Un grupo de profesores busca la oficialización a nivel nacional de las lenguas indígenas, es decir, que la enseñanza de sus lenguas maternas, cultura y cosmovisión sea parte de los programas de educación pública.
Son originarios de diversos pueblos, de diversas regiones del país, pero se conocieron en la Ciudad de México a través de un programa temporal de enseñanza. Su intención es que las iniciativas locales y transitorias se reúnan en un proyecto federal.
“Llegamos a la conclusión de que es necesaria la oficialización de las lenguas indígenas, es decir, la enseñanza de las lenguas indígenas de todo el país y a todos los niveles educativos, desde preescolar, primaria, secundaria, preparatoria y universidades públicas y privadas”, explica Hermenegildo López Castro en entrevista con Infobae.
Hermenegildo López es mixteco, originario de Pinotepa Nacional, Oaxaca, es doctor en Estudios Mesoamericanos por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y pertenece al grupo de profesores indígenas que se reunió por primera vez gracias a una convocatoria de la Secretaría de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas Residentes (SEPI) de la Ciudad de México.
Su objetivo es convencer al gobierno y a la sociedad mexicana de la necesidad de preservar y difundir la diversidad cultural; de trascender los programas temporales para promover la enseñanza permanente de estos idiomas.
En México existen 68 lenguas indígenas habladas por casi 7 millones de personas. En su propia diversidad, las lenguas nacionales registran 364 variantes lingüísticas, de acuerdo con la Secretaría de Cultura.
“Somos un grupo de ciudadanos que estamos preocupados por la enseñanza de nuestra lengua, porque en nuestros pueblos se está perdiendo, se está muriendo”, manifiesta Hermenegildo. En su originaria Pinotepa Nacional, Hermenegildo pertenece a la última generación de hablantes de mixteco, a pesar de que se trata de la cuarta lengua indígena más hablada en el país.
Karina Flores Amayo es otra de las integrantes del grupo, es socióloga y originaria de Zoquitlán, en la Sierra Negra de Puebla. Ella explica que, si bien los jóvenes entienden el náhuatl, es posible que las nuevas generaciones no hablen el idioma. Para comunicarse con sus familiares mayores (muchos de ellos monolingües), entienden y utilizan el náhuatl, pero en muchos casos la lengua ya no se enseña a los niños.
“Queremos que se impartan las lenguas de forma seria, que los estudiantes se den cuenta de la importancia que tienen las lenguas, los pueblos y las culturas, pero no solo como algo meramente cultural, sino como parte esencial de una sociedad. Finalmente, lo que tienen las lenguas es que transmiten muchas cosas, como valores, y pueden ser una estrategia para disminuir la discriminación y la violencia”, explica Karina en entrevista con Infobae.
Las lenguas contienen valores y principios que pueden ayudar a solucionar muchos de los problemas que aquejan al país, coincide Hermenegildo. Esa es una de las razones por las que es necesaria la oficialización de la enseñanza, pero existen al menos otras dos: disminuir la discriminación hacia los pueblos indígenas haciendo a la sociedad mexicana participe del conocimiento y el respeto a la diversidad cultural, y generar empleos para miles de hablantes que tienen la capacidad de transmitir su conocimiento a estudiantes de los diversos niveles educativos.
“Suplicamos humildemente al Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, que nos regale cinco minutos de su valioso tiempo y nos atienda para platicarle nuestra inquietud”, expresa Hermenegildo.
Su inquietud, o una de ellas, es que la enseñanza de las lenguas sea contemplada como una estrategia de educación pública y no sólo como un programa cultural; que no se realice de forma temporal, a través de “programas que vuelan con el viento”, sino de manera permanente.
“La propuesta es que la enseñanza de las lenguas sea transversal, que no solamente sea la lengua ligada a la cultura, porque podemos aprender muchas otras cosas, la lengua está ligada a las matemáticas, a la geografía”, refiere Karina. La enseñanza de las lenguas es estratégica porque permite entender que la realidad se puede entender de diferentes formas, todas respetables.
El grupo de maestros y hablantes indígenas al que pertenecen Karina y Hermenegildo ha debatido ampliamente cómo se podría realizar su objetivo: se debe iniciar oficializando la enseñanza en los asentamientos históricos, es decir, en los municipios en donde actualmente se hablan las lenguas. Después, poco a poco, la enseñanza se ampliaría a todo el país. Pero para eso es necesario que el proyecto se debata con especialistas en el tema y, por supuesto, con los propios indígenas.
Los profesores consideran que el Estado mexicano tiene una deuda histórica con los pueblos originarios y que una manera de ir pagando esa deuda es ayudar a fortalecer e impulsar su conocimiento. Y eso no hace daño a nadie, puntualizan; al contrario, es invitar a la sociedad a mirar más a fondo y seriamente hacia la ventana de los pueblos originarios de México.
“Muy pocas veces nos preguntan a nosotros, los auténticos indígenas, me refiero a los indígenas de a pie, qué necesitamos, qué nos preocupa. Los que crecimos y vivimos en nuestras comunidades desde chicos, los que aprendimos primeramente nuestra lengua materna y que posteriormente aprendimos el español. Hay esa impotencia, esa tristeza, esa decepción de que no nos preguntan a nosotros qué necesitamos, y es una gran preocupación para nosotros el hecho de que nuestra lengua, nuestra cultura, nuestros valores se pierdan”, concluye Hermenegildo.
La enseñanza oficial de las diversas lenguas que existen en México no solo permitiría que los niños indígenas preserven su cultura, sino que invitaría a aprender a los niños que no pertenecen a ningún pueblo.
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