El miércoles por la tarde, durante la conferencia de prensa COVID-19, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell dio un mensaje que calificó como importante frente a las próximas semanas de festividades.
“A nombre de la comunidad médica de México, de todos los equipos de salud que están en los hospitales y que llevan semanas, meses, casi un año completo, trabajando jornadas extenuantes para protegernos. Son las personas que, sin dudarlo, les hemos llamado ‘héroes’, ‘heroínas’. Están exhaustos, están exhaustas”, dijo el funcionario.
Luego, llamó a la población a ayudarles reduciendo los riesgos y los contagios. Dijo que el “mensaje es el mismo”, seguir las medidas de prevención y evitar reuniones. “No sólo no organizarla, sino abstenerse, no aceptar invitaciones y llamar a la prudencia a alguien que pudiera pretender organizarlas”, explicó.
“Evitar el colapso del sistema hospitalario está en tus manos”, concluyó el subsecretario de Salud.
El llamado forma parte de la tendencia que el gobierno federal tiene de delegar toda la responsabilidad de la crisis sanitaria a la ciudadanía, en lugar de asumir su parte de obligaciones de gobernación.
El ejemplo más destacado es el de las órdenes de restricción a la circulación y a la apertura de comercios. Por una parte, el discurso oficial dice que imponer estas prohibiciones atentaría contra la libertad de los ciudadanos.
El mismo López-Gatell criticó a las personas que las han solicitado. “Tienen la vida resuelta”, dijo de los que aseguran que un confinamiento más estricto sería mejor para controlar la crisis sanitaria.
Lo que no es un tema frecuente en las conferencias matutinas del presidente, ni en las conferencias COVID-19 de las tardes, es el déficit que tiene México en cuanto a medidas fiscales y apoyos directos para la población que sería afectada por las restricciones.
El gobierno federal sí creó un paquete de apoyos fiscales para negocios, pero fueron exenciones mínimas durante la Jornada Nacional de Sana Distancia en abril y mayo.
La cuestión con los subsidios gubernamentales no es que el darlos podría agravar la crisis económica del país, es que México tiene el gobierno que menos dinero ha destinado para apoyar a la población y eso le ha costado la vida a millones de personas que no tienen opción más que salir a trabajar.
Otro de los debates sobre responsabilidad gubernamental frente a la pandemia es el de las pruebas de detección y el rastreo de contagios. El subsecretario de Salud ha dicho en muchas ocasiones que una campaña de detección de contagios a nivel nacional sería “un desperdicio” de recursos.
Para aplicarla el gobierno federal necesitaría realizar millones de pruebas al día, pero la ventaja de estas sería la localización precisa de los focos de contagio. El aislamiento estratégico de los mismos tiene las ventajas agregadas de que la atención para casos graves estaría disponible de forma más ágil y de que el confinamiento sería una obligación de las personas contagiadas o sospechosas.
Con el modelo centinela de López-Gatell, ni los hospitales ni las personas saben quién está enfermo hasta que la enfermedad ya avanzó un poco y se convirtió en una carga para el sistema de salud.
El 12 de diciembre, cuando el presidente López Obrador celebró que los fieles no habían ido a la Basílica de Guadalupe a rendir homenaje a la Virgen, la respuesta del periodista Arturo Ángel resumió la postura opuesta al “está en tus manos” de Gatell.
“Esto (el atrio vacío del templo) es resultado directo de una acción del gobierno e Iglesia: el cierre de la basílica y las calles a la redonda. Y la cancelación de todo acto litúrgico en el templo. No fue solo el “llamado” a no ir.”, escribió en su cuenta de Twitter.
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