Este jueves 19 de noviembre se conmemora el del Día Nacional contra el Abuso Sexual Infantil, un problema grave en México que no pareciera disminuir, todo lo contrario.
Encontrar los mecanismos de protección en la infancia es el objetivo de varios sectores de la población.
En México una de cada diez mujeres sufrió algún tipo de violencia sexual antes de los 15 años y de ellas el 54% reportó violencia severa, 68% violencia moderada y 36% violencia leve, identificó la ONG Alumbra.
Annayancy Varas, Directora General de Early Institute, think tank mexicano especializado en primer infancia y promotor del proyecto colaborativo Alumbra, señaló que el primer y más importante paso para combatir la violencia en contra de niñas, niños y adolescentes es romper el silencio. Es decir hacer que la sociedad y los tomadores de decisiones conozcan, dimensionen y adviertan las consecuencias que provoca la violencia sexual infantil.
Por esta razón, explicó, un grupo de más de 40 organizaciones de la sociedad civil, instituciones públicas y agencias nacionales e internacionales, se han unido en la Comunidad de Conocimiento Alumbra para poner a disposición de padres, madres y cuidadores, su práctica y experiencia enfocada en la prevención de esta problemática.
La realidad nos marca que debemos actuar rápido y de manera efectiva para revertir la grave situación de la violencia sexual que se ejerce en contra de niñas, niños y adolescentes de nuestro país, problemática que, subrayó, queda en evidencia.
Se parte de un diagnóstico que revela una realidad compleja: una de cada diez mujeres sufrió algún tipo de violencia sexual antes de los 15 años, de las cuales el 54% reportó violencia severa, -intento de forzarla, las obligaron bajo amenazas o a la fuerza o a cambio de dinero o regalos a tener relaciones sexuales-; 68% violencia moderada y 36% violencia leve.
Otros datos son que el 73% de las víctimas menores de edad de trata de personas son mujeres y que tan solo en el 2017 se registraron 281 egresos hospitalarios de niñas, niños y adolescentes víctimas de abuso sexual.
Por el perfil de los agresores sexuales, agregó, los datos recientes identifican en ese orden de incidencia a los tíos, seguido de vecinos o conocidos, el primo o prima, el hermano hermana, otro familiar, el padrastro, la madrastra, padre o abuelo o abuela y la madre, de acuerdo con la última encuesta ENDIREH.
Annayancy Varas, quien recalcó que más allá de números y cifras, que son importantes, la sociedad en general tiene que ver que detrás de esta situación hay vidas de por medio, niñas, niños y adolescentes que requieren el apoyo de la sociedad en su conjunto.
Aún se deben cambiar cuestiones de política pública que no ayudan a combatir este serio problema, como por ejemplo el hecho de que solo nueve estados de la República regulan de manera explícita el abuso sexual infantil y que a nivel nacional el Código Penal Federal considere 14 delitos que se cometen en contra de niñas niños y adolescentes.
Esta situación provoca que en materia de impartición de justicia no haya un enfoque claro que dé prioridad al interés superior de la niñez.
“La pregunta que muchos se formulan cuando se conoce de un caso de violencia sexual infantil o violencia infantil en general es ¿y yo qué hago? La primera acción y más importante, es romper el silencio. Debemos de hablar del problema, hacerlo visible a toda la sociedad y generar una responsabilidad colectiva”, concluyó.
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