La austeridad presupuestaria sin perspectiva de género, la priorización de otros programas sociales y las fallas acumuladas de algunas políticas públicas son ejemplos de la incapacidad del Estado mexicano para hacer frente a la violencia contra las mujeres, no sólo durante la pandemia de coronavirus, sino desde antes.
Las medidas de confinamiento y distanciamiento social implementadas para frenar la propagación del virus SARS-CoV-2 han significado un reto para la economía, educación, y para la seguridad en el país, no obstante, algunos sectores han resentido con mayor fuerza sus impactos.
Así pues, las llamadas de auxilio, los asesinatos de mujeres y la violencia familiar se han intensificado. Los datos apuntan que, en abril de 2020, 11.2 mujeres fueron asesinas por día en promedio. Además, de marzo a abril, los homicidios perpetuados hacia este grupo de la población aumentaron 2%; mientras que los asesinatos de hombres se redujeron 0.2%, de acuerdo con el informe Las dos pandemias: Violencia contra las mujeres en México en el contexto de COVID-19, elaborado por la organización Equis: Justicia para las mujeres, la Red Nacional de Refugios y la organización Intersecta.
Por otra parte, el total de llamadas relacionadas con violencia sexual, familiar y contra las mujeres en el cuarto mes del año arrojó un promedio de 143 por hora. Por su parte, La Red Nacional de Refugios documentó un aumento en las atenciones, acompañamientos y orientaciones brindadas entre marzo y mayo, periodo en el se brindó ayuda a 12,710 mujeres, niñas y niños que hicieron uso de llamadas o mensajes de auxilio.
“Finalmente, los registros de marzo de 2020 representan la mayor tasa de apertura de investigaciones penales por violencia familiar desde que el delito comenzó a ser registrado a nivel nacional en 2015”, explica el estudio.
Este análisis acusa que las medidas, estrategias, políticas públicas y autoridades del Estado mexicano no han atendido debidamente la emergencia de violencia en contra de las mujeres.
Cuestiones como la austeridad presupuestaria sin perspectiva de género ni derechos humanos, el debilitamiento, los recortes de recursos destinados a los refugios que atienden a víctimas de violencia, la priorización de otros programas gubernamentales y las fallas acumuladas de algunas políticas públicas, son cinco ejemplos que obstaculizan la atención adecuada a dicho problema.
Aunado a esto, las organizaciones señalan que el uso excesivo del derecho penal para hacer frente a la epidemia de COVID-19, lo que se traduce en más detenciones y encarcelamientos, la militarización y las “pésimas” condiciones de internamiento de las mujeres en prisiones, así como la falta de acceso a la justicia para ellas, son aspectos que elevan el riesgo de que este sector de la población sea víctima de violencia en el país.
No obstante, el problema no es nuevo; antes de que la crisis por coronavirus irrumpiera en México, la violencia en contra de las mujeres ya era una situación de alerta pública. Desde el 2007, los asesinatos de las mujeres aumentaron “dramáticamente”, pasando de ser 1,089 en ese año (una tasa de 2 mujeres por cada 100,000 habitantes) a 3,824 en el 2019.
Entre los años 2000 y 2018, 3 de cada 10 mujeres fueron asesinadas en casa en un contexto de violencia familia, cuestión que si se compara con los hombres, el resultado es de 1 de cada 10:
Desde el 2016 el delito de violencia familiar era ya el segundo delito con más investigaciones penales abiertas por las fiscalías en el país. El único delito con más investigaciones abiertas era el de robo
Mujeres asesinadas durante la pandemia de COVID-19
En abril de 2020 se registraron 337 mujeres asesinadas, según el análisis de Intersecta con base en los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). Este mes es el que se posiciona como el número uno en homicidios a mujeres desde 2015.
El hecho de que aún con la implementación de las medidas de distanciamiento social y confinamiento en casa los asesinatos de mujeres hayan aumentado, demuestra la persistencia de la crisis de violencia en México
Llamadas de emergencia
Asimismo, Interesecta encontró que en el mes de abril de 2020 se registraron un total de 103,117 llamadas relacionadas con violencia sexual, familiar y contra las mujeres, lo que significó aproximadamente un promedio de 143 llamadas por hora.
Si se lleva a cabo una comparación entre el mismo mes con respecto a años anteriores, se puede ver que en este año se han registrado más llamadas de este tipo. Del total, el 57.2% fueron por violencia familiar, el 19.3% por violencia de pareja, el 22% por violencia contra la mujer y el 1.4% por violencia sexual, profundiza el reporte
Específicamente, en cuanto a las llamadas relacionadas con violencia contra la mujer, durante el cuarto mes del año se recibieron 21,722. Son 30, en promedio, por hora.
En cuanto a las llamadas a la Línea Mujeres de la Ciudad de México, si se compara la incidencia de llamadas en mayo de 2019 (968), con las de mayo de 2020 (1,739), el aumento fue del 97 por ciento.
Investigaciones penales abiertas por violencia familiar
Por otra parte, según el análisis de Intersecta, las investigaciones penales abiertas por el delito de violencia familiar también presentaron un incremento.
“Durante el mes de marzo, se registraron 20,232 carpetas de investigación por el delito de violencia familiar abiertas en las fiscalías estatales del país. Esta cifra es mayor en comparación con las investigaciones iniciadas tanto en febrero como en enero de este año. Esta tendencia se mantiene incluso al realizar un contraste con cifras de años anteriores.
De hecho, los registros de marzo de 2020 representan la mayor tasa de apertura de investigaciones penales por violencia familiar desde que el delito empezó a ser registrado a nivel nacional en 2015″, explica la organización.
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