La familia García Jiménez, quienes radican en la Ciudad de México, pasaron el peor fin de año. Y es que decidieron vacacionar en Cancún, pero una llamada de uno de sus vecinos interrumpió el sueño al informarles que su casa ubicada en Villa Quietud, de la alcaldía Coyoacán, fue saqueada.
Al regresar de emergencia a la capital del país, en el aeropuerto recibieron otra mala noticia: dos de sus integrantes dieron positivo a COVID-19, pero al ser asintomáticos, decidieron recuperarse de la enfermedad en su domicilio.
Ahí descubrieron que les robaron un automóvil último modelo, seis pantallas de televisión, tres lap top, joyería diversa en oro, 34 mil dólares en efectivo, escrituras del inmueble y otros predios de su propiedad, tal como consta en la carpeta de investigación FICOY/COY-5/UI-3-C/D/0002/01-2021.
Pero si eso no hubiera sido suficiente, los ladrones arrasaron incluso con la despensa que incluía dos pavos, una pierna de cerdo, botellas de vino y utensilios de cocina.
Durante el fin de año, en México y el mundo se reportaron fiestas y actividades masivas de gente que buscaba divertirse en medio de la pandemia por el COVID-19.
Tal es el caso de Playa del Carmen y Cancún, en Quintana Roo, en donde miles de personas se aglomeraron en las calles y bares para recibir el 2021, ignorando cualquier medida sanitaria.
Días antes de los festejos, el gobernador Carlos Joaquín González, estableció una serie de medidas –vigentes hasta el 15 de enero– para reducir el índice de contagios, entre ellas, la prohibición de reuniones de más de 10 personas, cancelación de todos los eventos sociales y uso obligatorio de cubrebocas, lo que no se vio en ninguna de las celebraciones de Año Nuevo.
Aunque la autoridad estatal intentó detener las fiestas, algunas sí se llevaron a cabo, incluso, en la calle. En algunos casos la afluencia de gente fue mucho mayor a lo que podía o debía haber en estos sitios.
El gobernador advirtió que habrá diversas multas, cierres, y clausuras de los establecimientos.
Las escenas se repitieron en otros balnearios del país como en Puerto Escondido (Oaxaca), Puerto Vallarta (Jalisco) y en Nuevo Vallarta (Nayarit).
En los tres casos se llevaron a cabo fiestas masivas en las cuales no hubo las medidas sanitarias recomendadas por las autoridades de salud, como son la sana distancia y el uso de cubrebocas.
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