Este miércoles en el marco del Día de la Eliminación de la Violencia contra la mujer, una súplica de una madre desespereda cerró la noche de protestas. A nueve meses de la desaparición de su hija Diana Garcia Rivera, de 21 años, pidió ayuda a la ciudadanía para dar con ella, ya que, denunció, no encontró apoyo en las autoridades.
Diana y su acompañante Jorge Luis Kiua acudieron el día 21 de febrero de 2020 al bar Imperio, ubicado sobre la avenida Nichupté, viajaban en un vehículo Tiida Dorado, con placas HFW742, de ahí no se les volvió a ver.
“La que le ha dado difusión en las redes, soy yo, porque la autoridad ha tenido apagado el caso. Yo con la frente en alto busco a mi hija. Ni mi hija ni yo tenemos nada que ver con ningún grupo delictivo” declaró la mujer a los medios presentes en Cancún, Quintana Roo, y dijo que gracias a los testimonios que recabó la familia le indicaron que su hija fue sustraída a la fuerza junto con el hombre que la acompañaba por sujetos armados.
“Ella fue una víctima colateral y yo sé que si es la voluntad de Dios la tendré con vida y si no fuera así yo quiero un cierre, por eso exijo a las autoridades y busco alzar la voz. Y me uní a esta marcha porque he estado sola en esto”, expresó al portal El Universal.
También agregó que las autoridades de la fiscalía han hecho muy poco para esclarecer este caso, y no le han dado la relevancia necesaria, argumenta que quizás “La Procuraduría (Fiscalía) a veces como que tapa las cosas para que la sociedad no se entere, pero si la sociedad no levanta la voz por los demás, las personas privadas de su libertad ya no pueden hablar, no tienen voz, así que los que tenemos que hacer somos sus familiares” sentenció.
La Fiscalía General del Estado de Quintana Roo (FGEQROO) no ha compartido información de avances en el caso, únicamente han vuelto a subir a sus páginas la ficha Alba de la joven.
Dieron a conocer que la joven es de tez clara, cabello castaño oscuro, lacio y largo, de ojos color café con verde y mide aproximadamente 1.60 metros. Pesa alrededor de 66 kilos y tiene un tatuaje azul en en pecho, otro en el brazo izquierdo con el número 1999, otro en la parte superior de la espalda con una O, una G y un corazón, además de un último tatuaje en un glúteo.
Fue en septiembre que esta madre afligida viajó a la Ciudad de México para intentar hablar con el presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, pero no obtuvo respuesta.
Rivera lamentó que su hija –quien cumplió 21 años el pasado 17 de julio- forme parte de los miles de jóvenes que han sido víctimas de desaparición en México, sin que ninguna autoridad se movilice para emprender una búsqueda efectiva para poderlos encontrarlos con vida.
“Ya no hay esa seguridad de que puedan salir un momento a divertirse sin que se expongan a una situación como esta. Mi hija es una víctima colateral de la violencia, son muchos casos en Cancún y la impunidad está a la orden del día”, lamentó en el portal La Jornada.
Aunque Rivera y la familia del otro muchacho desaparecido trataron de poner una denuncia ante la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas del estado de Quintana Roo desde el 23 de febrero, las autoridades les permitieron realizar dicho trámite hasta el 26, y sin que existiera la coordinación mínima suficiente para emprender la búsqueda.
“Estamos dolidos, con coraje, con impotencia, porque ya hay unos vehículos relacionados en el hecho, hay nombres, placas (de los vehículos involucrados) y hasta la fecha no los han citado para que den una declaración. Se ha perdido tiempo crucial en la búsqueda, porque nos citaron hasta el día 26, pero no nos decían en qué departamento estaba la orden de investigación: se tiraban la bolita.
“Fueron tres días perdidos de la búsqueda, donde la Fiscalía no hizo nada, y por eso estamos viendo que la negligencia en la carpeta de investigación se ha dado desde el primero momento en que pusimos la denuncia para la búsqueda con vida”, imploró la mujer.
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