Cuatro jugadores murieron y tres más resultaron heridos tras una balacera registrada este domingo en un campo de fútbol anexo al panteón municipal de Uriangato, Guanajuato.
Las víctimas estaban jugando un partido amistoso cuando se desató el tiroteo, varios de ellos cayeron al piso y sobre las escaleras, mientras que otros corrieron hacia las tumbas del cementerio para resguardarse.
Poco antes de las 6:00 de la tarde el servicio de Emergencias 911 comenzó a recibir llamadas en las que reportaban un ataque con varios heridos en la zona deportiva.
Cuando llegaron los paramédicos encontraron a tres hombres sin vida y al menos cuatro más lesionados con impactos de arma de fuego, uno de ellos murió mientras era atendido en la ambulancia.
Los jugadores se habían organizado para jugar un partido amistoso y hacer una carne asada al final del encuentro.
Sin embargo, al parecer tuvieron algunas diferencias durante el juego, y poco después arribó al lugar un convoy de hombres armados que primero realizó detonaciones desde el exterior y luego entró a la cancha para continuar.
Elementos de Seguridad pidieron el apoyo de ambulancias para brindar atención prehospitalaria a los heridos, además tendieron un cerco para la preservación de la escena de los hechos, en donde elementos de la Agencia de Investigación Criminal trabajaron hasta el anochecer.
Lo anterior es sólo un botón de muestra de la violencia que a diario se vive en el céntrico estado mexicano, a pesar de que en agosto fue detenido uno de los criminales más buscados del país: José Antonio Yépez Ortiz, alias el Marro y líder del Cártel Santa Rosa de Lima (CSRL).
La crisis de violencia en el estado mexicano de Guanajuato persiste tras la detención del capo del Cártel Santa Rosa de Lima, en una lucha sin freno para controlar este polo industrial y económico.
Y en efecto, ningún lugar está a salvo en Guanajuato. Los ataques ocurren a plena luz del día en restaurantes, bares, centros nocturnos, taquerías y hasta en velatorios.
Este tipo de agresiones obedecerían a vendettas ejecutadas por el Cartel Santa Rosa de Lima contra integrantes que desertaron con la captura del Marro y se fueron con el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), la otra agrupación criminal que busca controlar Guanajuato, según los expertos.
Al mismo tiempo en el estado han sido desaparecidas 2,369 personas desde el 2009. Durante el mismo periodo, alrededor de 11 años, han sido encontradas, por lo menos, 215 fosas clandestinas.
La problemática incrementó de manera significativa en los últimos dos años: fueron desaparecidas la mitad del total y se localizó el 80% (164) de las fosas.
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