Con más de 104,800 defunciones confirmadas por coronavirus (COVID-19) en México, el titular del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Zoé Robledo, anunció que quienes perdieron a un familiar por dicha enfermedad, podrán recibir un apoyo solidario por 11,460 pesos.
La ayuda económica universal será para cubrir gastos funerarios y podrá solicitarlo cualquier persona que haya sufrido una pérdida a causa del COVID-19, sin importar si se encuentre o no afiliado al IMSS y sin importar su condición social.
Además, los interesados tendrán el plazo de un año, a partir de la defunción, para poder realizar el trámite.
No obstante, aunque la ayuda será para todo aquél que la solicite y requiera, el monto podría no cubrir con lo que las agencias funerarias cobran para llevar a cabo la inhumación o cremación del difunto.
De acuerdo con un balance de precios realizado por la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) en mayo del 2020, los costos de cremación y inhumación varían dependiendo del estado así como de los servicios.
Por ejemplo, en la Zona Metropolitana y Ciudad de México, el precio promedio por una cremación es de 12,285 pesos; el monto máximo es de 20,880 pesos y el costo mínimo es de 6,762 pesos.
Mientras que en Monterrey el costo máximo es de 48,138 pesos, en Villahermosa el máximo es de 29,000 pesos. En Cancún, Mexicali, y Tijuana, el costo promedio de un plan básico de cremación ronda los 19,000 pesos.
Tomando en cuenta lo anterior, las personas podrían tener un faltante de hasta más de 20,000 pesos para resanar sus gatos tras el sensible fallecimiento de un miembro de la familia.
Por otro lado, si los afectados deciden hacer una inhumación en lugar de una cremación, los costos serán diferentes, e incluso mayores.
Lo anterior se debe a que en un servicio de inhumación, la funeraria organiza el velorio y prepara al difunto para darle sepultura. Habitualmente, estas ofrecen distintos planes. El más básico y económico incluye la recuperación y preparación del cuerpo, el arreglo estético, el embalsamiento, el ataúd de madera o metálico y el traslado en carroza al panteón.
Dependiendo del proveedor, el mismo precio podría incluir flores, uso de cafetería, una sala equipada para el sepelio, gestoría, transporte para acompañantes o fosa en el cementerio, sin embargo, ya que no es habitual, lo mejor es verificar antes con el vendedor y asegurarse que no tienen un costo adicional.
Según Profeco, en mayo, el costo promedio para la Zona Metropolitana y Ciudad de México es de 10,768 pesos; el precio máximo es 18,560 pesos y el mínimo es de 4,060 pesos.
Sin embargo, igual que en el caso de una cremación, en las demás entidades los precios varían, siendo Monterrey (19,884 pesos en promedio) una de las entidades con los costos más elevados.
Además, todo lo anterior sería únicamente contando los servicios funerario, ya que los costos para enterrar al difunto en un panteón o colocar las cenizas en nicho funerario también varían dependiendo de la ubicación de los recintos o metros cuadrados que estén por adquirirse.
Por ejemplo, se pueden encontrar fosas desde 30,000 pesos y hasta 310,000 pesos. En el primer caso se trataría de un espacio localizado en el Panteón Municipal de Puebla, por una superficie total de 2.2 metros cuadrados; el segundo es por una fosa dentro del Panteón Francés de San Joaquín 3, en la alcaldía Miguel Hidalgo de la Ciudad de México, con una superficie de 12 metros cuadrados que incluye dos bóvedas.
Aunque el objetivo de este apoyo es “que sea un gesto solidario con las familias que han tenido una pérdida irreparable por la pandemia y que hayan incurrido en estos gastos funerarios, como un apoyo a su economía familiar”, según Zoé Robledo, los costos en el mercado funerario los estarían superando por hasta más de 40,000 pesos (dependiendo de la entidad que vivan los afectados así como de la opción que tomaron los familiares para los restos).
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