La muerte de Rodrigo Peñúñuri conmocionó a la sociedad de Cajeme, Sonora. Sus allegados no daban crédito a la escena y la prensa apuntaba al crimen organizado, cuyos miembros suelen amenazar, secuestrar o asesinar a quienes no pagan extorsión. Hace seis meses, la cabeza del empresario apareció en la caja de su camioneta y el resto de su cuerpo, caído en el asiento del copiloto; ahora, la Fiscalía esclareció que se trató de un suicidio atípico.
Al menos un par de semanas antes de quitarse la vida, Alejandro Peñúñuri buscó a cuánto ascendía la pensión del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) por la muerte de un trabajador. El 5 de junio, un día antes del suceso, el empresario salió de su ruta normal y buscó lugares desolados, según se comprobó con base en datos del GPS de su camioneta.
También investigó qué efectos le causaría algún medicamento en caso de tomarlo. Estaba interesado en conocer la ubicación de la aorta en el cuello y cómo hacer un nudo seguro, de acuerdo con sus consultas en Safari. Ese mismo 5 de junio pasado, el vicepresidente de la Canacintra en Cajeme acudió a una ferretería para comprar la cuerda de polipropileno con grosor de 10 milímetros, usada en su decapitación.
De acuerdo con Claudia Indira Contreras Córdova, fiscal de Sonora, existen solo dos casos de este tipo en Latinoamérica, otro más fue ubicado en España.
En una conferencia a medios este 15 de diciembre, la funcionaria detalló cómo fue que el empresario salió solo de su casa por la mañana y, contrario a su ruta habitual, llegó hasta un sitio donde no había mayor vigilancia, según el seguimiento a la camioneta Toyota Tundra color plata, año 2016.
Para esclarecer la muerte de Rodrigo Peñúñuri se realizaron hasta 88 actos de investigación, incluido el auxilio del departamento de Física de la universidad de Sonora. Se extrajo información del celular de la persona, así como videos de cámaras públicas y privadas que estuvieron apuntando a las vías por donde circuló el empresario aquel 6 de junio de este año.
El conocimiento de su muerte fue a las 08:10 horas. Los primeros en arribar fueron policías municipales de Cajeme. La camioneta se localizó en las calles Bambú y 600, en el valle Yaqui. Un masculino de complexión robusta estaba situado en la cabina y, su cabeza, en la caja.
La ruta hacia la muerte
A las 07:21 horas el vehículo salió del domicilio del empresario; tres minutos después fue ubicado sobre la colonia Casa Blanca. Se dirigió por la calle 200, en dirección al poniente y al llegar a la calle Meridiano, sin pararse, realizó una maniobra en busca de algo o de alguien. Continuó su marcha sobre la misma vía, en dirección al sur, a las 07:34 horas. Pasados cinco minutos, circuló sobre la calle 600 en dirección al oriente, lugar de los hechos.
Para las 07:46, la camioneta se detuvo en la calle Bambú y 600. Después registró un movimiento de 14 kilómetros y se detuvo en la posición final. En su exposición, Contreras Córdova apuntó que ningún vehículo seguía al empresario, algo importante, pues ello sustenta que no había quien le obligara a acudir a donde fue localizado su cadáver. Además, se observó que iba solo, por lo menos, a 14,000 metros antes del último punto en que su recorrido fue captado.
“Un día antes de los hechos, el hoy occiso estuvo buscando lugares abiertos y desolados, una anormalidad en su ruta común que nos pareció importante (...). Salió de la ruta de lo normal, después de haberse analizado un mes atrás cuál era el recorrido común en su GPS”.
El empresario sonorense salía de su casa cada mañana para ir al parque industrial donde trabajaba. Pero el 6 de junio de este año, cambió de dirección y llegó hasta el llamado valle Yaqui.
Apoyada de una pantalla, donde se proyectó una recreación animada, la fiscal indicó que la camioneta se detuvo a las 07:46 de la mañana, frente a un poste de luz eléctrica de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Las maniobras del suicidio atípico
“Observamos en este poste, una cuerda de polipropileno, trenzado color amarillo, con fibras salientes tipo espina, se encuentra atada con cuatro vueltas en la base de un poste de Comisión Federal de Electricidad, la cual tiene adherido en uno de los extremos un cubrebocas quirúrgico, color azul”, mencionó Contreras Córdova.
