La ola de homicidios que recorre buena parte de Michoacán (al centro oeste de México) tiene la marca de las cuatro letras: CJNG, Cártel Jalisco Nueva Generación, la organización criminal más sanguinaria y peligrosa de México.
La violencia de este grupo delictivo tiene bajo el terror a varias zonas de la entidad, donde hace 14 años comenzó la guerra contra el narcotráfico. En el contexto de las próximas elecciones estatales y municipales, se prevé que algunas se realicen bajo el consentimiento del narco.
De acuerdo a los expertos, a los obstáculos tradicionales como las guerras entre candidatos políticos, se sumará ahora el crimen organizado, que ya es considerado por muchos analistas como un factor de poder en la política.
Eso ha dado lugar a que surja una ola de violencia, principalmente en estados dominados por el cártel encabezado por Nemesio Oseguera Cervantes, alias el “Mencho”.
Michoacán es por ahora el mejor ejemplo de violencia descontrolada en México. El analista senior de Crisis Group, Falko Ernst, afirma que la violencia en la entidad está relacionada con el escenario político-electoral 2021. “El crimen organizado y el Estado no se pueden separar. Como actor criminal, para sobrevivir dependes del acceso al Estado, a sus instituciones, a sus recursos, a la impunidad”, subraya el especialista.
Ernst, conocedor del crimen organizado en Tierra Caliente, sostiene que las autoridades ahora afrontan el reto de proteger a los comicios y los candidatos, para evitar la relación narco-gobierno.
La violencia en Michoacán no es nueva, de hecho, fue de los primeros lugares en exportar marihuana gracias a su fértil tierra. Sin embargo, en 2006 la situación se salió de control y el gobernador del estado lanzó un llamado de auxilio al entonces presidente de México, Felipe Calderón (2006-2012) ante la brutal violencia impuesta por Los Zetas, La Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios. La respuesta del mandatario fue desplegar al Ejército y desde entonces no han vuelto a los cuarteles.
Michoacán es una región estratégica por ser un lugar de paso de la droga y el control del puerto Lázaro Cárdenas en el Pacífico, punto de entrada de los químicos para las drogas sintéticas que han hecho millonario al CJNG.
Hasta ahora, los únicos interesados en frenar al poderoso CJNG en su intento por controlar Michoacán han sido las autodefensas que, según los expertos, se mueven en una línea muy delgada entre quienes defienden legítimamente su pueblo y quienes se vincularon con otros cárteles.
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