Mario Trejo, bicimensajero de 26 años que laboraba en la Ciudad de México, tenía planeado ir el viernes 6 de noviembre a las pirámides de Teotihuacán con sus compañeros y compañeras de trabajo. Sin embargo, ese mismo día en la mañana le mandó un mensaje a su colega y amigo, Ras Tayén, diciéndole que prefería quedarse en la ciudad para trabajar un poco.
Aproximadamente a la una de la tarde, la unidad de transporte público número 0012514 de la empresa Corredor Peñón-San Isidro, S.A. de C.V. (COPESI) lo arrolló mientras rodaba sobre el Eje 2 Norte e Insurgentes. Ahí dieron inicio una serie de acciones y omisiones que llevaron a la amputación de la pierna de Mario, cuestión que probablemente se pudo haber evitado.
Mario llamó inmediatamente a su esposa, Ameyalli Correa, para que fuera a apoyarlo, pues el percance era de gravedad. Cuando ella llegó, vió desde el desnivel la ambulancia donde estaba Mario a la espera de que llegara la aseguradora del conductor y así poder decidir a qué hospital dirigirse.
Con tal de poder dirigirse a un hospital, el padre de Mario firmó un pagaré por 8,000 pesos a la ambulancia para que lo llevaran al Hospital General La Villa, al que llegan aproximadamente las 3 de la tarde.
Ya en el nosocomio, los doctores le diagnosticaron ruptura en fémur y tibia, por lo que decidieron hacerle una cirugía ortopédica y otra general por los sangrados que presentaba Mario.
Mientras tanto, el padre de Mario y la madre de Ameyalli se encuentran en el Ministerio Público (MP) rindiendo declaraciones. Es en ese momento que las personas que dicen representar a la aseguradora del conductor condicionan la ayuda a cambio de que se perdone el proceso penal en contra del responsable. Ambos se niegan. Además, el MP clasifica las heridas de Mario como leves, a sanar en 15 o 60 días.
El sábado en la mañana, luego de que la hermana de Mario vé que su pierna está fría y morada, se enteran de que requiere de una ecografía dópler para examinar sus venas y arterias. Consiguen a un doctor privado que revise a Mario y logran ingresarlo pese a las trabas que les presenta el personal. Él les dice que hay trombosis en las arterias femoral y tibial. Según los doctores del hospital, hay 3 soluciones a discutir y notificarán a la familia de la conclusión.
El domingo 7 a Ameyalli no le dan ninguna respuesta más que el posible traslado de Mario al hospital Belisario Dominguez para valoración de un Angiólogo.
El lunes 9 el Dr. José del hospital La Villa descarta al angiólogo e indica una “operación definitiva” con un costo de 47,000 pesos. Ameyalli decide conseguir un angiólogo por su propia cuenta y logra hacerlo pasar con Mario hasta las 5 pm. En ese momento Mario, su familia y después sus colegas y amigos, se enteran por primera vez de la necesidad de amputar su pierna. Estos últimos se agrupan para convocar a una rodada el martes siguiente. Ameyalli pide cita con Esteban Cordero, el director del hospital La Villa.
Cuatro días después del choque, la Secretaría de Movilidad (SEMOVI) contacta con Ameyalli. 4 días después del choque, Esteban Cordero ratifica la necesidad de amputar la pierna. 4 días después del choque un angiólogo en el Hospital General de la Ciudad de México explica que la opción de revascularización se perdió por no haberse atendido en las primeras 8 horas.
El jueves 5 a Mario le amputan su pierna. Ameyalli escucha de la SEMOVI las explicaciones por las que no pudieron trasladar a Mario a un mejor hospital para su cirugía. También le comentan que la SEMOVI no tiene ninguna responsabilidad, “que ellos son intermediarios o mediadores”, relata. También le dicen que la aseguradora de tipo “mutualista” de la unidad de COPESI, no tiene manera de expedir pólizas por daños a terceros. “Son como si fueran sólo un espejismo. Lo que me dicen es que no son un seguro como tal”, explica Ameyalli. Lo que sí logra la SEMOVI es que Juan G., representante de COPESI, entregue 50,000 pesos iniciales. “De buena fé”, aclara Juan, sin aceptar parte de la responsabilidad.
Por su parte, la SEMOVI afirma haber efectuado apoyos, en acuerdo con la familia, que llegan a los 200,000 pesos. Ameyalli no reconoce esa suma.