En el sitio, los agentes periciales observaron una marca de huellas de desplazamiento de rodado de las llantas a lo largo de 38 metros con trayectoria de norponiente a suroriente, entre el poste en mención, hasta el montículo de tierra que hizo un talud para detener al vehículo.
Por los datos recopilados en el GPS y las periciales se pudo determinar que en el poste iniciaron las maniobras de amarre de la cuerda. Para su explicación, la fiscal evitó nombrar al empresario y lo mencionó como “el sujeto activo”, quien se aseguró que el lazo estuviera con un nudo fortalecido.
La funcionaria ministerial detalló que “el sujeto activo” introdujo la cuerda, luego de amarrarla al poste, por la ventana trasera de la camioneta hacia el interior de la cabina. Después, Rodrigo Peñúñuri abordó el vehículo, se colocó en el asiento del copiloto, y se colocó el lazo en el cuello.
“Una vez realizadas las maniobras, el sujeto activo imprime velocidad al vehículo hasta que a una distancia de 31 metros desde el poste donde amarró la cuerda se lleva a cabo el objetivo, ya que en ese punto, la cuerda llega a su estiramiento total y efectiva de forma elástica en retroceso, es cuando el lazo corredizo se cierra en el cuello del sujeto activo”, fue la descripción de Córdova Contreras.
Cuando el empresario aceleró y la cuerda fue tensada, su cuerpo fue jalado hacia atrás; fue entonces que se desprendió la cabeza de su tronco y salió expulsada por la ventana posterior y cayó en la caja.
“En esos momentos también el vehículo efectúa su recorrido en desaceleración hasta quedar de forma estática, recorriendo una distancia de siete metros. Cabe mencionar que dicho vehículo se encontró con el switch en posición de encendido, se encontró también la palanca de cambios en posición de avances”, añadió la fiscal.
La velocidad de la pickup fue de 23.7 kilómetros por hora. La fuerza de tracción mayor a 283 kilogramos, según el dictamen pericial de la universidad de Sonora.
“Valores que caen en los rangos establecidos por distintos autores y que ubican este suceso de manera definitiva como un suicidio por ahorcamiento y decapitación; esto fue lo que sucedió y de alguna manera teníamos la obligación de esclarecerlo, informarlo por la situación que generó en el sentido de zozobra”.
Investigaciones que descartaron el homicidio
Para esclarecer el caso, las autoridades acudieron a la ferretería donde el empresario compró la cuerda. El cajero confirmó que Rodrigo Peñúñuri había pagado con su tarjeta de crédito, además, se verificó la ruta del GPS y los datos coinciden en el día, así como la hora de desplazamiento al local.
Otros datos que permitieron determinar el lugar del suicidio fueron las gotas de sangre salpicadas en el techo de la tapicería de la cabina, así como aquellos rastros en la ventana trasera de la camioneta.
“Es como un estallido, lo cual nos indica que es el lugar donde ocurre el hecho”, añadió la fiscal.
Por otra parte, el resultado de necropsia no arrojó evidencia de algún forcejeo o lucha contra otra persona. Además, las lesiones en el cuello no son de un objeto filoso, sino relacionadas con la cuerda.
“El ser humano, cuando advierte una situación de peligro o riesgo reacciona instintivamente y entonces empieza a tratar de defenderse, con sus manos, tapándose, cubriéndose, para evitar alguna agresión, es algo instintivo. Una de las cosas que hacen los peritos es buscar ese tipo de evidencia, ya sea en uñas, en marcas, en alguna parte de los brazos que haya habido una seña de forcejeo o defensa. No se encontró, no se encontró en el cuerpo inspeccionado”, dijo.
También se observó daño en el asiento del conductor, lo cual es compatible con el “jalón” de la cuerda y la fricción en el cuerpo, por una lesión de unos 70 centímetros en la espalda del sonorense.
