Esta semana, niños, mujeres y hombres encabezaron una columna de autodefensas en Michoacán, un estado al centro oeste de México. Las imágenes podrían pasar desapercibidas en una entidad sumergida desde hace varios años en un violento conflicto, pero la fotografía reproducida en redes sociales es una nueva señal de la descomposición provocada por la crueldad del crimen organizado.
Los niños marcharon junto a pobladores del Aguaje para hacerle frente al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) que desde hace varios años opera en la región y mantiene una lucha contra Cárteles Unidos.
El añejo conflicto vivió un nuevo capitulo este martes, cuando una decena de presuntos miembros de Cárteles Unidos retó a través de videos a sus acérrimos enemigos del CJNG.
Estos grupos criminales llevan años en guerra. Una guerra templada, anclada a diferentes intereses políticos, económicos y lícitos. Ruidos a veces, silenciosa otra. La violencia es causada por el narco, pero el problema se hace más complejo por las disputas del control político en Michoacán.
El analista senior de Crisis Group, Falko Ernst, afirma que la violencia en Michoacán está relacionada con el escenario político-electoral 2021. “El crimen organizado y el Estado no se pueden separar. Como actor criminal, para sobrevivir dependes del acceso al Estado, a sus instituciones, a sus recursos, a la impunidad”, subraya el especialista.
Ernst, conocedor del crimen organizado en Tierra Caliente, sostiene que las autoridades ahora afrontan el reto de proteger a los comicios y los candidatos, para evitar la relación narco-gobierno.
El nombre de Cárteles Unidos está íntimamente ligado a los autodefensas de la región michoacana. Y también a la Guardia Nacional. Su supuesto líder, Juan José Farías, alias el “Abuelo”, saltó a los medios por encabezar el movimiento de autodefensas levantado en armas contra los abusos del entonces violento y peligroso grupo criminal, los Caballeros Templarios.
Farías es un hombre originario de Tepalcatepec, Michoacán, identificado por las autoridades como lugarteniente del Cártel Jalisco Nueva Generación.
Según señala un reporte de inteligencia, Farías permitió que el CJNG se infiltrara en Los Reyes, Michoacán. Representó a los “jaliscos” y se convirtió en uno de los máximos operadores.
La ruptura entre el CJNG y el “Abuelo” sobrevino tras el intento de asesinato de un narco de bajo perfil con el que Farías estaba aliado: Miguel Ángel Gallegos Godoy, conocido como el “Señor de Zicuirán”. Entonces, el “Abuelo” cerró Tepalcatepec y le clausuró a sus ex socios jaliscienses la entrada a Apatzingán, Buenavista, Periván y Uruapán. Desde entonces, se han visto envueltos en guerra sin fin.
El inicio de los recientes enfrentamientos se suscitó en noviembre. Una tarde de aquel mes, un grupo de delincuentes de Cárteles Unidos llegó a la zona alta de Tepalcatepec. Videos captados por los mismos sicarios mostraron imágenes estremecedoras. Vehículos blindados, cuerpos tendidos, el interminable tabletear de las armas largas y una estruendosa explosión que anunciaría la muerte de varias personas.
El asalto ha durado varias semanas. Varios días de horror para los pobladores. Hubo muertos y lesionados. Según los medios locales, la mayoría son del bando de Jalisco.
El grupo del “Abuelo”, Cárteles Unidos, aplicó su propio protocolo de seguridad: nadie pudo entrar ni salir.
El 17 de noviembre los accesos a la comunidad Pinolapa, en el municipio de Tepalcatepec, fueron cerrados a través de la destrucción de zanjas, y hubo nuevos ataques.
La flamante Guardia Nacional no apareció, hasta el 3 de diciembre que se registraron choques entre las fuerzas armadas y el cártel de las cuatro letras, en los municipios de Cotija, Tocumbo, Tingüindín y Los Reyes.
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