Para el gobierno de Estados Unidos, los cárteles mexicanos son el principal proveedor de drogas y no hay grupos transnacionales que les hagan frente en el trasiego de fentanilo, metanfetamina, cocaína y heroína a través de su frontera suroeste.
Asociadas con pandillas locales, las facciones distribuyen en todo el país, además, se han modernizado para enviar y vender su producto, pero sobre todo, no se detendrán ante nada ya sea que recurran a la violencia o intimidación.
Así lo retoma un informe elaborado por el Departamento de Justicia y publicado este 22 de diciembre, donde se analiza cual es el estado de la policía en EEUU y qué estrategias deben implementarse para reducir el crimen en aquel país. Este documento fue encargado por el presidente Donald Trump el 28 de octubre del año pasado mediante la orden ejecutiva No. 1389.
“Las Organizaciones Criminales Transnacionales (TCO por sus siglas en inglés) mexicanas siguen siendo la mayor amenaza criminal de drogas para los Estados Unidos, y ninguna otra organización está posicionada para desafiarlas”, refiere el capítulo 8 apartado 3, sobre el tráfico de narcóticos.
De acuerdo con el estudio, las pandillas se involucran y expanden las operaciones de los cárteles, así como la actividad violenta que acompaña esta dinámica ilegal. Pues sus principales intereses son las ganancias y seguirán adaptándose para producir, traficar y lavar el dinero de la venta de estas sustancias.
En el apartado sobre grupos locales, el Departamento de Justicia alude a que los integrantes superarían el millón, pues datos del Buró Federal de Investigaciones (FBI) señalan que operan alrededor de 33 mil pandillas en EEUU, entre callejeras, de motociclistas y carcelarias. De ahí que los cárteles mexicanos cuentan con una red interna que les ayuda a comercializar la droga en grandes ciudades, pero incluso, en zonas rurales.
En particular, el informe apunta al fentanilo y la metanfetamina, cuya producción puede sintetizarse en laboratorios clandestinos con precursores químicos, lo cual reduce en grado significativo sus costos de producción asociados, comparado con otras drogas vegetales que requieren tierra, agua, tiempo y trabajo de cosecha.
“La metanfetamina y el fentanilo se pueden pasar de contrabando en modestos cantidades dado su desarrollo sintético y, por lo tanto, se pueden ocultar más fácilmente que narcóticos de origen natural, que tienden a ser más voluminosos.
“También se pueden encontrar drogas sintéticas y comprado en la deep web de forma más barata por clientes que utilizan criptomonedas y enviado a través de correo internacional o en consignación urgente”, explica el informe President’s Commission on Law Enforcement and the Administration of Justice.
Esa combinación de bajo costo en la producción, el anonimato en la deep web, los bitcoins, y sustancias más poderosas que las elaboradas de plantas, crean una estructura favorable en el riesgo y la recompensa.
El resultado son las muertes por sobredosis, pues tan solo en 2018, 67 mil 637 estadounidenses fallecieron por adicciones. Al menos dos terceras partes de esos fallecimientos fueron impulsados por el fentanilo, cuyas fatalidades por sobredosis aumentaron 10% en 2017.
De acuerdo con el reporte anual de la DEA publicado a inicios del 2020, el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación son los principales grupos responsables de enviar este narcótico a Estados Unidos.
Mientras que de 2012 a 2018 se triplicaron las muertes por el consumo excesivo de cocaína y, aquellas por metanfetamina, se quintuplicaron. En los últimos años, los fallecimientos por sobredosis de metanfetamina y cocaína aumentaron porque los cárteles mezclan fentanilo con esas sustancias, señala el estudio.
“Las sobredosis de metanfetamina también han aumentado debido al bajo costo, la alta pureza y la alta potencia metanfetamina que los cárteles están traficando en los EEUU. Además, las TCO han estado produciendo medicamentos recetados controlados falsificados (por ejemplo, oxicodona) como una forma de capitalizar la adicción de opioides.
“Estas píldoras falsificadas se prensan con heroína y fentanilo y son prácticamente indistinguibles de las píldoras opioides lícitas”, añade el reporte.
En consecuencia, una “estrategia útil” para desmantelar las empresas ilegales es la confiscación de sus activos, además de que lo incautado puede usarse para reparar el daño a las víctimas.
De 2002 a la fecha, el Departamento de Justicia ha transferido más de USD 8.5 mil millones en fondos decomisados a víctimas de delitos, además, ese dinero se ha reinvertido a través de programas para promover y mejorar la cooperación entre agencias.
Cabe destacar que el gobierno norteamericano justifica su política antidrogas bajo el discurso de salvar vidas y proteger a la población de más delitos, por ello, está seguro en apuntar de forma agresiva para desmantelar a los cárteles mexicanos.
Como muestra de ello aluden a la a Operación Crystal Shield, dirigida por la Administración del Control de Drogas (DEA), cuyos recursos están enfocados en el transporte de metanfetamina en áreas donde se distribuye a granel y luego a nivel nacional. Esta agencia opera en la frontera norte de México, así como en los suburbios de EEUU.
Operación Crystal Shield está concentrada en nueve centros de distribución de metanfetaminas: Atlanta, Dallas, El Paso, Houston, Los Ángeles, Nueva Orleans, Phoenix, San Diego y St. Louis. Más del 75% de la sustancia sintética fue incautada en esas áreas durante 2019. Es decir, se trata de la zona con mayor operación para los cárteles y sus socios.
“Si bien la metanfetamina no es una droga nueva, ha experimentado un resurgimiento preocupante en los últimos años. Fabricada principalmente en laboratorios mexicanos y contrabandeado a Estados Unidos, en los estados al otro lado de la frontera suroeste, la metanfetamina es una droga barata y potente, que crea una combinación mortal”, refirió William P. Barr, fiscal a quien fue encargado el informe.
Ron Parsons, fiscal federal, agregó que esas drogas están directamente asociadas con delitos violentos, por ejemplo, en zonas rurales de EEUU la metanfetamina está presente en casi todas las denuncias de robo, violencia doméstica y homicidios.
Como sugerencias para combatir este problema, el estudio refiere que se debería impulsar una campaña regional activa contra las drogas; los alguaciles deben tener mayor coordinación con fuerzas estatales, principalmente, en la vigilancia de carreteras nacionales, usadas como rutas de trasiego. Además, el Congreso debe discutir sobre las sustancias asociadas al fentanilo; así como crear un lector de matrículas nacional, donde se concentren los datos de otras bases.
Por otro lado, el documento sugiere que el Servicio Postal de EEUU y los servicios privados de paquetería deberían aumentar su capacidad para investigar el transporte de drogas ilegales. Debido a que es el método más común para el envío de narcóticos y no tiene infraestructura tecnológica ni de recursos humanos para rastrear envíos. Por ejemplo, en 2017, fueron incautadas más de 40 mil libras de drogas en esa área.
Desde 1967, apunta el comunicado del Departamento de Justicia, no se elaboraba un estudio similar, cuando fueron encargadas recomendaciones para la administración de Justicia con el presidente Lyndon Baines Johnson. Es decir, hace más de medio siglo. Para su elaboración participaron cientos de personas, más de 200 testimonios individuales y 18 comisionados expertos en aplicación de la Ley, quienes se reunieron más de 50 veces entre enero y julio de este año.
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