Después de entregar roscas de reyes en Villa Progreso, en el municipio de Río Bravo, Tamaulipas, sicarios armados regresaron para entregar juguetes a familias de escasos recursos.
Los hombres se identificaron como miembros del Cártel del Golfo, quienes en comandos arribaron a ejidos y colonias para entregar los obsequios a madres e hijos. Además, algunos hasta se tomaron fotografías con ellos.
Días antes, los mismos presuntos criminales fueron observados entregando regalos a pescadores y a sus familiares en el puerto El Mezquital de Matamoros.
Este martes, en una muestra más de impunidad e infamia, el Cártel del Golfo repartió roscas del Día de los Reyes a familias del puerto El Mezquital. Tamaulipas es la entidad donde fue fundada la facción criminal y sobrevive con sus remanentes desde la década de 1980.
De acuerdo con reportes extraoficiales, fue un convoy del Grupo Escorpión o Los Escorpiones quienes distribuyeron la rosca a familias del puerto donde se localiza una base naval de la Marina Armada de México.
Usuarios en redes sociales reaccionaron con indignación, porque el “regalo” se dio a la misma población que es víctima de extorsiones y secuestros por parte del grupo narcotraficante.
Según se aprecia en tres fotografías compartidas en redes sociales, el grupo de pistoleros entregaba desde la camioneta e, incluso, uno de ellos bajó a posar, como si necesitara comprobar que da el obsequio a una señora.
A principios del confinamiento nacional, en el mes de marzo de 2020, se dio a conocer que supuestos miembros del Cártel del Golfo realizaron la entrega de despensas con productos básicos a la población de Ciudad Victoria, Tamaulipas.
“Cártel del Golfo en apoyo a C.D. Victoria. Señor 46 Vaquero”, se leía en cada paquete. El reparto de provisiones prosiguió en comunidades rurales de Matamoros.
Evaristo Cruz, alias El Señor 46, responsable del envío de despensas, no es operador de la organización criminal en Ciudad Victoria, sino en Matamoros, por lo que los víveres habrían sido un desafío a los narcos de la capital de Tamaulipas, incluso a grupos rivales del mismo cártel de las drogas.
El Cártel del Golfo, que durante décadas controló la llamada frontera chica entre Tamaulipas y EEUU, quedó muy debilitado desde la ruptura en enero de 2010 de su brazo armado, Los Zetas, un grupo criminal fundado por militares desertores que poco después creó su propio cartel. Desde entonces, el sanguinario enfrentamiento entre facciones ha sido constante por el control territorial.
De acuerdo con un análisis del International Crisis Group, los grupos delictivos se aprovechan de las necesidades que viven comunidades vulnerables. Mediante una estrategia para ganarse mentes y corazones, regalan despensas, útiles escolares o pueden habilitar hasta una escuela. Tal como se ha visto en las fiestas decembrinas, pueden organizar posadas, así como obsequiar juguetes, dulces y en este caso, roscas de Reyes.
“Las entregas, que los grupos criminales publicitan en redes sociales, tienen como objetivo generar una mayor dependencia de comunidades particulares y comprar su lealtad frente a fuerzas estatales y grupos no estatales hostiles”, refiere la organización.
A su vez, los cárteles se presentan ante la población como aliados y para ganarse su confianza, regalan bienes básicos, al tiempo que compiten por el reconocimiento, pues en una región determinada puede haber más de una facción. Es decir, usan los obsequios como estrategia de expansión y afrenta a rivales.
La agrupación que fundara Juan García Abrego mantiene una guerra interna entre Los Escorpiones y Los Metros. Los Metros son una facción del Cártel del Golfo con presencia en Reynosa. De acuerdo con versiones periodísticas, fue creada por José Eduardo Costilla Sánchez, El Coss, ex mano derecha de Osiel Cárdenas, con la intención de quitarle el poder a la familia Cárdenas Guillén.
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