La exportación de cocaína por vía aérea y marítima es una importante inversión para el crimen organizado mexicano, sobre todo, la que llega a Ecuador, país que se convertido en una plaza operativa para estos fines.
Durante el 2020, la nación sudamericana se habría vuelto un espacio atractivo para la expansión de los cárteles de droga que distribuyen el producto a Centroamérica, México y Estados Unidos.
Los cárteles mexicanos tendrían cada vez una presencia más constante en territorio ecuatoriano, de acuerdo con lo que el director de Investigación antidrogas de la Policía Nacional de Ecuador, Geovanny Ponce, dijo a El Universal.
Además, informó que desde 2018 se han detenido a 49 mexicanos por tráfico de drogas en Ecuador. “Si bien no tenemos cárteles instaurados ni operando en el territorio, si observamos una relación con organizaciones criminales nacionales dentro de la cadena de valor de este delito”, dijo.
Recordó también que los narcos mexicanos han estado gestado relaciones con el narcotráfico colombiano desde antes del 2016, cuando se firmó la paz entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC) y el gobierno.
Sobre todo, recalcó al medio mexicano, las organizaciones estarían buscando facilitar sus operaciones y mejorar sus distribución de droga a nivel internacional.
La influencia territorial con la que cuentan los cárteles mexicanos con los que existen en ecuador podría tener que ver con el corredor marítimo que comparten ambas naciones.
La ruta de la cocaína, conocida también como del Pacífico, va desde puertos ecuatorianos como Esmeraldas y Mantas, pasa por Tumaco y buenaventura en Colombia y se dirige hacia la costa oeste de Centroamérica para dirigirse hasta México.
Además, de acuerdo con los datos del Departamento de Análisis de Información ecuatoriano reveló que en los decomisos de cocaína a mexicano era posible detectar tráfico marítimo de droga.
Por otro lado, en los últimos 10 años el Cártel de Sinaloa y los Zetas habrían incrementado sus lazos con Ecuador. El periodista mexicano José Meléndez accedió al reporte de “Operación Aluvión II” y reveló que en enero del 2020 las autoridades de aquel país confiscaron 1,120 kilos de cocaína en aguas internacionales.
Aunque no especifica la organización a la que pertenecían los presuntos culpables, señaló que al ser descubiertos, los tripulantes intentaron enviar parte del producto en una lancha rápida para que llegara a tierra.
En el caso de Colombia la presunta alianza estaría enfocada en la cadena de siembra, recolección y procesamiento de hoja de coca para luego almacenar la cocaína y distribuirla para México y Estados Unidos, informó el periódico El Universal.
El medio mexicano tuvo acceso a los registros que muestran un aumento de la presencia de emisarios de cuatro de los cárteles más fuertes en Colombia: el Cártel de Sinaloa, el Jalisco Nueva Generación (CJNG), los Zetas y los Beltrán Leyva.
Dichas operaciones habrían comenzado en el 2014 cuando los miembros de los grupos delictivos habrían viajado a tierra colombianas haciéndose pasar por turistas, trabajadores o estudiantes. Una vez en aquel país se dirigirían a las zonas de cultivos ilegales para negociar en persona la compra de cargamentos y el control de las cadenas de valor del negocio de cocaína.
“Conocemos que los cárteles mexicanos vienen generando alianzas con las organizaciones narcotraficantes colombianas desde antes de la firma de paz”, dijo Geovanny Ponce.
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