Ignacio Páez Soto, Nachillo, El Tío, C-1 o Nacho, antiguo operador de Joaquín El Chapo Guzmán, fue asesinado por un comando mientras se encontraba a bordo de un Volkswagen Passat blanco; le dispararon en más de 50 ocasiones en el estacionamiento de un Oxxo en Caborca, Sonora.
El clan de Los Páez al que estaba asociado Nachillo es sinónimo de poder y muerte en Sonora, formaba parte de una familia ligada al narcotráfico en los últimos 30 años y que ahora operan para Rafael Caro Quintero, quien disputa la plaza a Los Chapitos, hijos de Joaquín Guzmán.
Las autoridades sonorenses confirmaron la identidad de Páez Soto de 47 años, acribillado en la colonia Centro, calle 10, entre las avenidas “L” y “M”. El ex operador del Cártel de Sinaloa se encontraba en el asiento del copiloto de un vehículo modelo 2017, cuando pasadas las 13 horas de este sábado, varios sujetos con armas largas llegaron en una Cherokee y lo acribillaron. La mayoría de los disparos impactaron en el parabrisas.
El Nachillo estaba en compañía de una mujer, quien llevaba a su pequeña de 8 meses; la bebé resultó herida con lesiones menores. Mientras que la madre requirió de atención médica por crisis nerviosa, según reportó la Fiscalía del estado. Los agresores huyeron sin mayor problema y no se han reportado detenciones.
Los últimos informes de prensa sobre Páez Soto, hasta antes de este 26 de diciembre, datan de 2016, cuando le fue fijada una sentencia de 20 años. No se sabe cuándo salió de prisión ni por qué le fueron desestimados los cargos de delitos contra la salud, los cuales quedaron acreditados por la justicia federal el 13 de enero de 2016 bajo la causa penal 30/2014.
En ese entonces fue reportado que se demostró su participación como jefe de plaza en los municipios sonorenses de Caborca, Pitiquito, Altar y Sásabe, entre otros. Desde esos lugares operaba el trasiego de narcóticos hacia EEUU y reportaba directamente al Chapo Guzmán.
Cabe destacar que apenas había pasado una semana de la recaptura definitiva del líder del Cártel de Sinaloa cuando El Nachillo fue condenado. Se encontraba preso en el Centro Federal de Readaptación Social número 12, ubicado en el municipio de Ocampo, Guanajuato, tras ser arrestado por segunda vez el 28 de octubre del 2013.
Pero todo indica que fue liberado, pues la tarde de este 26 de diciembre se encontraba de paseo por Caborca, municipio donde ejerció su dominio en más de una década.
Al sitio donde quedó sin vida arribó personal forense y del ministerio público para las diligencias de Ley correspondientes, como el levantamiento de datos prueba y otros indicios que ayuden a integrar la carpeta por homicidio.
Ignacio Páez Soto fue detenido por primera vez el 15 de septiembre del 2009 en un hotel, por agentes de la extinta Policía Federal; aunque fue puesto a disposición de la entonces Procuraduría General de la República, no resultó procesado. Las autoridades no informaron por qué fue liberado tan rápido, pero se presume que pagó un soborno millonario.
Hasta donde fue informado, Páez Soto era uno de los hombres de mayor confianza de Ismael El Mayo Zambada, líder fundador del Cártel de Sinaloa quien sigue activo al frente de la poderosa facción criminal y nunca ha pisado la cárcel desde mediados de 1980 cuando comenzó en el negocio ilícito.
La segunda captura del Nacho Páez sucedió el 28 de octubre de 2013 en Pitiquito, Sonora. Habían pasado cinco meses de que fuera incluido en la lista negra del Departamento del Tesoro de Estados Unidos debido a sus operaciones para el tráfico de drogas; por lo cual le fueron bloqueadas sus cuentas y se prohibió hacer negocios con él, empresas o representantes vinculados a su persona.
Nachillo se desplazaba a bordo de una Jeep Grand Cherokee blindada, color plata, cuando fue interceptado por las autoridades federales. Junto con él fueron arrestados sus custodios: Reynaldo Alejandro del Río López, El Tongo, y Francisco Ricardo Bermúdez Méndez El Talibán. Le habían seguido la pista por cuatro meses.
