La Cámara de Diputados ha gastado, hasta la primera semana de diciembre, unos 21.3 millones de pesos (casi USD 1.1 millones) en pruebas para detectar COVID-19 en legisladores y trabajadores del recinto de San Lázaro.
Así lo confirmó la legisladora Dulce María Sauri, presidenta de la Cámara de Diputados, este miércoles en una conferencia de prensa. “Hasta el 8 de diciembre, es decir todavía no está incorporada esta última semana, se realizaron 21,970 pruebas con un costo de 21.3 millones de pesos”, aseguró.
“A esto, tenemos que incorporar los datos de este fin de semana”, completó la diputada del PRI (Partido Revolucionario Institucional). “Las pruebas todavía se harán este fin de semana. Se instalarán los módulos porque el personal de Cámara que realiza cierre contables y asuntos administrativos van a seguir entrando en las instalaciones”, detalló.
Adelantó que también se reanudarán las pruebas a partir del 7 de enero, cuando está citada a su primera sesión la Comisión Permanente, el órgano que sustituye a ambas Cámaras del Congreso mexicano durante los recesos parlamentarios.
“No solamente serán para la Mesa Directiva, que no sabemos si vendrán cinco o siete secretarios de la Mesa Directiva, sino a todo el equipo de Servicios Parlamentarios, de Comunicación Social, de Tecnologías de la Información, que hace posibles el desarrollo de la Comisión Permanente, ya sea semipresencial o no”, detalló.
Y es que para Sauri, una parte fundamental para combatir el avance de la pandemia de COVID-19 es la prevención. “Una parte de responsabilidad personal, colectiva, familiar en torno a adoptar estas medidas de prevención para no contagiarnos y contagiar a los demás”, dijo.
Pero también considera que a los tres niveles de gobierno les corresponde “poner una serie de acciones para limitar, propiciar, moderar la concentración de las personas”, ello porque México entró hace unas semanas su segunda ola de contagios y muertes.
Los especialistas consideran que diciembre y enero, debido a las condiciones climatológicas, la temporada de influenza y los nuevos picos de COVID-19, serán los meses más duros desde que el coronavirus llegó a México en febrero pasado.
Por ello, y ante la necesidad de que la Cámara de Diputados continuara con sus labores al ser considerado un trabajo esencial para el país, en San Lázaro se realizan pruebas de COVID-19 desde hace varios meses.
En la Cámara de Diputados ha muerto un legislador, Miguel Acundo del PES (Partido Encuentro Social), en septiembre, pero docenas más se han contagiado, así como trabajadores administrativos, de los cuales 14 han fallecido a causa de esta enfermedad.
Por todo esto, Sauri pidió que las autoridades tomen medidas “que vayan desalentando en forma muy efectiva estás costumbres que nos acompañan siempre en las fiestas navideñas”, las cuales implican desde la salida a hacer las compras hasta la realización de la comida de la fiesta del encuentro familiar y las cenas y reuniones.
“La tercer cuestión, también en esta parte de la prevención, es que las autoridades tienen que poner el ejemplo”, remató Sauri, una de las figuras políticas que mejor y con más rigurosidad han hecho uso del cubrebocas durante las reuniones del Pleno en San Lázaro o en los pasillos de la Cámara de Diputados, así como eventos públicos.
Sauri reveló también que uno de sus deseos para esta Navidad es que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, use cubrebocas en sus habituales conferencias de prensa, para alentar su uso entre la población, y así mitigar el impacto del COVID-19.
“Si me preguntan ustedes por un regalo de navidad que yo pediría, sería ver al presidente López Obrador con un cubrebocas, no subiéndose al avión, sino en una conferencia mañanera”, manifestó la presidenta de la Cámara de Diputados.
“La fuerza moral del presidente pudiera trasladarlo al símbolo del cubrebocas y eso, indudablemente, ayudaría en forma muy importante a legitimar uno de los elementos que tenemos todos en nuestro alcance para cuidarnos y protegernos”, concluyó.
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