Qué es la lepra y cómo ha afectado a México durante la pandemia por COVID-19

Autoridades llamaron a eliminar la discriminación y a promover la inclusión de personas afectadas por esta bacteria

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Qué es la lepra y
Qué es la lepra y cómo ha afectado a México durante la pandemia por COVID-19 (Foto: Dhiraj Singh/ Bloomberg)

Las autoridades de epidemiología mexicanas han dedicado algunos fragmentos de la conferencia vespertina sobre los avances por COVID-19 para visibilizar otras enfermedades que afectan al país desde hace varios años, además del naciente virus SARS-CoV-2.

En esta ocasión, Fátima Luna, directora del Programa Nacional de Microbacteriosis, habló sobre la lepra, una enfermedad que se intenta erradicar de manera definitiva en el territorio, pero continúa afectando en diversas zonas del país.

Desde Palacio Nacional explicó que se trata de una enfermedad crónica causada por el bacilo Mycobacterium Leprae. Ésta se transmite a través de gotitas que se expulsan por la boca o la nariz y afecta principalmente la piel y los nervios periféricos; su periodo de incubación, explicó es de 5 años a 20 años.

Además, indicó que se presenta como una o varias lesiones en la piel que no tienen sensibilidad al tacto o al dolor y se pueden localizar en cualquier parte del cuerpo.

De acuerdo con los datos revelados por la doctora Luna, en México aún hay lepra, pero es poco contagiosa y es curable; por otra parte, explicó que el tratamiento es gratuito en todas las unidades de salud del país.

Por último, informó que se requiere tener factores genéticos, inmunológicos y nutricionales para desarrollar lepra, pues no es una enfermedad hereditaria, no se contagia por contacto ocasional como tocar a una persona enferma, y tampoco se cae la piel a pedazos ni partes del cuerpo.

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Autoridades llamaron a eliminar la discriminación y a promover la inclusión de personas afectadas por esta bacteria (Foto: Secretaría de Salud)

De acuerdo con la información de Fátima Luna, en un corte hasta julio de 2020 se habían registrado 174 casos, aunque la tendencia ha sido a la baja desde el año 2000. Además, la incidencia en México durante 2019 fue de 0.14 casos por cada 100,000 habitantes, pero durante 2020 la tasa de incidencia nacional hasta el corte es de 0.06% y un total de 74 casos hasta el momento.

Desde entonces, se ha podido observar que los estados donde se tiene una mayor transmisión de la lepra durante ese año son Sinaloa, Michoacán, Colima, Tamaulipas, Nayarit, Guerrero, Quintana Roo, Oaxaca, Yucatán, Nuevo León, Aguascalientes y Jalisco por encima del 0.06%.

De acuerdo con la doctora, hasta el momento son los primeros siete estados mencionados los que actualmente concentran aproximadamente el 72% de los casos reportados durante este año, donde la pandemia por coronavirus ha golpeado en todo el mundo.

Sin embargo, agregó que la tendencia a la baja tiene una explicación. Y es que que se debe a que México utilizaba únicamente un fármaco antes de 1982 y después de 1990 se adoptó la poliquimioterapia combinada con dos o tres fármacos dependiendo del tipo de lepra que se tenga.

Por otra parte, aseguró que uno de los objetivos primordiales dentro de las campañas del lepra, es la concientización para eliminar la discriminación y promover la inclusión de personas contagiadas.

“No al estigma y no a la discriminación. Muchas veces nosotros podemos llegar a decir que no lo hacemos, pero hagamos un análisis en nuestros cargos de consciencia y chequemos que teniendo toda la información, nosotros mismos vamos a quitar todas esas barreras”, aseguró en conferencia de prensa.

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Qué es la lepra y cómo ha afectado a México durante la pandemia por COVID-19 (Foto: Secretaría de Salud)

Por último, aseguró que dentro de los pilares de la Estrategia Mundial para la lepra 2016-2020 de la Organización Mundial de la Salud, también destacan el fortalecimiento de la implicación del gobierno, la coordinación y la creación de alianzas, así como detener la lepra y evitar sus complicaciones.

Para esto, es necesario un diagnóstico oportuno, tratamiento oportuno y supervisado, evitar estigmas y discriminación, evaluación neurológica, control clínico mensual y bacteriológico semestral, revisión de contactos, seguimiento a los estados reaccionales, así como la participación de la sociedad civil.

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