Sonreír en medio del COVID-19: un desafío vital para pacientes y personal médico

“Hola, Miriam. Soy la Dra Son-rix, ¡mucho gusto!”, “¡y yo soy el Dr. Kong!”, “¿sí nos escuchas Miriam?”, es la presentación de dos doctores, hablando desde Sonora e Hidalgo, respectivamente, quienes participan en las sesiones de risoterapia brindadas a pacientes del cuartel del Sexto Grupo de Morteros, reconvertido en hospital Covid.

Con un cubrebocas negro y una manguera de respiración colocada en la nariz, Miriam de 47 años, aparece en la pantalla. Empezó un poco renuente en la dinámica. Terminó cantando el “Noa noa” –famoso tema del cantante Juan Gabriel– con los doctores que, con un ánimo inamovible, interactuaban con ella.

“Tantos días aquí sin saber nada de allá afuera, como que pierde uno la noción del tiempo. Hablar con alguien hace bien”, cuenta Miriam a Infobae México, explicando que en los ocho días que lleva internada, solo ha hecho una videollamada con su familia.

Y su testimonio está comprobado con estudios que arrojan que, desde que empezó la pandemia del COVID-19, este padecimiento ha generado problemas colaterales en las personas enfermas, del tipo emocional, tales como ansiedad, depresión o estrés, que repercuten en el comportamiento de la enfermedad, agravando el estado de salud de los pacientes.

Por ejemplo, un estudio de la Universidad de Oxford publicado en Lancet Psychiatry, arroja que casi una de cada cinco personas que han estado contagiadas del nuevo coronavirus, son diagnosticadas con alguna enfermedad mental entre los 14 y 90 días posteriores a ser positivos al Covid. También destaca que, en otros estudios, se ha encontrado que las infecciones por coronavirus pueden provocar delirio, ansiedad, depresión, síntomas maníacos, mala memoria, e insomnio.

Entonces la finalidad principal de las actividades para cuidar la salud mental de los pacientes es entretenerlos a fin de hacer su hospitalización más llevadera, evitando que generen estrés o ansiedad por padecer el virus, ya que también se ha advertido que esto puede complicar radicalmente su situación de salud.

“Ya me siento mejor, llevo ocho días internada, pero ya estoy gracias a Dios un poco mejor”, cuenta Miriam, quien llegó al hospital con dolor de pecho, falta de aire y fiebre. “Yo creo que a nadie le gustan los hospitales, pero la atención aquí es muy buena. Los médicos y las enfermeras son muy buenos con nosotros; gracias a ellos estamos saliendo adelante”.

Miriam tiene un negocio de comidas, y aunque solo ha estado brindando servicio para llevar durante la pandemia, ella sí se ha tenido que mover a conseguir sus insumos. Entonces cree que se contagió al hacer uso del transporte público.

“Hacemos mucho énfasis en salud mental; trabajamos junto con varias asociaciones de la sociedad civil, principalmente Medical Impact, que proporciona desde libros hasta celulares para que las familias se comuniquen con los pacientes”, destaca el Dr. Giorgio Franyuti, encargado de bioseguridad en dicho hospital militar, “en las tardes hay llamadas con médicos de la risa para disminuir y controlar la ansiedad y la depresión que pueden derivar del estrés agudo del aislamiento”.

Además, destaca que con recursos de entretenimiento, como los libros, los pacientes se distraen pensamientos negativos, de soledad o de tristeza por extrañar a su familia, y por el contrario aprovechan los días de aislamiento para cultivarse o aprender cosas nuevas.

Por parte de Medical Impact, la Dra. Arely Olmos, quien es la encargada de estas actividades que buscan cuidar la salud mental de pacientes de Covid, insistió en que estas acciones están enfocadas primordialmente a hacer que las personas contagiadas por un momento piensen en otra cosa aparte de su situación.

“Se encuentran encerrados, no pueden ven a su familia, no saben qué va a pasar con su propia salud; luego ver que de repente el de a lado se pone grave y lo trasladan... entonces crece mucho la incertidumbre, la ansiedad, la depresión, y esto también perjudica la evolución de su estado de salud”, señaló.

Las sesiones no son siempre, necesariamente, de risoterapia, sino que se enfocan a las necesidades de los pacientes. “Una vez una paciente comentó que tenía tres días que su esposo había fallecido, entonces toda la terapia fue orientada a la tanatología”, explicó la Dra. Olmos.

¿Y el personal médico?

El Dr. Franyuti hizo hincapié en que también “la estabilidad emocional y mental del personal es crítica para que los pacientes puedan seguir saliendo de aquí caminando”, explicando que los males que más tienden a manifestar los trabajadores de salud están relacionados a la frustración, el síndrome de Bernaut, la ansiedad y la depresión.

Y sobretodo en un país como México que está dentro de los cuatro con más fallecimientos registrados por COVID-19 ––este jueves 19 de noviembre se rebasaron las 100,000 muertes–– y que además es el lugar en el que más personas del personal médico han fallecido, en todo el mundo ––en septiembre Amnistía Internacional alertó sobre la muesrte de 1,320 trabajadores del sector, la cifra más alta conocida para un solo país–– la atención y el cuidado del mismo personal médico es pieza clave las cifras de contagios y decesos que arroja día a día la pandemia.

“Cuando hay ansiedad y depresión, o estrés agudo, se cometen errores, y un médico puede no pensar bien o pueden tener crisis de ansiedad ahí adentro”, apuntó el médico.

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