En una hazaña que corona uno de los mejores años de su carrera, Sergio “Checo” Pérez dejó atrás a todos y se llevó el Gran Premio de Sakhir, pasando del último puesto al primero para conseguir su podio número 10, a unas semanas de haberse subido por novena vez en segundo lugar.
El himno mexicano no sonaba en una premiación de la Fórmula 1 desde hace 50 años, cuando Pedro Rodríguez de la Vega se llevó la victoria en Sudáfrica un domingo 7 de junio de 1967, cuando se disputaba la cuarta fecha del año, el GP de Bélgica, en el lado oeste de las Ardenas, a pocos kilómetros del Nürburgring.
En ese año, Geroges Servoz-Gavin confesó un problema de visión que lo obligaba a dejar de correr, mientras Bruce McLaren perdía la vida probando un auto de Can-Am en Goodwood; Pedro y Jo Siffert quedaban como favoritos, luego de demostrar sus habilidades en los Porsche 917K, semanas antes de la carrera de Spa-Francorchamps.
La fecha estuvo rodeada de dificultades, pues la Asociación de Pilotos de Gran Premio estuvo a punto de cancelar la carrera, ante la ausencia de las modificaciones exigidas al circuito, mismas que habían provocado su eliminación como sede del Gran Premio un año antes. Ante esto, Pedro aseguró que no había de qué preocuparse, pues no sería una carrera tan rápida ni larga, como la de los mil kilómetros, en la que todos los competidores habían sobrevivido.
Ickx, Siffert, Ignazio Giunti acompañaron la decisión, mientras Bell, Peterson, Matra y Stewart titubearon sobre su participación. Sin embargo, Rodríguez consiguió que firmaran una petición a los organizadores para que la carrera empezara a las 11 de la mañana o en cualquier otro momento antes de las 3 de la tarde.
Pero cuando preguntaron a los corredores quién haría la carrera en caso de lluvia, sólo el mexicano respondió en sentido afirmativo, asegurando que “no dudaría en correr aun cuando una lluvia torrencial azotara Spa o, para el caso, cualquier otro circuito”.
En los ensayos del viernes, Stewart puso el mejor tiempo y los BRM tuvieron problemas con la caja de cambios; para el sábado, Rodríguez igualó a Jackie, pero en la tarde voló el motor e Ickx lo mandó al sexto sitio de la parrilla.
El domingo, Peterson estuvo a punto de perderse la carrera luego de resistirse al arresto por una infracción de tránsito. Fue llevado a la cárcel, pero Louis Stanley, director de BRM, llamó al Ministro belga del Interior y consiguió su liberación temporal.
A pesar de tener una buena salida, durante la carrera, Pedro se mantuvo detrás del cuarto puesto; hasta que en la tercera vuelta logró superar a Rindt y, en la siguiente, a Stewart. Finalmente, en la cinco y con la misma maniobra, tomó la delantera.
“Nunca había visto a un BRM andar tan bien”, diría Chris Amon después de la carrera quien durante las últimas vueltas, no logró volver a emparejársele.
Pedro ganó por 1.1 segundos y el promedio fue 252.951 kph, el más alto registrado en la historia de la F1.
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