Claudia Indira Contreras Córdova reiteró que se trata de un caso atípico, además de un reto doloroso, porque es la pérdida de una vida humana.
De acuerdo con la fiscal, diversos autores han escrito sobre factores que influyen en este tipo de suicidios, entre ellos, la velocidad del vehículo, en un rango de 21 a 24 y hasta 54.4 kilómetros por hora. A su vez, está el tipo de cuerda documentada, que en ocasiones es de nylon, sintética o de acero. La anchura del material es entre los 20 y 50 mm y la fuerza de tracción de 63 kilogramos en adelante.
Suicidio: problema serio y con señales de alerta
Los suicidios son un tema de salud pública en México. Tan solo entre enero y junio de este año se registraron 2,130 casos y 3,665 intentos, mientras que en todo 2019 se presentaron 4,183 casos y 5,464 intentos, según fue expuesto el 10 de septiembre pasado en la conferencia vespertina de COVID-19.
Durante el periodo de confinamiento, de acuerdo con datos de los Centros de Integración Juvenil, incrementaron en 43% los casos de suicidio entre jóvenes de entre 15 y 29 años. Cabe señalar que es la la segunda causa de muerte a nivel mundial, también en dicho rango de edad, según la Organización Mundial de la Salud.
Mientras que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) informó que el 2017, la tasa más alta de suicidio se encontraba en personas de entre 20 y 25 años, con 9.3 por cada 100,000 habitantes.
“Durante las emergencias sanitarias se incrementan los problemas de salud mental o de adicciones, especialmente en personas con alguna problemática conductual o emocional previa. En otros casos, se manifiestan situaciones que perturban la actividad normal, como alteraciones de sueño o apetito, falta de control de las emociones y abuso en el consumo de alcohol”, de acuerdo con Diana Iris Tejadilla Orozco, directora de Normatividad y Coordinación Institucional del Secretariado Técnico del Consejo Nacional de Salud Mental.
En el micrositio https://coronavirus.gob.mx/salud-mental/ se cuenta con materiales de consulta, videos informativos, documentos, técnicas de relajación, medidas de higiene de sueño, violencia, así como orientación sobre los servicios de salud mental, entre otras. También se puede tener asistencia en la Línea de la Vida @LaLineaDeLaVidamx y @LineaDe_LaVida en redes sociales, así como vía telefónica al 800 911 2000.
De acuerdo con el IMSS, sentir ansiedad o tristeza es normal, pero cuando una persona se siente así con frecuencia y llega a pensar en la muerte, existe el riesgo de un suicidio. Por ello hay que desmontar mitos: las personas que hablan del tema no lo hacen solo para llamar la atención, cuando se oyen esos comentarios, deben ser tomados muy en serio.
Por otra parte, no solo se trata de “echarle ganas y sobreponerse”, pues el sufrimiento emocional del suicida no es voluntario, es decir, no basta con la fuerza de voluntad para superarlo y requiere atención profesional.
Igualmente, es falso que todos los suicidas sean desequilibrados mentales, algunas personas tienen trastornos como la depresión, pero sus capacidades están íntegras, por lo cual, su enfermedad es tratable. Es recomendable estar atentos, porque 8 de cada 10 personas que cuentan sus intenciones de suicidio a familiares o amigos, lo cometen.
Si alguien habló de atentar contra su vida o ya lo intentó, es muy probable que vuelva a hacerlo y debe ser canalizado a tratamiento psicológico, como psiquiátrico. Cuando las personas piensan en quitarse la vida no esperan que sea la solución a sus problemas, sino quieren dejar de sufrir. No hay que confundir la tranquilidad como un signo de que el pensamiento suicida ha pasado.
Es falso que estos hechos ocurran por imprevisto, pues la gente da señales para planear su muerte, si esto es detectado, hay que hacerles saber a familiares o amistades que cuentan con apoyo y existen opciones para tratar el padecimiento. Por ello, es muy importante la comunicación y que las personas se sientan acompañadas, para que así afronten sus problemas de forma diferente, por ejemplo, comentarlo a un médico para su canalización.
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