A pesar de que las pruebas para detectar la COVID-19 es un mecanismo de suma relevancia en el control de la pandemia, las empresas o empleadores no pueden obligar a sus trabajadores a realizársela si es que no existen síntomas de la enfermedad, la cual es la única condición para llevar a cabo este proceso, dieron a conocer las autoridades sanitarias.
Durante la conferencia de prensa vespertina, el director general de Epidemiología de la Secretaría de Salud, José Luis Alomía detalló que en los centros de trabajo no se debe pedir la realización de una prueba para detectar el virus SARS-CoV-2 con el fin de poder presentarse a laborar.
El funcionario también aseguró que en los lineamientos desarrollados de la mano del IMSS, así como los emitidos por las autoridades sanitarias federal y locales, no existe la solicitud de una prueba o de un resultado para permitir a las personas el ingreso a su trabajo.
Al respecto señaló que una medida de este tipo sería, “en el estricto sentido de la palabra técnica, inútil”, pues una persona sin signos y síntomas puede ir a hacerse una prueba en este momento y salir negativo, lo cual da una “falsa sensación de estoy bien, no tengo nada y eso puede llevar a relajar las medidas que sí se deben de implementar al interior del ambiente laboral”.
En este sentido explicó que las acciones que se deben cumplir en las oficinas son la sana distancia, el uso de cubrebocas, sobretodo en oficinas donde integran varios módulos o hay más personas, la ventilación constante de las áreas, el acceso a lavabos para siempre mantener una higiene de manos o la presencia de alcohol-gel, los filtros sanitarios al ingreso para detectar a las personas con signos y síntomas.
José Luis Alomía también mencionó que las condiciones para aplicar la prueba son que la persona presente síntomas y no hayan pasado más de siete días desde el primer signo de la enfermedad, pues si no se cumplen esas características, el desempeño de la prueba antigénica disminuye tanto que va a dar como resultado “falsos negativos”.
Por otra parte, Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, informó que las fronteras mexicanas o aeropuertos no implementarán cuarentenas obligatorias a los viajeros que llegan al territorio mexicano, pues no consideran que esta disposición sea un “mecanismo atenuador” ante una pandemia de tales proporciones.
Incluso aseguró que no hay diferencia entre “que vengan algunas decenas o centenas de miles de personas y que pudieran tener la posibilidad de ser portadoras del virus SARS-CoV-2. Aunque viajen 600,000, la proporción que estaría enferma, es una parte muy reducida, porque generalmente las personas viajeras están en buenas condiciones, se sienten bien”.
Sin embargo, ante la llegada de las fiestas decembrinas, López-Gatell fue claro al pedir a la población no organizar fiestas, además de abstenerse de asistir a las mismas, no aceptar invitaciones y llamar a la prudencia a alguien que pudiera pretender organizarlas.
“Evitar el colapso del sistema hospitalario está en tus manos”, concluyó el subsecretario de Salud en un llamado más que forma parte de la tendencia del gobierno federal a delegar la responsabilidad de la crisis sanitaria a la ciudadanía.
La Secretaría de Salud, durante el reporte del 16 de diciembre, dio a conocer que se han registrado 1,277,499 casos de contagios acumulados de COVID-19, además de 115,769 muertes por esta enfermedad. En las 24 horas anteriores al informe hubo un incremento de 10,297 positivos, así como 670 fallecimientos.
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