A los arrestados les fue decomisado un AK-47, 30 cartuchos, una revólver Colt .38 súper, tres kilos aproximados de marihuana, teléfonos y un Jetta blanco, así como la camioneta blindada.
Era jefe de plaza en el noreste de Sonora. Traficaba droga desde La Jojoba, Los Pocitos, El Cobre, Los Ángeles, El Soñic y San Fernando, todos municipios de Caborca. También se dedicaba a la extorsión (cobro de piso a taxistas y traficantes de indocumentados) y el tráfico de personas migrantes en el corredor Caborca-Santa Ana-Nogales, apoyado de Los Sabori y Los Paleteros.
Páez Soto ascendió como lugarteniente del Cártel de Sinaloa tras el asesinato de su hermano Octavio en abril de 2004. Durante cinco años peleó el control de la plaza contra su primo Luis Fernando Sánchez Páez, alias Lusillo o L-7, quien fue acribillado en Culiacán el 6 de septiembre del 2009; días después ocurrió el arresto del Nachillo y su posterior liberación.
Precisamente, Octavio Páez quedó al mando del llamado Cártel de Sonora porque el líder de esa facción, Miguel Ángel Caro Quintero, hermano de Rafael, fue arrestado en Mochis, Sinaloa, en diciembre del 2001.
Nacho Páez Soto lo mismo trabajaba para El Mayo Zambada que para Manuel Nini Beltrán, de los Beltrán Leyva. Pero cuando ocurrió la fractura entre el Cártel de Sinaloa y los comandados por Arturo Beltrán Leyva, El Barbas (2008-2009), sobrevino una ola de asesinatos, cobrando la vida de tres pertenecientes al clan de Los Páez: Luis Octavio Páez Terrazas, Giovanni Páez y Leonel Páez Benítez.
Miguel Ángel Caro Quintero quedó libre en julio del año pasado, tras sobrevivir a la prisión de máxima seguridad de ADX Florence, en Colorado, donde El Chapo Guzmán paga una cadena perpetua. Mientras que su hermano Rafael se encuentra prófugo tras ser liberado por un error judicial el 9 de agosto de 2013 en el juicio del secuestro y homicidio del agente de la DEA, Enrique Camarena Salazar y el piloto mexicano Alfredo Zavala Avelar, por el que se le impuso una pena de 40 años de prisión.
En los últimos cinco meses, una guerra en Sonora ha mostrado el resurgimiento de Rafael Caro Quintero; videos, narco mantas, publicaciones y asesinatos han sido los indicadores. Tras haber pasado casi tres décadas en prisión, habría vuelto al tráfico de drogas. Fue arrestado en 1985 y pagó parte de su condena, pero la DEA ofrece hasta 20 millones de dólares por datos que lleven a su captura.
Presuntamente, El Narco de Narcos lideraría una célula llamada Cártel Caborca, donde está integrada La Barredora 24/7, brazo armado dirigido por El R, Rodrigo Páez Quintero, sobrino del legendario capo, y Jesús Darío Murrieta Navarro, alias Cara de Cochi, que a su vez tiene vínculos con Los Páez.
Por numerosas narcomantas, ejecuciones y videos, se ha mostrado una disputa contra Caro Quintero encabezada por Los Durangos/Cazadores, vinculados a los Chapitos, hijos de Joaquín Guzmán Loera.
Pero, reportes recientes señalan que el mismo Narco de Narcos ha intentado calmar esa guerra, pues habría sido atizada por El R, sobrino del capo y José Crispín Salazar Zamorano, líder actual de Los Salazar, grupo criminal asociado a los Chapitos.
Sin embargo, por el asesinato de un alto perfil en el Cártel de Sinaloa como Nacho Páez, queda por ver si se trató de la disputa interna en la facción, o fue autoría de miembros asociados al Cártel de Juárez y La Línea, contra quienes se pelea el corredor de droga en la franja de Sonora y Chihuahua, frontera con Arizona, Estados Unidos. También queda pendiente que las autoridades informen por qué un capo condenado a 20 años con delitos acreditados en 2016, volvió a las calles tan pronto.
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