Este lunes en su habitual conferencia matutina, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ofreció asilo político al informático y periodista fundador de Wikileaks, de nacionalidad australiana y ecuatoriana, Julian Assange, quien es buscado por la justicia estadounidense por la filtración de miles de documentos clasificados entre 2010 y 2011, sobre las guerras de Afganistán e Irak, que dejaron al descubierto actos de tortura y asesinatos de civiles.
“Assange es un periodista y merece una oportunidad. Estoy a favor de que se le indulte, no solo eso, voy a pedirle al secretario de Relaciones Exteriores que haga los trámites correspondientes para que se solicite al gobierno del Reino Unido, la posibilidad de que el señor Assange quede en libertad, y que México le ofrece asilo político, con lo que significa el derecho de asilo en nuestra tradición”, dijo López Obrador.
El mandatario mexicano celebró la decisión previamente anunciada por el Reino Unido: se negaron a la extradición de Julian Assange a Estados Unidos, ya que consideran que debido a su salud mental, correría el riesgo de suicidarse si cae en manos de la justicia estadounidense.
Desde Estados Unidos, la respuesta del Departamento de Justicia fue que estaban “extremadamente decepcionados” por rechazo a extraditar a Assange y aseguraron que apelarán ese fallo.
Y precisamente por ese motivo, el anuncio del presidente mexicano generó polémica enseguida. Expertos en política exterior advirtieron que esta acción abrirá un nuevo frente con el gobierno entrante de Joe Biden –ya había advertencias en esta nueva relación por el tiempo que López Obrador retrasó el reconocimiento a la victoria presidencial del demócrata–. Por ejemplo, el exembajador de México en Estados Unidos, Arturo Sarukhan, quien a través de su cuenta de Twitter tachó ese ofrecimiento de “una locura”.
Pero para otros analistas, los dicho por el presidente López Obrador, lejos de ser algo de último momento, es un tema que muy seguramente ya se había tratado con las autoridades de su vecino del norte.
“Probablemente ya hubo una serie de contactos de alto nivel entre ambas cancillerías para tomar esa decisión” explicó a Infobae México el experto en relaciones internacionales, Antonio Laborde. “No creo que esto haya surgido como un acto de generación espontánea, hay un profesionalismo de la cancillería mexicana que seguramente ya tenía un mapa de riesgos y estaba contemplado... Y probablemente hasta un diálogo de alto nivel porque esto no puede darse de la noche a la mañana”.
El doctor en Ciencia Política por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló también que todo esto podría ser para de una estrategia “que de alguna manera rompe con la presiones internacionales hacia Reino Unido, hacia el propio Estados Unidos”, a fin de evitar la presión política entre esos países que discuten la posible extradición del ciberactivista, táctica que se usaría “a fin de tener una relación menos tensa, de reducir la presión, y México se apega a esta tradición”.
El analista también reiteró lo dicho por el mandatario mexicano: se trata de un tema de tradición que México tiene ante el resto del mundo. Entonces, como ejemplo, recordó el caso del expresidente de Bolivia, Evo Morales.
“En el caso de Evo era un poco más complicado porque su vida corría peligro. No por decir que la del señor Assange no corra peligro, pero en el caso de Evo había una amenaza inminente, una persecución política, para prueba la invasión a su casa, y es parte de la tradición de la que México se jacta”.
AMLO y su aparición en los Wikileaks
Dentro de los cables que fueron revelados por el sitio de Julian Assange, WikiLeaks, se encontraban informas de que el gobierno de Estados Unidos estuvo investigando a Andrés Manuel López Obrador desde el año 2006, aquel en el que perdió su primer intento de llegar a la presidencia de México, frente al panista Felipe Calderón en un resultado tan ajustado que dio lugar a los señalamientos de fraude que en su momento acusó AMLO.
Pero de cualquier manera, señala Laborde, esto es solo una alternativa ofrecida por el gobierno mexicano, y falta saber la respuesta de la otra parte involucrada en una decisión de ese tipo. “El presidente está ofreciendo una salida, pero que las autoridades de Reino Unido acepten es otra cosa. México cumple con esta tradición (de asilo) y eso es relevante ya que es un actor en el terreno del derecho y la cooperación internacional, y se demuestra en este tipo de acciones”.
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