Adiós a un 2020 caótico: un terremoto de 7,4, un meteorito, huracanes y el día en que el Popo explotó 14 veces

Además de la pandemia de COVID-19 que sacude al mundo, México ha soportado este año los duros embistes de la naturaleza

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La temporada de huracanes de
La temporada de huracanes de este 2020 en el océano Atlántico fue la más activa en 170 años (Fotos superiores: I. Twitter/ D. EFE- Jaime Ávalos. Fotos inferiores: I. Reuters-Tomás Bravo/D. CENAPRED)

El 2020 será recordado por siempre como el año en que el coronavirus noqueó al mundo.

En México, más de 1.193.255 personas contrajeron la enfermedad, y 110.074 perdieron la vida. Y si las cifras resultan desoladoras, el país tuvo que resistir además los envites de la naturaleza, que parecieron aliarse con la pandemia de forma despiadada para crear un cóctel al que no le faltó ninguno de los elementos propios de las películas apocalípticas más inverosímiles.

En este caótico 2020, la República vivió un terremoto de magnitud 7,4; vio explotar al volcán Popocatépetl 14 veces en un día; sufrió la caída de un meteorito; una nube de polvo del Sahara y soportó la temporada de huracanes más activa en 170 años.

Pandemia, sismo, ciclones tropicales, meteorito, inundaciones y explosiones volcánicas parece mucho más de lo que se puede soportar en un solo año. Pero por suerte, el 2020 ya inició la cuenta atrás, y el 2021 llega con dosis renovadas de esperanza, y con el consuelo de que es difícil que sea peor que el anterior. Aquí recordamos algunos de los fenómenos naturales que azotaron al país este año.

El día en que el Popo explotó 14 veces

El volcán Popocatépetl tuvo una explosión la madrugada del 5 de junio

El pasado mes de junio, el volcán Popocatépetl mantuvo en vilo a las autoridades.

En solo 24 horas, entre los días 15 y 16, se registraron 14 explosiones, algunas de ellas con solo minutos de diferencia. Don Goyo, como se le conoce cariñosamente en México, no se calmó después: el martes 17 se produjeron cuatro detonaciones; y el miércoles 18 un total de 9.

En suma, fueron 27 explosiones en 72 horas.

La actividad intensa del Popo inquietó a los habitantes de las poblaciones cercanas a la cima. Durante esos días, el tema generó conversación en redes sociales, y responsables de Protección Civil acudieron en varias ocasiones a la conferencia matutina del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, para explicar las medidas de prevención, y los resultados de los análisis y estudios realizados por vulcanólogos.

En entrevista con Infobae México, el maestro Carlos Gutiérrez, director de Investigación del CENAPRED envió un mensaje de tranquilidad y aseguró que no había motivo para alarmarse, ya que todos los fenómenos observados estaban dentro de lo que se espera en el nivel de alerta que había decretado en ese momento, Amarillo Fase Dos.

“Si bien llama la atención que se concentren en cuestión de horas o de un día las explosiones que reportamos, no significa un cambio radical en el comportamiento del volcán. Todo lo que hemos estado observando está dentro de los márgenes ya conocidos para el Amarillo Dos”, indicó.

Y agregó: “No constituye la antesala de una gran erupción”.

A pesar de que en los meses siguientes el Popo disminuyó considerablemente su agitación, aquel episodio disparó la tensión en las comunidades próximas al volcán, en Morelos, Ciudad de México, Puebla y Estado de México.

El terremoto con magnitud 7,4

Video: Compilación de videos

Era 23 de junio y el reloj marcaba las 10:29 de la mañana, cuando la alerta sísmica tronó en los altavoces de la Ciudad de México.

Los capitalinos tuvieron 62 segundos de margen para desalojar sus hogares, y buscar un punto seguro, antes de que los edificios comenzaran a tambalearse. La multitud se reunió en las calles, nerviosa; algunos llevaban cubrebocas, pero otros, lo olvidaron por las prisas.

El epicentro del temblor, de magnitud 7,4, se registró a 12 kilómetros al sureste de Crucecita, en Oaxaca. Según informó el Servicio Sismológico Nacional, se sintió también en Guerrero, Chiapas, Michoacán, Jalisco, Colima, Querétaro, Morelos, Hidalgo, Guanajuato, Tabasco, Veracruz, Puebla, Tlaxcala, Estado de México y Ciudad de México.

Aunque la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EEUU emitió tras el terremoto una alerta de posible tsunami, las autoridades mexicanas en seguida lo descartaron. En Crucecita, el sismo dejó un saldo de dos personas fallecidas y cinco heridos, de acuerdo a la Coordinación Nacional de Protección Civil.

Hasta las 17:30 del 24 de agosto, se registraron 10,758 réplicas. La mayor ocurrió a las 22:19 horas del 23 de julio, y tuvo una magnitud de 5.7.

Según la Nasa, el territorio nacional se desplazó 45 centímetros tras el movimiento telúrico del 23 de junio.

