Por segundo año consecutivo Los Chapitos habrían organizado una posada en Sinaloa, conjuntando esta vez, alrededor de mil personas. Todo era baile y júbilo hasta que arribaron agentes del Ejército para disolver el magno evento en que se habrían de rifar siete autos, así como electrodomésticos.
Con un escenario para diversos grupos musicales, piñatas y juguetes, el convivio comenzó desde la tarde de este miércoles y se prolongó hasta las 01:00 horas de este jueves 17 de diciembre. La posada fue junto a las canchas deportivas de San Diego, localidad perteneciente a la Sindicatura de El Dorado.
Cristóbal Castañeda, secretario de Seguridad Pública de Sinaloa, reportó del hecho que causó indignación, pues el estado, al igual que diversas partes del planeta, vive en situación de emergencia sanitaria por la pandemia del COVID-19. El posible contagio de la enfermedad por concentración de personas no causó ningún temor a tomar parte en la juerga.
“Por redes sociales se detectó una fiesta en la comunidad de San Diego, la @SEDENAmx, @GN_MEXICO_ y PEP de la @sspsinaloa1 acudimos al lugar; exhortamos a la ciudadanía a no realizar este tipo de reuniones y reportar al 911″, publicó el funcionario en su cuenta de Twitter.
Según fotografías y videos compartidos en Facebook, Twitter e Instagram, se aprecia que los artículos tenían una etiqueta con las iniciales JGL, cuyo uso ya ha sido detectado en despensas, billetes, útiles escolares y otros regalos. Esas letras son en referencia a Joaquín Guzmán Loera, El Chapo.
Tras el arribo de la Guardia Nacional, los soldados y policías estatales, algunos emprendieron la huida. Presuntamente, se trataba de capos pertenecientes al Cártel de Sinaloa. Las autoridades no reportaron detenidos, salvo el aseguramiento de los vehículos recién salidos de agencia.
Decenas de cajas apiladas, así como personas que acudían por su regalo, son escenas de diversos videos. Pero los vecinos de San Diego vivieron el tradicional festejo decembrino sin sana distancia. Los músicos, quienes iban en sus propios autobuses, también se retiraron del lugar.
Esta comunidad se ubica 75 kilómetros al sur de Culiacán, capital de la entidad norteña donde domina el Cártel de Sinaloa. Comida, bebida y rifas fueron los presuntos obsequios de Los Chapitos.
En cuanto a los autos, algunos de año modelo 2021 con piñatas enormes en el techo, fueron remolcados, por lo que deberán ser reclamados por sus legítimos dueños. Sobre que la fiesta haya sido organizada por los hijos del Chapo Guzmán, las autoridades no emitieron comentario alguno.
El pasado 15 de diciembre, Óscar Guinto, titular de la secretaría de tránsito de Culiacán, reportó que habían detenido 81 personas por hechos relacionados con el consumo de bebidas embriagantes o drogas y por alterar el orden público.
A finales de 2019, también en diciembre, circularon fotografías y videos con escenarios similares sobre la posada de Los Chapitos. En Aquella ocasión tampoco se reportaron arrestos ni que hubiera sido disuelta por el Ejército.
Actualmente, los hijos de Guzmán Loera se disputan el control del Cártel de Sinaloa con Ismael Zambada García, El Mayo, legendario capo que no ha pisado la cárcel en sus 72 años.
De acuerdo con un análisis del International Crisis Group, los grupos delictivos se aprovechan de las necesidades que viven comunidades vulnerables. Mediante una estrategia para ganarse mentes y corazones, regalan despensas, útiles escolares o pueden habilitar hasta una escuela.
“Las entregas, que los grupos criminales publicitan en redes sociales, tienen como objetivo generar una mayor dependencia de comunidades particulares y comprar su lealtad frente a fuerzas estatales y grupos no estatales hostiles”, refiere la organización.
A su vez, los cárteles se presentan ante la población como aliados y para ganarse su confianza, regalan bienes básicos, al tiempo que compiten por el reconocimiento, pues en una región determinada puede haber más de una facción. Es decir, usan los obsequios como estrategia de expansión y afrenta a rivales.
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