Jalisco, la tierra mexicana del tequila y la música, es el lugar donde 1,455 personas han sido asesinadas, según cifras oficiales de 2019. También, es el bastión del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), donde su líder Nemesio Oseguera Cervantes, el “Mencho”, se mueve a sus anchas sin temor a ser detenido.
Este grupo criminal, señalado por sus formas despiadadas y violentas, trató de asesinar en 2018 al que fuera fiscal de Jalisco, Luis Carlos Nájera (2013 a 2015), en ese momento secretario del Trabajo local, cuando salía de un restaurante de la ciudad de Guadalajara. El tiroteo dejó dos muertos, quince heridos y recordó que el crimen organizado convive todos los días con 7 millones de habitantes de la entidad tapatía.
El nombre CJNG, también, saltó de inmediato al darse a conocer el asesinato del ex gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval (2012-2015). La administración de este hombre, de melena larga y barba cuidadosamente cortada, estuvo marcada desde un principio por una ola de violencia que quebró a la entidad.
A menos de tres meses de que ganara las elecciones, los criminales le mandaron un aviso a su gobierno: José Jesús Gallegos, un ingeniero y secretario de Turismo en la administración de Sandoval, fue acribillado a balazos mientras viajaba en su auto en Guadalajara.
Dos años después, Javier Galván, delegado del ISSSTE en Jalisco fue hallado muerto abordo de una camioneta, en la icónica capital de Jalisco. Se trató de un ataque directo al funcionario, quien perdió la vida casi de forma instantánea.
La afrenta al crimen organizado
“A los que creyeron que el crimen organizado es la puerta más fácil de salida, muy pronto van a terminar muy mal”. Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, de 46 años, —asesinado este viernes en Puerto Vallarta— nunca ocultó sus ideas. Este ex gobernador estuvo repitiendo esas palabras durante los años más violentos en el estado mexicano de Jalisco.
En 2012, Sandoval se erigió como gobernador de Jalisco, uno de los estados más violentos de México. Así, la entidad tapatía se convirtió en una especie de laboratorio para las ideas más democráticas de Sandoval.
“Ha llegado la hora de un gobierno que escuche y atienda a la gente, debemos iniciar con la política de construcción, de los debates de altura, la pluralidad significa diferencia de ideas pero con construcción en los acuerdos”, señaló durante su toma de protesta.
Durante su gobierno, la violencia del narcotráfico se extendió en el estado y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) se consolidó como la organización criminal más dominante. Las guerras entre los grupos mafiosos testaron la filosofía del entonces mandatario: “van a terminar muy mal”.
En 2016, el narco tuvo un capítulo determinante, cuando un comando secuestró a un grupo de jóvenes que se encontraban en el restaurante La Leche, en Puerto Vallarta, Jalisco. El panorama empeoró al confirmarse que entre las víctimas se encontraba uno de los hijos de Joaquín el “Chapo” Guzmán a quien se lo llevaron miembros del CJNG.
El gobierno de Sandoval, que inició bajo un intenso asedio del crimen organizado, terminó de la misma forma.
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