Ahora Mario, quien fue trasladado al hospital Ángeles Roma, tendrá que someterse a otra cirugía debido a que durante la amputación en el hospital La Villa, dejaron restos de tejido muerto y una desproporción en el miembro que pone a Mario en riesgo de que su hueso quede expuesto.
“Lo que le pasó no fue suerte, no fue como si te cayera un rayo, lo que le pasó no fue como si te fueras al mar y te ahogas o si hay un terremoto”, Xóchitl Álvarez recuerda lo que le pasó a su amiga, Carolina Espinosa Caballero, Cariñx, asesinada por un automóvil el pasado primero de agosto. “Esto no es un hecho de azar o de suerte. Fueron toda una serie de omisiones de personas que tenían trabajos en específico, que tenían obligaciones y que omitieron esas obligaciones”, agrega la colega bicimensajera y amiga de Mario.
Organizaciones como Bicimensajeros Unidos de México, #NiUnRepartidorMenos y Bicitekas, así como las diferentes movilizaciones ciclistas en la CDMX por el caso de Mario, denuncian una hegemonía del automóvil o “carrocracia” como la llama Ras Tayén. Para él, mucho tiene que ver con mantener las prioridades en aquellas personas con la capacidad económica de tener un automóvil y se traduce en ciclovías centralizadas y deficientes o sanciones laxas para quienes conducen a exceso de velocidad o bajo la influencia del alcohol.
Por otro lado, Xóchitl coincide con Marina Kohler, ciclista brasileña asesinada por un automóvil un día después de que atropellaron a Mario, en que “para muchos hombres, su masculinidad está muy vinculada al automóvil” y agrega que “saben que con nosotras es mucho más fácil violentarnos, es mucho más fácil golpearnos o hacernos lo que sea”.
De la rodada ciclista del pasado viernes 13 por el caso de Mario, Xóchitl se queda con la escena de un niño con un cartel donde se leía “mi mamá no me deja andar la bici por los irresponsables”. Ella recuerda que su madre le decía lo mismo, “y saber que a este niño le dimos la oportunidad de rodar con un montón de gente que lo iba cuidando sobre los carriles centrales del viaducto, se me hizo una cosa muy hermosa”. Xóchitl pregona un uso político de la bicicleta porque “mientras no me pase, pues voy seguir intentando que no le pase a nadie más”.
Ras Tayén de Vegan Express coincide con un diagnóstico que da la SEMOVI y Bicitekas: “la velocidad mata”. Según el reporte trimestral sobre hechos de tránsito en el 2020 de la SEMOVI, las muertes ciclistas aumentaron un 3% en relación al mismo periodo del 2019. La SEMOVI explica que la reducción vehicular por las medidas sanitarias resultado de la pandemia por COVID-19 “posibilita mayores velocidades de desplazamiento” y, por lo tanto, más muertes.
En cuanto a los hechos de tránsito donde estuvieron involucrados microbuses, trolebuses y el metrobús, la SEMOVI informó a Infobae México que en 2018 el promedio de incidentes por trimestre fue de 237 mientras que en el 2020 fue de 115, lo que implica una reducción del 50%. Añade que desde el 2019 han realizado operativos en 8,674 unidades para verificar que estuvieran en condiciones de circular. De estas 719 fueron suspendidas y 834 remitidas a depósito vehícular.
Uno de los elementos a verificar es la vigencia de las pólizas de seguro. Sin embargo, pese a que estas se encuentren al día, esto no impide que sean, como en el caso de COPESI, aseguradoras mutualistas que no protegen en caso de daños a terceros. La existencia de este tipo de seguros se debe a una falta de regulación en la Ley de Instituciones de Seguros y Fianzas. Por esta razón, la SEMOVI puede considerar vigentes las pólizas de aseguradoras que no protegen a nadie más que a los conductores, como ocurre en el caso de Mario.
Ameyalli y Mario siguen peleando por obtener su rehabilitación, que alguien se haga responsable de cubrir el costo de su siguiente cirugía, que Mario reciba atención psicológica, una pensión de por vida, trabajo, una prótesis, y que el gobierno regule el tema de las aseguradoras mutualistas.
“Vamos a tener que cambiar el rumbo de nuestras vidas y pensar en cosas diferentes, necesidades diferentes”, Ameyalli habla sobre los planes para viajar que tenía con Mario y los proyectos que tenían en mente. Ella quería terminar su proceso de titulación como licenciada en derecho y empezar una especialización en Derechos Humanos, él quería entrar a la universidad. Ahora, Ameyalli piensa decantarse por derecho penal o criminología, mientras que Mario ve videos que le muestra su esposa sobre ciclistas sin pierna.
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