La pandemia del COVID-19 tendrá un impacto del 9% en el Producto Interno Bruto de América Latina y el Caribe, por lo que se espera que además de la crisis sanitaria que se está viviendo, también haya un incremento del 38% de la pobreza.
Así lo indicó el Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón, en su calidad de presidente pro témpore de la CELAC, durante su intervención durante la sesión extraordinaria de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Además, Ebrard Casaubón, aseguró que estas también se deben ver vistas desde una perspectiva de género, ya que esto agudizará la brecha.
“Esto, desde luego, hay que pensarlo en términos de género, en donde va a ser todavía más agudo, y en la desigualdad, o las desigualdades en general, sectoriales y cualitativamente distintas que tenemos en toda América Latina y el Caribe”, expresó.
Aunado a esto, el canciller también agregó que se tiene que tomar en cuenta a las poblaciones más vulnerables dentro de los planes para la recuperación económica.
“Hay que tener en mente qué va a pasar con los adultos mayores, las personas con discapacidad, los jóvenes de bajos ingresos, la agricultura que no está mecanizada ni está en sistemas de riego. Y así pensar también en la desventaja que va a significar el género, se van a agudizar las diferencias de género, y por eso pensamos que se requiere algo mucho mayor, un compromiso con otros alcances”, agregó.
Ebrard Casaubón hizo énfasis en que la recuperación económica podrá llevarse a cabo solamente con coordinación multilateral, con la disminución de intereses en las deudas y programas de financiamiento.
“Por todo eso tenemos que hacer un gran esfuerzo multilateral que implica, en esencia, que los países más desarrollados que tienen la mayor parte de las instituciones financieras y comerciales, por supuesto, decidan y se comprometan para que podamos tener una transferencia de recursos en donde los programas de recuperación económica no sean solamente los que haga cada país de acuerdo a su propio poder económico, sino que efectivamente esté coordinado y haya cooperación entre unos y otros”, insistió.
En otras palabras, el canciller explicó que si no se toma la decisión de compartir recursos, y se reducen los riesgos para los países más pobres, la economía global será la que sufra, a final de cuentas.
“Nosotros pensamos, desde la CELAC, que se debe llegar a un acuerdo respecto a las deudas existentes en los países, dicho de otro modo: más allá de quitas a los intereses se requieren medidas más de fondo para reducir la carga de la deuda, que va a ser todavía más relevante para los países más pobres, los que tienen menos ingresos relativos”, añadió.
A su parecer, es momento de tomar acciones como en el mundo de la salud, para una intervención temprana, y de esta forma evitar una crisis mucho más grande.
“Lo que hemos hecho siempre no va a funcionar, no va a ser suficiente en lo que estamos viviendo ahora [...] es una crisis de gran envergadura, de un gran calado, de un alcance distinto, entonces más vale actuar tempranamente, es lo mismo que sucede con el tema de la salud, si se actúa temprano se tendrán mejores resultados, se evitarían daños”, aseveró.
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