El mismo día del sismo, una nube de polvo del Sahara

Foto: NOAA - Junio 24
Foto: NOAA - Junio 24 2020

Entre el 15 y el 16 de junio, el Popo explotó 14 veces. El martes 23, un terremoto sacudió a buena parte del país. Y ese mismo día, llegó al sureste de México una densa nube de polvo procedente del desierto del Sahara.

“En efecto, hay una nube de polvo que se desprendió del desierto del Sahara. Básicamente es aire muy seco, muy cálido, que viaja a lo largo de todo el Atlántico. Esas nubes son muy comunes, no es que sea único ni especial. Sin embargo, para el caso que está ocurriendo ahorita, es una nube de polvo bastante densa, que eso es lo que llama la atención. Son muchas partículas, tanto de minerales, aerosoles, en general”, indicó en entrevista con Infobae México el maestro Fabián Vázquez, Gerente de Redes de Observación Telemática del Servicio Meteorológico Nacional (SMN).

Las imágenes satelitales del fenómeno eran impactantes, y en redes sociales se extendió la alarma. Aunque la nube provocó una disminución de la calidad del aire en la Península de Yucatán, no provocó otros efectos adversos. El cielo se vio brumoso y las puestas de Sol se tiñeron de rojo.

La noche en que cayó un meteorito

Así captaron el meteorito que fue visto en Tamaulipas y Monterrey (Video: Twitter)

En la noche del seis de octubre, el cielo estrellado de Monterrey y Tamaulipas se iluminó en la oscuridad.

La luz emanaba de un meteorito de gran tamaño que había chocado contra la atmósfera, y caía hacia México a toda velocidad.

El bólido impactó en el ejido Lázaro Cárdenas, Tamaulipas, después de las 22:10 horas. Poco después, el titular de Protección Civil de la entidad confirmó que el objeto celeste sí era un meteorito.

Cámaras de vigilancia y testigos captaron el momento en que la roca cruzó el cielo. Los videos, realmente estremecedores se viralizaron en redes sociales, y sirvieron para alimentar aún más las bromas y los memes sobre un 2020 apocalíptico. El fenómeno se pudo ver desde algunos puntos de Tamaulipas, Monterrey, Coahuila y Texas, en EEUU.

Se cree que el cuerpo celeste formaba parte de la lluvia de estrellas Dracónidas, que ocurre cada año en los primeros días de octubre, y registra su máxima actividad entre el ocho y el 10 de ese mes.

Las Dracónidas son fragmentos que desprende el cometa periódico 21P/Giacobini-Zinner. Cuando la Tierra cruza la órbita de ese objeto, se encuentra con los restos que quedaron suspendidos en el espacio. Estos colisionan con nuestra atmósfera y se convierten en lo que conocemos como estrellas fugaces.

La temporada más fuerte de huracanes en 170 años

A pesar de que en 2020 soportamos catástrofes naturales de muchos tipos, las que causaron sin duda mayor devastaciones fueron las provocadas por los sistemas tropicales.

La temporada de huracanes del 2020 en el Atlántico batió todos los récords.

En conferencia de prensa, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) informó que este año se registraron en ese océano 30 ciclones, de los cuales 17 fueron tormentas tropicales y 13 huracanes. Es decir, la mayor cifra desde que comenzaron los registros en 1851.

“Por primera vez en la historia se registraron dos huracanes intensos en noviembre, y el huracán Iota fue el primer ciclón tropical con nombre de letra del alfabeto griego, que alcanzó la categoría 5″, indicó Blanca Jiménez Cisneros, directora general de Conagua.

“Se empató el récord de formación de tres ciclones tropicales en un solo día, y es la segunda ocasión en que se tienen simultáneamente cinco o más ciclones tropicales sobre el Atlántico”, agregó.

En el Pacífico, por su parte, también se vivió una temporada bastante activa. Hubo 12 tormentas tropicales, y cuatro huracanes.

El primer ciclón que llegó a México por la cuenca del Atlántico fue la tormenta tropical Cristóbal, que generó lluvias en Campeche, Tabasco y Chiapas entre el 28 y el 6 de junio.

Tras esto, Hanna, golpeó el 26 de julio a Tamaulipas y Nuevo León, y el 3 de octubre, Gamma impactó en Quintana Roo. Las dos fueron tormentas tropicales.

Después, fue el turno de los huracanes Delta y Zeta, que tocaron tierra en Quintana Roo el 7 y el 26 de octubre y dejaron a su paso gran devastación en varios estados de la Península de Yucatán.

Aunque la tormenta tropical Eta no se adentró en el territorio nacional, sus bandas nubosas azotaron el 5 de noviembre a estados del sureste como Tabasco y Chiapas, interactuando con el Frente Frío Número 12 y dejando severas inundaciones.

Debido a la inclemencia de estos fenómenos, durante esta temporada se apoyó a 810,045 familias mexicanas y se destinaron 3.803 millones de pesos (192 millones de dólares) en ayuda humanitaria.

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