El manejo adecuado de los residuos sólidos en las grandes ciudades es, sin duda, un gran problema ante el fenómeno de la sobrepoblación en el mundo. Con una visión ecológica y una propuesta estética inspirada en el paisajista Pablo Villasana, el director Omar González Zamudio trae “La Nopalera”(para ver el cortometraje haga click en el vínculo), un documental que presenta al biodigestor, un procesador de basura orgánica que aprovecha los componentes en descomposición de ésta para producir energía.
El biodigestor de la alcaldía Milpa Alta de la Ciudad de México se alimenta de los residuos orgánicos del mercado de mayoristas de la alcaldía donde principalmente producen nopales, de este modo, la basura del nopal es aprovechada para proveer de energía limpia a la zona; sin embargo, el foco del material audiovisual presentado por González Zamudio se desarrolla en el entorno de una comunidad lejos de la mancha urbana de la ciudad más grande de América Latina, donde los paisajes rurales abundan aún en pleno Siglo XXI y la conciencia ecológica de la comunidad destaca por encima del resto de los capitalinos.
Para poder materializar el documental que participa en el décimo Festival Iberoamericano de Cortometrajes ABC (FIBABC) en España, el documentalista contó con el apoyo de Miriam Macías, fundadora del Consejo Nacional del Biogas; Delia Villasana, ambientalista e hija de Pablo Villasana (el paisajista más representativo de Milpa Alta); y del fotógrafo Luis Arias quien atrajo a la estética del documental la visión del paisajista local.
En entrevista exclusiva para Infobae México, Omar González reveló lo que descubrió de la sociedad en la alcaldía, pues la apropiación del biodigestor, apodado por los lugareños como “La Olla de Tamales”, marcó conductas sociales entre todas y todos los interesados en mejorar su comunidad.
Primero admitió lo que aprendió en materia ecológica y dijo durante la plática que “cuando el gas metano se aprovecha, se le llama biogas, pero si no, es el gas metano que expide toda la materia orgánica en descomposición y es 40 veces más contaminante que el bióxido de carbono”.
Ante la presentación del biodigestor, que es totalmente automático y sólo se requiere de una persona para que opere, decidió recorrer las calles de Milpa Alta a bordo del camión de la basura, donde se sorprendió muchísimo de cómo es que la gente coopera para que se cumpla con este fin.
Lo descubrimos subiéndonos al camión de la basura de cómo en Milpa Alta la gente es super disciplinada en separar la basura. Al entregar la basura orgánica ni siquiera la entregan con bolsa porque saben que la bolsa no se la reciben
En cuanto a la apropiación del proyecto ecológico en la alcaldía, el director contó una anécdota, pues le pareció bastante particular el cómo la gente, a través de bromas y chistes, comenzó a aceptar un proyecto de vanguardia.
“Un nombre tentativo para el documental era ‘La Olla de Tamales’, porque cuando llegó el biodigestor, pues como que muchos no sabían y como se parecía a la olla de tamales del tamalero del mercado, la gente decía de broma que el señor se iba a hacer rico de vender tantos tamales”, contó sin reparos para Infobae México.
Retratar esa personalidad del pueblo de Milpa Alta le pareció de suma importancia, pues no sólo esta alcaldía ofrece el proyecto de biogas, también figuran los paisajes rurales, que fue la gran apuesta estética de “La Nopalera”.
Los paisajes de Milpa Alta son muy bonitos y los queríamos dar a conocer, pues muchas personas de la CDMX no conocen la alcaldía
De alguna manera la comunidad se apropió del biodigestor y lo resignificó; no obstante, la importancia de este documental de 12 minutos 21 segundos explica un proceso científico en favor del medio ambiente, señala el problema de los residuos orgánicos y la importancia del aprovechamiento del biogas por medio de proyectos como éste.
Finalmente, González Zamudio adelantó que este cortometraje será presentado en más festivales de talla internacional como el MICAM.
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