Además de ser terruño de siembra de amapola y marihuana y bastión del CJNG, Jalisco es uno de los estados más peligrosos para ser policías. Este viernes, la Fiscalía del Estado informó sobre el hallazgo sin vida de dos de sus agentes desaparecidos el pasado martes 1 de diciembre.
Los cuerpos de los policías Pablo Pérez Martínez y Pedro Eduardo Jiménez, adscritos al área de investigación de homicidios, fueron abandonados en la colonia Duraznera, en el municipio de Tlaquepaque. Según los detalles, ambos cadáveres se encontraban envueltos en cobijas, al interior de un vehículo Chevrolet Beat con placas JHW-42-28.
Las autoridades aseguraron que los agentes no viajaban en aquel auto, que fue abandonado en el sitio la madrugada del viernes.
El hallazgo fue notificado al Ministerio Público aproximadamente a las 09:00 horas de este viernes. “La Fiscalía inició una investigación relacionada con el asesinato de dos elementos que estaban desaparecidos cuyos cuerpos fueron abandonados esta mañana en calles de la colonia La Duraznera, en Tlaquepaque”, ha informado la FGE en twitter.
Cerca de la escena del crimen existen dos cámaras de videovigilancia que serán analizadas a fin de dar con los responsables.
“En este momento el personal forense así como ministerial se encuentran recabando indicios en el punto y posteriormente los restos de los compañeros serán trasladados al anfiteatro del Servicio Médico Forense en donde les practicarán la necropsia para conocer las causas del deceso”.
Trascendió que los agentes se encontraban realizando una investigación en varias colonias de Zapopan, donde hace unos días fue hallada una fosa clandestina. Las autoridades aún no han informado sobre la indagatoria de las víctimas.
El auto en el que viajaban los policías al momento de su desaparición fue encontrado el jueves; no se precisó en qué lugar.
Jalisco es uno de los estados con más alta influencia del narcotráfico desde la década de 1980, cuando bajo el mando del sinaloense Miguel Ángel Felix Gallardo, el “Padrino”, surgió el Cártel de Guadalajara, que trasegaba ya grandes cantidades de cocaína y marihuana a Estados Unidos. A la postre, en la capital del estado, familias enteras dedicadas al narcotráfico se encumbrarían como los capos más poderosos del país.
Dentro del mapa del narcotráfico, el estado tapatío es un territorio especial y fuertemente codiciado por los cárteles, no sólo por su ubicación geográfica, con 342.93 kilómetros de litoral al Pacífico y frontera a seis entidades: Nayarit, Zacatecas, Aguascalientes, Colima, Michoacán y Guanajuato, sino por la infraestructura carretera que conecta directamente hacia el centro del país en rutas cortas, lo que sumado a sus condiciones físicas facilita los trasiegos de droga o cualquier mercancía.
También porque en la entidad está asentado el tercer aeropuerto más importante del país por afluencia de pasajeros sólo después del de la Ciudad de México y de Cancún; pero el segundo en importancia para el transporte de carga aérea sólo después del capitalino. Las incautaciones hechas en sus instalaciones dan una idea de la incidencia en el trasiego sobre todo de drogas sintéticas.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: