La vinculación entre campesinos, industria y prestadores de servicios en México ha promovido la creación de cadenas y rutas colaborativas que disminuyen costos y trayectos e impulsan el consumo local. De esta forma se ha disminuido el impacto negativo sobre los pequeños productores.
Y es que la pandemia por COVID-19 representó una mayor complejidad para los trabajadores que dependen de las actividades rurales y agropecuarias, afectando su producción y distribución debido a la escasez de recursos.
A través de cadenas colaborativas, al menos 100,000 empleos indirectos en el sector agrícola son mantenidos por la Industria Mexicana de Coca-Cola de la mano de instituciones gubernamentales y privadas, impulsando además prácticas de agricultura sustentable.
De acuerdo con el Consejo Nacional Agropecuario, más de 5 millones de pequeños productores podrían verse beneficiados por la creación de cadenas colaborativas con la industria gracias a la vinculación y organización de los procesos productivos y comerciales.
Las cadenas productivas permiten la colaboración entre los campesinos, los productores de materias primas, los transportistas, las comercializadoras y los puntos de venta, de forma que es posible hacer llegar los alimentos a las mesas de los mexicanos. Sin saberlo y sin conocerse, familias y personas trabajan de forma conjunta para fortalecer la economía de los pequeños productores, los comercios locales y del país.
Actualmente, la Industria Mexicana de Coca-Cola invierte 18,500 millones de pesos en productos locales, una inversión 25% mayor a la que hacía en 2018, de acuerdo con el despacho de derecho y economía SAI.
La integración de cadenas colaborativas entre productores e instancias gubernamentales es posible gracias a la industria mexicana. Así lo explica José Cacho, vicepresidente de Cadenas Productivas del Consejo Nacional Agropecuario:
La integración es el factor clave en un sistema de cadenas colaborativas. A través de alianzas con los productores y las instancias gubernamentales, la industria es el facilitador e implementador que integra y genera beneficios para toda la cadena
Durante las últimas décadas, la industria ha evolucionado sus procesos al lograr que las cadenas de valor sean más eficientes y que sus productos lleguen a los lugares más alejados, respondiendo a las necesidades de los consumidores.
Sucede así con gran parte de los productos que provienen del campo y son consumidos diariamente por los mexicanos: las manzanas de Chihuahua, el azúcar de caña de Veracruz, la leche de Jalisco, por nombrar algunos ejemplos de entre miles de productos que son procesados y transportados gracias a la articulación con la industria.
Junto con organismos empresariales, grupos transportistas y miembros de la industria de alimentos, la Industria Mexicana de Coca-Cola mantiene en implementación una cadena de valor que nunca termina, pues al crear un plan integral a largo plazo, en el que se suma a los productores locales, se generan miles de negocios redituables que permiten que todos ganen a través del trabajo conjunto.
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