Aunque las autoridades ya han anunciado cómo procederán durante la primera etapa de la jornada nacional de vacunación contra el COVID-19 las dudas siguen surgiendo, en esta ocasión ha sido en torno a las comunidades remotas que desde antes de la pandemia han tenido un difícil acceso a los servicios de salud.
Por el momento las 125,000 vacunas (dos dosis) de Pfizer que adquirió México serán para el personal médico de la Ciudad de México y Coahuila; sin embargo, no habían declarado como irán avanzando para cubrir a otro tipo de poblaciones vulnerables como son las indígenas y de escasos recursos que viven en regiones de difícil acceso.
En este sentido, el Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez respondió hasta este 16 de diciembre en conferencia, como las autoridades planean hacerlo.
“Lo que vamos a hacer es lo que tradicionalmente se hace para todas las demás vacunas u otros recursos de la salud pública: a través de brigadas móviles vamos a desplazar el producto y las personas vacunadoras también a las comunidades indígenas, también a las comunidades rurales”, señaló desde Palacio Nacional.
No obstante, el Mtro. Juan Carlos Montoya, experto en logística y cadena de abastecimiento de La Salle, consultado por Infobae México, señaló que también es importante verificar el tiempo de traslado de las vacunas, ya que las zonas remotas están abandonadas desde hace décadas y el paso terrestre es difícil, haciendo que la distribución y cobertura de servicios de salud no sea homogénea.
Respecto al abandono de dichas zonas López-Gatell dijo que “es muy importante recordarlo, la distribución y la cobertura de los servicios de salud en México desde hace muchísimos años, décadas, es muy desigual, hay desiertos de cobertura de salud, hay zonas enteras del país que nunca, nunca han tenido suficiente acceso a los servicios de salud”.
Subrayó que la desigualdad no tiene que ver con la pandemia ni con el trabajo de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador; por el contrario, una de las prioridades de la Cuarta Transformación es mejorar el sector salud y los programas sociales.
Aceptó que será un reto importante durante esta pandemia el llegar a las personas que viven en zonas lejanas y poco urbanizadas.
“Ahora, durante la epidemia de COVID desde luego, los retos importantes son que las personas que viven en zonas remotas respecto a poblados, ciudades, etcétera, tengan acceso a la vacuna”, aseguró.
Según el Mtro. Juan Carlos Montoya, uno de los principales problemas para vacunar a quienes viven en tales zonas es el tiempo de tránsito, puesto que solo se puede acceder vía terrestre y las dosis deben mantenerse en temperaturas frías para conservar su efectividad.
Aunque concordó con López-Gatell en que históricamente las zonas remotas han sido marginadas, en este caso la lejanía no es el único problema para hacer llegar las vacunas.
“La única manera de llegar en muchas ocasiones que es la vía terrestre, en otras ocasiones no hay caminos entonces hay que buscar la manera, pero realmente, la forma de hacerlo llegar (la vacuna) aquí va ser la conservación. El tiempo de tránsito va a ser crucial”, aseveró.
Cabe recordar que las vacunas de Pfizer requieren una refrigeración menor a los 70°C y una vez entregadas estas deben estar en congelación por cierta cantidad de tiempo. Aunque hasta ahora parece que solo dicho fármaco requiere un tratamiento especial, es de señalar que todas las vacunas en general requieren temperaturas que las mantengan frescas.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) las vacunas que son sensibles al congelamiento deben almacenarse a temperaturas entre 2°C a 8°C. Las vacunas producidas con sepas víricas y/o liofilizadas pueden almacenarse a temperaturas entre -15°C y -25°C.
Es decir, de cualquier modo deben tener temperaturas bajas para conservar sus propiedades, situación que hará una carrera contra el tiempo en los poblados lejanos.
“Obviamente tienen un tiempo de vida, si se tiene el equipo especializado pueden extender, pero de lo contrario se contará con días contados, hasta con horas contadas para poderlo hacerlo llegar, entonces yo creo que el reto va estar específicamente en, más allá de los caminos, en hacerlo llegar en una manera en conservación adecuada, y su posible aplicación a las comunidades más alejadas o que no cuentan con la infraestructura, para que se les hagan llegar más rápido las vacunas”, apuntó el experto para Infobae México.
De tal modo, dijo que la mejor estrategia para lograr la tarea es que los tres niveles de gobierno se coordinen y se apoyen de organizaciones e iniciativa privada, “y ver la forma de cómo pueden apoyar con la infraestructura que ya tienen y no nada más no nada más en el sector público”.
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