Más de mil hondureños dejaron sus casas y sus vidas atrás para lograr una meta: llegar a Estados Unidos. Sin embargo, antes deberán llegar a Guatemala y atravesar México en medio de la pandemia de COVID-19 para lograrlo.
De acuerdo con The Wall Street Journal, algunos comenzaron su camino desde la noche del miércoles pasado en San Pedro Sula, otros más los alcanzaron cuando el jueves dio sus primeros rayos del sol.
“Hemos pedido a Dios que nos ayude a cruzar, además, confiamos en que la nueva administración estadounidense nos deje entrar”, dijo al medio Bertha Méndez de 25 años de edad quien habitaba una casa hecha de láminas y cartón, luego de que los últimos huracanes la dejaran sin casa.
“Viajo con otras ocho personas y todos creemos que es una buena oportunidad porque eso (las casas de lámina y cartón) es lo único que dejamos atrás después de haber perdido todo en las inundaciones”, añadió Méndez quien espera llegar a Estados Unidos antes de enero para la inauguración presidencial.
Cabe recordar que el último intento de una caravana de cruzar rumbo al norte fue en octubre, pero esta fue disuelta por las fuerzas de seguridad de Guatemala. Desde entonces, la fuerza de los huracanes Eta e Iota se sumaron a su tragedia de violencia y pobreza. Según organizaciones internacionales los efectos meteorológicos afectaron a más de 4 millones de centroamericanos, de los cuales 3 millones son hondureños.
“No hay nada, mi hermano, todo perdimos”, señaló José Samuel Reyes para la agencia AP mientras caminaba por la noche junto con otras 600 personas rumbo a Guatemala.
El padre Mauro Verzeletti, director de un refugio dirigido por misioneros Scalabrinianos en la ciudad de Guatemala señaló a The Wall Street Journal que los funcionarios del gobierno guatemalteco no están dispuestos a tensar los lazos con el gobierno de Estados Unidos en medio de las expectativas de ayuda financiera de una nueva administración de Biden, por lo que vaticinaba desde el inicio de la movilización que no llegarían lejos.
Pese a que sus intenciones eran claras no pudieron ni cruzar a Guatemala. La agencia Europa Press señaló que ese mismo jueves la Policía de Honduras disolvió la caravana de migrantes hondureños en la frontera de Aguas Calientes, entre Honduras y Guatemala, argumentando que no portan una prueba diagnóstica de la COVID-19 negativa.
“Estamos aquí para orientar a los hondureños sobre las restricciones que está poniendo Guatemala para poder ingresar. Lo que se piden son las pruebas de COVID-19 que son las pruebas PCR”, declaró el comisario de Policía José Ferrufino a la emisora hondureña Radio Progreso. Aunado a esto señaló que tampoco se dejaba a las personas continuar si llevaban menores sin identificar.
Según el citado medio, los migrantes se dispersaron por la zona y muchos buscarán cruzar a Guatemala por “puntos ciegos”, zonas donde no hay vigilancia policial de ninguno de los países.
Del Triángulo Norte de Centroamérica, que agrupa a El Salvador, Guatemala y Honduras, parten de forma recurrente migrantes que huyen de situaciones de pobreza o violencia en sus países. Para llegar a Estados Unidos la caravana debe pasar por Guatemala y después por México.
Según La Jornada, desde finales de noviembre pequeños grupos de menos de una decena de hondureños se han movilizado para intentar salir de su país que los ha dejado con más pobreza tras las inundaciones y fuertes lluvias.
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