Todo fue confusión cuando los policías comenzaron a disparar al aire para dispersar a los manifestantes que exigían justicia por el feminicidio de Bianca Alexis. Algunos lograron correr y huir, otras personas resultaron heridas de bala, otras con golpes, otras fueron detenidas y otras más fueron violentadas sexualmente.
A varios días de que ocurrieron los hechos en Cancún, Quintana Roo, dos de las jóvenes que fueron agredidas durante la protesta, que también exigía fin a la violencia machista y de género, señalaron que miembros de la policía local las atacaron sexualmente.
De acuerdo al testimonio que dio a Animal Político, la joven, cuyo nombre es María Elena, dijo que además de haber sido golpeada y detenida fue violentada sexualmente.
Señaló que, aunque algunos estaban rompiendo y rayando el inmueble público, ella y otros presentes se estaban manifestando de forma pacífica.
“Yo no sabía ni qué hacer. Era mi primer marcha y, claro, tampoco es que uno deba tener un manual para saber qué hacer en caso de que la policía tire balazos. Eso no es algo que se deba normalizar. Decidí correr en sentido contrario de donde venían las balas. Pero cuando iba corriendo por la parte de atrás del ayuntamiento, salieron más policías. Casi choco con uno. Él no iba tirando al aire o al suelo, como yo creí que estaban haciendo. Estaba tirando en recto”, aseguró María Elena al medio digital.
La joven de 27 años de edad trabaja en el área de administración del Colegio Kukulkán, una escuela privada de nivel secundaria y bachillerato, en la que estudió Alexis, la víctima que desapareció el 7 de noviembre y que fue encontrada muerta dos días después.
Asimismo, conforme al testimonio de María Elena, tras ver a los oficiales armados disparando a quemarropa, correr dejó de ser su opción.
“Ahí fue que decidí tirarme al piso. Estaba junto a una de las últimas jardineras que hay en la parte de atrás del Ayuntamiento. Vi a otras chicas ahí. Éramos cinco. Llegó un grupo de cinco o seis policías, altos, robustos y nos empezaron a golpear. A una mujer le dieron con un palo en la cabeza. Ella gritaba: soy periodista, soy periodista, no hice nada, estoy trabajando. A otra le dieron en la espalda. Nos decían que si queríamos desmadre, lo íbamos a tener”, abundó en su relato.
María Elena señaló para el medio que fueron llevadas a rastras a la parte trasera del Ayuntamiento, y que cada vez que hablaba, le daban un golpe; al estar detrás del inmueble le comenzaron a pegar en las costillas hasta que le sacaron el aire.
“Medio podía caminar. Un policía me agarró del glúteo con su manaza, sus dedos llegaron hasta mi vagina, así me quiso levantar. Me hice bolita y casi a rastras me metieron”, aseguró.
Cuando los oficiales las ingresaron a ella y a las otras mujeres al Ayuntamiento los gritos y golpes aumentaron. Dentro del inmueble también estaba detenida Quetzalli, de 22 años, una de sus compañeras de trabajo del Colegio Kukulcán, quien también asistió a la marcha y que sufrió golpes y violencia sexual.
Según contó Quetzalli a Animal Político, ella fue la primera “detenida” y llevada dentro del Ayuntamiento. Mientras era golpeada, los policías le decían que con ella se desquitarían de todo el “desorden” que habían hecho, pese a que solo había participado cantando y gritando consignas.
“Empezaron a pegarme. Me le zafé a una de las mujeres policías. No me dejaba esposar. Me golpearon en las costillas, en las piernas. Me revolvía. Me querían tirar y yo luchaba para que no pudieran. Lograron hincarme. Me dieron de cachetadas. Querían que les dijera quién había hecho los desmanes, con quién había llegado yo a la marcha. Les dije que no iba a contestar nada”, relató.
Sin embargo, dijo que la levantaron y la “pusieron de cuclillas. Fue entonces cuando una de las mujeres policías metió su mano por abajo de mi short, metió sus dedos en mi vagina y me levantó así. Grité, grité lo que me estaba haciendo. Personal de derechos humanos llegó corriendo. Le pidieron su nombre a la policía. Pero ella se negó a dárselos y se fue”, dijo.
Cabe recordar que en la conferencia que dio el colectivo feminista este 10 de octubre, las jóvenes denunciaron que los disparos no habían sido al aire, sino que fueron a quemarropa. Hasta el momento no se ha separado del cargo a ningún policía que participó en las violentas acciones de dispersión.
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