco”.

Sin embargo, ciertas posturas y decisiones que el mandatario mexicano ha tenido –desde la campaña presidencial estadounidense hasta la próxima toma de posesión– han despertado críticas y preocupación sobre la manera en la que Joe Biden tratará a México una vez que tome la presidencia.

La más reciente, la reacción del presidente de México ante los disturbios en el Capitolio de Estados Unidos, protagonizados por los seguidores de Donald Trump, que dejaron como saldo a una mujer fallecida. Mientras los gobernantes de países como Alemania, Israel y Canadá, u organismos como la ONU y la OTAN, consideraron estos hechos como lamentables e incluso “un ataque en contra de la democracia”, el gobierno mexicano optó por intentar quedarse en la neutralidad.

(Foto: REUTERS/Leah Millis)
(Foto: REUTERS/Leah Millis)

No vamos a intervenir en estos asuntos que corresponden resolver, atender, a los estadounidenses. Esa es nuestra política, eso es lo que puedo comentar. Siempre es muy lamentable el que se pierdan vidas humanas (...) Siempre hemos buscado que todos los conflictos se resuelvan mediante el diálogo, la vía pacífica (...) Por lo demás, no tomamos postura”, declaró López Obrador en su habitual conferencia matutina.

Otra controversial decisión ha sido la reciente oferta de asilo político que AMLO le hizo al fundador de Wikileaks, Julian Assange, luego de que Reino Unido –donde se encuentra encarcelado– se negara a extraditarlo a Estados Unidos, donde enfrenta cargos por difundir documentos sobre las guerras en Irak y Afganistán.

(Foto: Cortesía Presidencia)
(Foto: Cortesía Presidencia)

Algunos expertos en relaciones internacionales advirtieron que ese ofrecimiento solo abría un frente con la entrante administración demócrata. Para otros, lejos de ser algo de último momento, es un tema que muy seguramente ya se había tratado con las autoridades de su vecino del norte.

“Probablemente hasta un diálogo de alto nivel porque esto no puede darse de la noche a la mañana”, explicó a Infobae Adolfo Laborde, doctor en Ciencia Política por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), detallando que todo esto podría ser una estrategia “que de alguna manera rompe con la presiones internacionales hacia Reino Unido, hacia el propio Estados Unidos”, a fin de evitar la presión política entre esos países que discuten la posible extradición del ciberactivista, táctica que se usaría “a fin de tener una relación menos tensa, de reducir la presión, y México se apega a esta tradición”.

Otra polémica decisión: la solicitud del beneplácito para el nuevo embajador de México en Estados Unidos, Esteban Moctezuma. Y es que el gobierno mexicano, contrario a lo que se creía, no esperó 15 días más a hacer este requerimiento al gobierno de Biden, sino que este mismo 6 de enero, lo solicitó al todavía gabinete encabezado por Donald Trump.

Aunque definitivamente la postura que más inconformidad y advertencias de todo tipo despertó fue la decisión del presidente López Obrador de no felicitar a Joe Biden por su victoria presidencial hasta que el resultado se oficializara. Así mientras decenas de países y organismos internacionales reconocieron el triunfo demócrata a días de los comicios celebrados el pasado 3 de noviembre, México lo hizo más de un mes después.

El presidente de México, Andrés
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, aplaude al presidente de Estados Unidos, Donald Trump (Foto: REUTERS/Kevin Lamarque)

Esa decisión le valió muchas críticas que lo señalaban como irrespetuoso de la democracia de Estados Unidos. No obstante, también había quienes vieron en la decisión de AMLO una manera diplomática de manejarse.

En entrevista con Infobae, el exembajador de Estados Unidos en México (2011-2015) Anthony Wayne, señalaba que esa postura reflejó “el enfoque que ha adoptado el actual gobierno de México en sus relaciones con la administración de Trump desde que (AMLO) llegó al poder. No quieren adentrarse en una disputa con la administración de Trump (...) México trata de ser precavido basado, entiendo, en la importancia que le representa trabajar con Estados Unidos, quien sea que esté en el poder”.

El diplomático, de hecho, no vio una reacción negativa por parte de Joe Biden. Por el contrario, aseguraba que el demócrata entendió la importancia de la estrategia con la que se maneja México en su relación con Estados Unidos, e incluso refirió que a largo plazo eso conduciría su acercamiento con la administración mexicana.

Y la visita que hizo López Obrador a Washington en julio de 2020, con motivo de la puesta en marcha del T-MEC (su primer y único viaje al extranjero desde que es presidente), también provocó la indignación de quienes veían esa acción como un espaldarazo al republicano quien se encontraba en la campaña presidencial.

No obstante, los demócratas en México descartaron ver eso como algo negativo. De hecho, Lori Smith, representante demócrata en ese país, comentó a Infobae la víspera de la jornada electoral de EEUU: Para Joe Biden la relación con México es muy importante, y lo va a seguir siendo”.

AMLO, Trump y Joe Biden
AMLO, Trump y Joe Biden (Foto: Archivo)

Por su parte, Anthony Wayne profundizó también, en general, en la compleja relación entre ambos países y el futuro de esta con la victoria del demócrata Joe Biden.

En el aspecto económico, destacó que el demócrata colocará las relaciones con México y Canadá en un marco estratégico dirigido a construir asociaciones sólidas a largo plazo. Aunque en un inicio, advirtió, la prioridad de la nueva administración será interna.

Biden tiene la prioridad de ‘reconstruir mejor’ y eso significa invertir más en la economía de Estados Unidos. Y creo que habría oportunidades para una cooperación más estrecha con ambos vecinos a medida que esto avance, en el contexto de hacer que las tres economías sean más competitivas”.

El exembajador también subrayó que Biden no continuará con el famoso muro fronterizo de Trump, recordando que el tema migratorio es otra de las prioridades de su proyecto, que a través de mecanismos más humanitarios, se enfocará en prevenir las grandes oleadas de migrantes antes de que se desborden en las fronteras.

Lo primero, indicó, será atender la situación de los jóvenes contemplados en el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por su sigla en inglés), unos 700,000 inmigrantes conocidos como dreamers (soñadores).

(Foto: REUTERS/Jonathan Ernst)
(Foto: REUTERS/Jonathan Ernst)

Aunque el diplomático rechazó que en todos estos esfuerzos estén incluidos los miles de deportados en los últimos años, salvo “que tengan un caso sólido para demostrar que deberían ser considerados como parte del grupo DACA, pero la mayoría de las personas que han sido enviadas a casa no parecen caer en esa categoría”.

Mientras que en temas de seguridad, el exembajador estadounidense en México apostó a una mejor coordinación con los demócratas, indicando que la comunicación entre ambos países y la coordinación en el tema han representado un desafío en los últimos tres años.

“Una lección que deja el arresto del general Cienfuegos y el de Genaro García Luna es que ambos gobiernos necesitan mejorar la forma en que se supervisan a los funcionarios de esas áreas”, haciendo referencia a las autoridades de seguridad que, lamentó, se ven corrompidas por fuertes sumas de dinero o la intimidación de los grandes criminales.

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