En el Estado de México, colindante con la capital del país, las autoridades de Ciudad Nezahualcóyotl han decidido multar con hasta 36 horas de trabajo comunitario a todo aquel que sea sorprendido en espacio público sin tener bien puesto un cubrebocas.
La medida se origina por la urgencia de la administración de dicho municipio para frenar los contagios de COVID-19. Todo esto luego de que, al igual que la Ciudad de México, todo el Edomex regresara al color rojo en el semáforo epidemiológico nacional, es decir, la máxima alerta de nivel de contagio del virus.
Y es que pese a las constantes advertencias que las autoridades han estado haciendo por todo los medios posibles ––hay coches con altavoces que circulas por las calles en ambas entidades recordando a las personas las medidas de protección–– a muchos parece no importarles o no inmutarse el riesgo que les podría representar, a ellos y a sus seres queridos, el contagiarse del nuevo coronavirus.
Mientras los hospitales se ven cada vez más rebasados y el personal médico cada vez más agotado, fuera de los nosocomios las personas siguen llenando comercios, restaurantes; realizando fiestas clandestinas. Y lo peor de todo es que a muchos simplemente ya se les hizo fácil circular sin cubrebocas, objeto que se ha convertido en el elemento indispensable para la nueva normalidad.
Entonces en Neza, donde más desaires a las medidas de seguridad se han registrado, las sanciones administrativas que se han analizado por las autoridades, para todas las personas que no utilicen cubrebocas, pueden alcanzar hasta las 36 horas de servicio comunitario en el municipio. La intención principal de esta medida, más allá del castigo, es hacer conciencia sobre el cuidado de la salud propia y de los demás, así como el entender que de nada sirve portar un barbijo si este no está bien colocado.
Juan Hugo de la Roja, presidente municipal de Nezahualcóyotl, explicó que la vigilancia estará a cargo de los policías municipales quienes al ver que alguien no porta o usa mal su mascarilla, primero les invitarán a usarla –o usarla bien, según el caso–. Si se rehúsan, serán retenidas y se les dará un documento, tipo constancia, para acudir con el juez cívico quien tomará las decisiones en cuanto a las sanciones a otorgar.
“No puedo respirar”, “siento que me ahogo”, son las razones que argumenta la ciudadanía para explicar por qué no utilizan el cubrebocas. Incluso hay algunos que dicen ya ni tener miedo a contagiarse del Covid. “Para mí no existe, para mi existe Dios”, dijo una señora de la tercera edad al programa de noticias Telediario.
Las medidas entrarán en vigor el próximo mes de enero. Mientras que en lo que queda del mes de diciembre se estará recordando a los habitantes de Neza que el uso del cubrebocas es obligatorio y se les informará y difundirá sobre las nuevas penalizaciones por no acatar dicha instrucción.
Entre las actividades que comprenderá el trabajo comunitario se encuentra la limpieza en la vía pública, podar árboles, pintar banquetas y tareas administrativas dentro de las acciones para hacer frente a la pandemia del COVID-19.
Fue el pasado viernes 18 de diciembre que se anunció que Estado de México y la capital del país que pasaron a rojo en el semáforo epidemiológico.
En total, son tres entidades en el país con la misma condición, 24 estados las que encuentran en naranja, tres en amarillo (Veracruz, Tamaulipas y Sinaloa) y dos en verde (Chiapas y Campeche).
En consecuencia, en la Ciudad de México y Estado de México quedaron suspendidas las actividades no esenciales hasta el 10 de enero. Las que mantendrán su operación cotidiana durante estos días son: venta de alimentos, aquellos productos que ya estén preparados únicamente podrán dar sus servicios para llevar o por medio de apps de servicios de entrega, además de servicios de energía, transporte, manufactura y todos los servicios de salud como fabricación, comercialización y venta de medicamentos.
También incluyen dentro de la misma categoría los servicios funerarios, de telecomunicaciones, proveeduría, servicios tributarios, financieros, de seguridad, obra pública y agua.
Hasta el último reporte de las autoridades sanitarias, son 5,039 personas hospitalizadas, de las cuales 1,280 enfermos están intubados. Lo que significa que hay 686 camas disponibles en los hospitales públicos y privados en la Ciudad de México (15.5%) y 365 unidades disponibles en terapia intensiva (22.2%).
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