El compositor alemán Ludwig van Beethoven cumple 250 años de su natalicio. Nacido el 16 de diciembre de 1770 en Bonn, Alemania. Beethoven fue educado desde temprana edad en la formación musical lo cual lo llevó a convertirse en un gran exponente y prodigio musical. El legado que dejó en todo el mundo marcó un momento único en la historia de la música clásica. No fue hasta después de su muerte en 1827 que fue reconocido fuera de Europa.
Su música rompió fronteras hasta llegar a México a principios del siglo XIX, de acuerdo con Fernando de Jesús Serrano Arias, maestro en musicología, señala que su música empezó a escucharse en 1865. Dos años después en 1867 sus obras empezaron a ser de relevancia y dejaron de ser interpretaciones esporádicas.
El 27 de julio de 1867 la Sociedad Filarmónica Mexicana organizó el primer concierto privado, interpretaron el andante de la Segunda Sinfonía de Beethoven, la dirección fue a cargo de Tomás León y Agustín Balderas.
De acuerdo con Serrado Arias en 1870, el primer centenario de Beethoven, la Sociedad Filarmónica organizó un “Gran Festival Mexicano” que reunía dos conciertos consecutivos donde asistiría el presidente de aquel momento, Benito Juárez y Margarita Maza, su esposa. El programa tenía contemplado el Concierto para violín y el estreno de la Segunda Sinfonía de Beethoven dirigida por Melesio Morales, las fechas programadas fueron el 16 y 17 de diciembre, mismos días en donde otros países celebrarían el natalicio. Sin embargo, los conciertos tuvieron que posponerse por problemas de salud de Margarita Maza.
Fue hasta el 29 de diciembre del mismo año que se realizó la primera audición del programa, la segunda entrega del concierto no se realizó por agravarse el estado de la esposa del presidente de la República. El 18 de enero de 1871 lograron concluir el proyecto del “Gran Festival”
Aquel concierto marcó “un progreso intelectual” del acercamiento con la educación musical y cultural de México. Sin embargo, poco fue el público interesado en obras de este tipo.
A pesar de las pocas imágenes que existen de Ludwig Beethoven, hay una escultura de su rostro que quedó plasmada para la eternidad. A un costado del Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México está la réplica de la figura que guarda el registro del rostro del compositor.
Hecha de bronce negro con basamento de cantera está la figura que representa a dos personajes, en la parte superior se observa un ángel con un porte de superioridad, con una mano que apunta hacia arriba y la otra sosteniendo al segundo personaje, un hombre postrado a los pies del ángel, arrodillado con la mirada viendo al ángel a manera de súplica. En letras color dorado se lee Beethoven y sobre el nombre está el rostro del “Genio de Bonn”. Una figura emblemática que se dice representa su postura del músico con la religión y los tormentos que vivió.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) la estatua fue un regalo de la comunidad alemana a México para conmemorar el centenario del fallecimiento del músico alemán, la escultura fue hecha por Goldenbench, escultor teutón. La inauguración del monumento fue el 17 de septiembre de 1921.
Existe un segundo registro del rostro de Beethoven, el cual fue capturado después de su muerte, antes de realizar los procedimientos necesarios para su velación tomaron el molde de su rostro, en la mascarilla los expertos encargados de esta tarea pudieron observar el desgate y agonía de sus malestares. Actualmente las piezas originales se exhiben en el Museo de Pompas Fúnebres en Viena.
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