Con el anuncio de la tercera temporada de Narcos: México, la serie de Netflix enfocada en los famosos personajes y cárteles del narcotráfico, se dieron a conocer muchas sorpresas, entre ellas la participación del cantante de reggaetón Bad Bunny, quien interpretará a un importante personaje.
Benito Antonio Martínez Ocasio le dará vida a Everardo Arturo Páez Martínez “El Kitty”, integrante de los “Narcojuniors”, un grupo delictivo que estuvo al mando del Cártel de Tijuana.
Ramón Arellano Félix, quien tenía como brazo derecho a “El Kitty”, un hombre adinerado que fue nombrado como lugarteniente, le otorgó una importante misión: juntar a jóvenes adinerados, consumidores o no consumidores, para formar una división del Cártel de Sinaloa, posteriormente conocida como los “Narcojuniors”.
De acuerdo con un artículo del periodista Jesús Blancornelas, publicado en 2002 en el diario Crónica, “Everardo El Kitty Páez decidía a quién matar. O si quería, éste o aquél cristianos podían seguir respirando. Estaba en el Consejo de Jefes. Algo así como el supremo tribunal del Cártel Arellano Félix. Allí juzgaban y sentenciaban. A enemigos y amigos. También negociaban asuntos muy pesados.”
Con el paso del tiempo, los “Narcojuniors” comenzaron a tomar poder en el comercio de drogas, por lo que a mediados de los noventas decidieron desafiar a los propios Arelano Félix por el manejo del tráfico de drogas.
Ante esta amenaza, Ramón Arellano Félix comenzó a asesinar y desaparecer a quienes querían arrebatarle su puesto. Así, los hermanos Endir y Henain Meza Castaños fueron los primeros en sufrir el enojo de Ramón. Posteriormente, Gustavo Miranda Santacruz fue baleado y “levantado”. Hasta la fecha se desconoce su paradero.
El único en sobrevivir fue “El Kitty”, pues fue aprehendido por agentes de la Procuraduría General de la República (PGR) y de la Agencia Estadunidense Antidrogas (DEA) el 10 de noviembre de 1997, cuando tenía 30 años de edad.
Tiempo después fue extraditado a Estados Unidos y sentenciado, en 2002, a 30 años de cárcel por los delitos de narcotráfico y lavado de dinero. Posteriormente se convirtió en testigo protegido por el FBI.
Un reportaje publicado por el portal Sin Embargo en 2013 detalló que “El Kitty” se convirtió en narcotraficante en 1984. En ese periodo realizaba entre cuatro y cinco viajes semanales donde llevaba más de 100 kilos de marihuana de San Diego a Los Ángeles.
A finales de ese año, conoció a Cornelio Aguayo. El narcotraficante le otorgó casa y le enseñó el negocio del tráfico de drogas. Para 1985, ambos fueron a Tijuana para conocer a sus jefes Benjamín y Ramón Arellano Félix, quienes aún trabajaban para Javier Caro Payán “El Doctor”, cercano de Miguel Ángel Félix Gallardo “El Padrino”.
Uno de los puntos cruciales de la debacle del Cártel de Tijuana fue el homicidio de Armando López, un compadre de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, a manos de Ramón Arellano Félix en 1989.
Para limar asperezas entre los más grandes capos de ese momento, se reunieron, en varias ocasiones, los hermanos Arellano Félix en la casa de Ismael “El Mayo” Zambada. “El Kitty”, en una de sus declaraciones, aseguró se estaba gestando el asesinato de “El Chapo”.
“Me consta este complot porque participé en conversaciones con Benjamín, Ramón y Eduardo acerca del plan para asesinar a Guzmán. Además, Ramón me dijo personalmente que iba a Culiacán a matar a Guzmán”, aseveró Páez Martínez.
Fue en 1993 cuando el intento de asesinato se dio en el aeropuerto de Guadalajara. Sin embargo, falló la misión. La víctima fue el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo. Desde ese momento, la rivalidad entre cárteles se intensificó, al grado de secuestrar a familiares y amenazar de muerte.
Parecía que se había acabado la “guerra” cuando ese año capturaron a Guzmán Loera en Guatemala, sin embargo, su poder creció, al grado de lograr escapar el 18 de enero de 2001. La muerte de Ramón Arellano Félix el 10 de febrero de 2002, así como la captura de Benjamín Arellano Félix en marzo de 2002 fueron las acciones que pusieron fin a la batalla entre estos capos.
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