Científicos mexicanos crearon un dispositivo serológico que detecta COVID-19 en minutos y con efectividad mayor al 90%

Se pueden colocar hasta 50 muestras de suero sanguíneo en pequeños pozos y en dos horas arroja los resultados, es ideal para detectar asintomáticos

Guardar
Video: Cinvestav

El buscador especializado en literatura científica y académica Google Académico registra, hasta la segunda semana de diciembre de 2020, más de 1,300,000 artículos relacionados al tema de COVID-19, lo que pone de manifiesto el alto número de investigaciones que se han realizado con la pandemia como eje central.

Las actividades del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) no son la excepción, ya que se están realizando diversos proyectos de investigación en torno a esta enfermedad.

Uno de los más avanzados es el desarrollado en el Laboratorio de Microtecnologías para la Biomedicina, en la Unidad Monterrey, el cual se trata de una prueba serológica para detección de infección por SARS-CoV-2, a fin de identificar personas que hayan tenido la enfermedad COVID-19 y potencialmente las que sean asintomáticas.

De acuerdo con el Dr. José Luis García Cordero, titular del Laboratorio, se trata de un dispositivo con dimensiones menores a las de una tarjeta bancaria que, a través de una innovadora tecnología conocida como microfluídica, miniaturiza la prueba ELISA (la cual es el estándar usada para detectar anticuerpos en la sangre y tiene otras aplicaciones) con el objetivo de reducir la cantidad de muestras y reactivos.

Se pueden colocar hasta 50
Se pueden colocar hasta 50 muestras y el resultado se arroja en dos horas Foto: (Cinvestav)

Además de la reducción de tamaño y ahorro de insumos, la ventaja de este dispositivo de pruebas serológicas es que está hecho a base de un biopolímero, similar al hule, de bajo costo. En el dispositivo se pueden colocar hasta 50 muestras de suero sanguíneo en pequeños pozos y en dos horas arroja los resultados.

El dispositivo cuenta con biosensores, generados en el Cinvestav, encargados de reconocer los anticuerpos (IgG o IgM) producidos por el cuerpo de las personas contra el virus SARS-CoV-2, en particular identifica las proteínas espiga, el dominio RBD, la subunidad S1 y la nucleocápside. De modo que al entrar en contacto las muestras con el biosensor se produce una reacción que es visible a través de un microscopio de fluorescencia, donde es posible identificar los casos positivos a COVID-19.

Este desarrollo puede ser de gran utilidad porque además de detectar casos positivos, puede ayudar a estudiar la respuesta inmune a la enfermedad, o medir el título de anticuerpos una vez que se suministre la vacuna. De aplicarse de forma masiva, estas pruebas pueden ayudar a conocer que porcentaje de la población ha sido contagiada con el virus.

(Gráfica: Jovani Pérez)
(Gráfica: Jovani Pérez)

Durante el desarrollo del dispositivo, el grupo de investigación realizó pruebas de sensibilidad con sueros proveniente de pacientes con COVID-19 y ha mostrado especificidad dependiendo del tiempo de infección. De esa manera se determinó que el dispositivo tiene una especificidad en rangos del 90 y 100 por ciento, de acuerdo con los días transcurridos a partir de la presencia de los síntomas, lo que significa que es altamente sensible.

Hasta ahora, el dispositivo de pruebas serológicas cuenta con una solicitud de patente ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial y los resultados han sido aceptados para su publicación en la revista interacional Lab on a Chip, una de las más importantes de la especialidad. Además, los investigadores tienen la intención de comercializar la tecnología en un futuro a través de una start-up, y acelerar el despliegue de esta tecnología en hospitales del país.

Este proyecto fue financiado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, a través del fondo Proyectos de Investigación Científica, Desarrollo Tecnológico e Innovación en Salud ante la Contingencia por COVID-19, y contó con la participación de los centros de Investigaciones en Óptica (CIO), de Investigación Científica de Yucatán (CICY) y el Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez”.

MÁS SOBRE ESTE TEMA:

Guardar