Desde hace casi un año el SARS-CoV-2, mejor conocido como coronavirus (COVID-19), es un tema que empezó a ocupar la atención de los medios de comunicación en todo el mundo. No era para menos, esta nueva enfermedad altamente contagiosa se convirtió en una pandemia que ha provocado cerca de un millón 440 mil muertes a la fecha, según la Universidad de Medicina Johns Hopkins, de Estados Unidos.
Gracias a las notas, entrevistas, reportajes y documentales, hoy gran parte del planeta conoce cómo y en dónde pudo haber surgido este virus, los síntomas y complicaciones que provoca, las medidas sanitarias que reducen considerablemente su contagio y hasta las vacunas que ilusionan con terminar el distanciamiento social. Sin embargo, durante los primeros meses las publicaciones que salían al respecto eran con información muy limitada; después de todo, nadie sabía a qué escenario nos estábamos enfrentando.
En México, desde que se registró el primer caso de contagio, el pasado 16 de marzo, la cobertura informativa pasó de la incertidumbre frente a lo que sucedería tanto en el estilo de vida de la población como en las afectaciones en los sectores productivos, al cuestionamiento a la estrategia seguida por las autoridades sanitarias para combatir la pandemia.
En este sentido, es importante reflexionar sobre el papel que han desempeñado los medios de información en México sobre la pandemia, en especial la televisión, pues históricamente la “pantalla chica” ha sido el medio más consultado en el país. Sobre todo durante esta covidianeidad, que ha convertido el espacio doméstico en salón de clase, oficina, gimnasio, sala de juegos y a veces mucho más.
De acuerdo con la Dra. Claudia Benassini, profesora investigadora de la Universidad La Salle, de la Ciudad de México, la televisión pública y privada en el país está cumpliendo con su inefable función de entretener, pero ha perdido una oportunidad única de retomar el camino del servicio a la comunidad, con miras a recuperar su credibilidad y su presencia como medio en la sociedad.
En entrevista con Infobae México, la académica de la Facultad de Arquitectura y Comunicación, asegura que es evidente la ausencia de una estrategia clara que realmente contribuya a paliar la confusión ciudadana con respecto al COVID-19, pues casi todos los medios están cayendo en los mismos vicios “periodísticos”.
No basta con pararse con cámara y micrófono en mano afuera de las estaciones del Metro o en restaurantes y centros comerciales para preguntar a la gente por qué no usan cubrebocas o por qué andan en la calle como si nada. Es una estrategia mediocre y evasiva que busca cumplir con dar la nota sin ir al trasfondo del asunto
Para Benassini no es suficiente que se informe cada día las nuevas cifras de contagios, muertes y hospitalizados por coronavirus, sino realizar más investigación a profundidad sobre “por qué la gente no está tomando en serio la enfermedad, cómo coexistir en los espacios públicos sin arriesgar la salud”, como sí lo ha hecho la prensa escrita extranjera.
Si los medios le pierden interés en el tema, también los televidentes (...) Hay medios extranjeros, de España, EEUU, Sudamérica, que están intentando hacer una mejor cobertura (en México)
No obstante, la especialista reconoce que es un tema del que deberían ocupar los dueños y directores de los medios, pues además considera que los reporteros muchas veces no están capacitados para cubrir una epidemia y corren el riesgo de contagiarse al salir a realizar dichas notas que califica como lugar común.
Al cuestionarla sobre el caso de TV Azteca del empresario Ricardo Salinas Pliego, quien durante la crisis sanitaria ha priorizado la reactivación económica sobre la contingencia, al grado de pedirle a los televidentes que “no crean lo que dice el Dr. Hugo López-Gatell”, Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud del Gobierno de México, así como incentivar a los mexicanos a perder el miedo al virus y salir a trabajar, lo que ha desatado un sinfín de críticas por parte de usuarios y especialistas en redes sociales.
Al respecto, Benassini señala que no solo se trata de un tema de negocios, sino de responsabilidad empresarial.
Está claro que la prioridad para Salinas Pliego son sus negocios. Vemos el caso de sus tiendas y su colegio (Humanitree) que se ha negado a cerrar a pesar de las restricciones, con el fin de aumentar sus ganancias. Pero existe algo que se llama responsabilidad empresarial y por eso no todos han optado su camino
A pesar de la desinformación que ha publicado dicho medio, la investigadora indicó que no necesariamente ha perdido credibilidad de la gente, sino al contrario, ha sabido explotar las descalificaciones.
No estaría tan segura, con estos retos a la autoridad, muchas veces se traducen en un incremento en la audiencia. Esto de decir que “no le crean a Lopez Gatell y luego invitarlo. Alatorre no tiene el mismo rating que Televisa u otros canales, pero tiene público que le es fiel (...) Y viceversa, cuando el presidente (Andrés Manuel) Lopez Obrador dijo que el periódico Reforma era un pasquín, eso no se tradujo en una baja en las ventas. Supieron explotar la descalificación
Por ello, Benassini sostiene que la televisión pública y privada en México no está asumiendo su parte de responsabilidad sobre la delicada situación que vive el país, que se ubica como el onceavo con mayor número de contagios y el cuarto con más muertes por SARS-CoV-2.
Si bien las autoridades sanitarias han caído en evidentes contradicciones a lo largo de la crisis sanitaria, como si deberías usar o no el cubrebocas, o si el personal de salud está colapsado o preparado, los medios no están contribuyendo a que la gente tome consciencia de que estamos en un problema que nos está rebasando
Ante este panorama, la docente recomienda a los lectores de prensa escrita y digital, así como los televidentes y radioescuchas, constatar siempre la información que están recibiendo con otras fuentes.
Asimismo, a no creer lo que se publica en las redes sociales y tener responsabilidad a la hora de compartir algo
Preguntarse antes compartir: ¿es real? ¿vale la pena?
*Este 21 de noviembre se celebró el Día Mundial de la Televisión, fecha instaurada por la Asamblea de las Naciones Unidas en 1996 con la finalidad de promover la cultura y la paz en todo el planeta.
La fecha coincide con la celebración del del Primer Foro Mundial sobre ese medio de comunicación que revolucionó al mundo, pues lo conectó y mediante imágenes fue posible conocer lo que pasaba en otros continentes.
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