Para la periodista Peniley Ramírez, la Historia pondrá a cada quien en su sitio y, aún cuando nada está escrito, al menos el ex presidente Felipe Calderón será recordado como alguien que impulsó un discurso bélico en materia de Seguridad Pública.
“Creo que [Felipe Calderón] va a pasar a la Historia como una persona que utilizó este discurso bélico y que puso este asunto de la Seguridad Pública y el combate a través de ciertas estrategias, en las que García Luna fue protagonista, al centro de la política pública y al centro del discurso político”, dijo en entrevista.
El entonces presidente se empeñó en aludir a un conflicto bélico contra el crimen organizado, además de los grupos criminales, aunque en los últimos años se ha desentendido de la palabra. Durante su gobierno, Calderón se enfrascó en una cruzada contra cárteles de la droga que dejó más de 130,000 personas asesinadas y unos 26,000 desaparecidos.
Pero esa disputa entre dos bandos deja de lado una realidad más compleja; por ejemplo, la responsabilidad del Estado en las condiciones estructurales que inducen a jóvenes a enrolarse como pistoleros de un cártel, o que los campesinos cultiven marihuana y amapola en vez de maíz para poder mantenerse; así como los nexos corruptos entre capos y funcionarios para favorecer una industria criminal; además de los negocios derivados de ese conflicto, cuyos beneficiarios han sido proveedores de equipo de inteligencia y armamento.
La reportera no considera que la política de seguridad del ex panista pueda ser definida en términos de una guerra entre malos y buenos, sino como una estrategia militarizada del orden público.
“Yo creo que nunca hubo una guerra contra el narcotráfico, yo creo que este es un término político que mi libro critica, la propia utilización del término y todos los derivados de esa palabra, como el hecho de hablar todo el tiempo de balaceras, ultimados, sicarios, todos esos términos de la colombianización de nuestro lenguaje, pero sí creo que hubo una estrategia militarizada de seguridad que inició en el gobierno de Fox y que sigue hasta hoy”, precisó.
De forma convencional, periodistas, políticos y analistas se han referido a la ola de violencia con Calderón como una etapa de la guerra contra el narco que, no obstante, sus consecuencias y dinámicas son padecidas en la actualidad.
“La Historia pone todo en su dimensión, por su puesto que lo consideramos ahora un antes y un después, a partir de que sí hubo una intención política que es muy clara si uno revisa los discursos de su gobierno, él habla permanentemente de la estrategia, una manera política de su administración, y por ende sí me parece que hay una carga política muy importante en eso que él impulsa a través de García Luna como secretario de Seguridad Pública y que seguimos pagando hasta hoy”, reiteró Peniley Ramírez.
Pese a que los índices de homicidio doloso ya registraban un alza antes de 2006, entre 2008 y 2009 hubo un repunte significativo, lo que indicaba un aumento en la violencia en México. Cabe destacar que la tendencia permanece y ha roto récords en los dos últimos años. Algo reconocido por el actual presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, quien insiste, este tema es una herencia de los gobiernos de Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón.
En su informe por dos años de mandato, López Obrador reportó que de enero a noviembre de este 2020, el homicidio doloso aumentó 3.8%, en comparación con el mismo periodo de 2018; este último año cerró con 34,655 asesinatos y en 2019 se registró el incremento más alto con 35,588 víctimas. En lo que va del presente año, hay registro de 32,882 homicidios dolosos y feminicidios.
Genaro García Luna, funcionario artífice de la llamada guerra contra el narco, ahora está preso en Estados Unidos, acusado de colaborar durante 19 años con cárteles del narcotráfico. Felipe Calderón ha reiterado que no sabía de esos presuntos nexos cuando el “super policía” fue secretario de Seguridad, aunque denuncias en la prensa e indagatorias formales ya habían tomado curso durante su sexenio.
De acuerdo con Peniley Ramírez, en su libro “Los millonarios de la guerra” (Grijalbo 2020), por lo menos había cuatro investigaciones en México de dependencias ministeriales, así como de inteligencia militar que, sin embargo, Calderón pasó por alto.
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