Un video que circula en redes sociales está llamando la atención de distintos usuarios, pues muestra a un vendedor de tamales realizar una transacción exitosa con un miembro de la patrulla fronteriza de Estados Unidos.
En las imágenes del clip se ve como un hombre de impermeable amarillo y bermudas color gris se acerca al muro fronterizo que divide EEUU con México. Del otro lado de la valla metálica se divisa a un hombre con el uniforme olivo que caracteriza a la Border Patrol y un coche patrulla blanco con verde, también de la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos.
Las imágenes son captadas desde un celular y el camarógrafo estaba dentro de un vehículo en movimiento, esto se sabe, porque se alcanza a preciar parte de los cristales y el espejo retrovisor del automóvil, por ese motivo no se alcanza a apreciar todo el proceso de la venta; sin embargo, se escucha al tamalero decir que si no le gusta el producto, que no lo pague.
“Si no te gusta no me lo pagas, acábalo. Pruébalo primero”, dijo al oficial para garantizar su venta. Después le dijo el precio, que es de un dólar y al retirarse continuó ofreciendo su producto con un grito familiar para los mexicanos: “Tamalitos, tamales”.
Al parecer esto es una práctica cotidiana, pues la misma usuaria que subió el video (@miblogestublog) también subió una foto de un comerciante que se auxilia de una carretilla para promover su producto en la frontera realizando una posible venta con otro miembro de la patrulla fronteriza. Se sabe que la venta ocurre en la frontera por las mismas razones que en el video: el uniforme verde olivo del oficial y la reja divisoria entre México y EEUU.
Cabe recordar que ambos países comparten 3,169 kilómetros de frontera y que ciudades emblemáticas como Ciudad Juárez, Chihuahua, o Tijuana, Baja California, conviven con ciudadanos estadounidenses todo el tiempo, así como los habitantes de ahí suelen visitar al país vecino para realizar distinto tipo de actividades sociales, desde trabajar, comprar/vender o hasta estudiar.
De hecho, con la aparición de la nueva cepa de coronavirus en el mundo, las relaciones entre ciudades fronterizas se ha visto compleja. Un ejemplo es el que se vive en las comunidades de Chihuahua y Texas, pues se han visto seriamente afectadas en la forma de coexistir y sobrevivir al COVID-19.
Esta aseveración se puede ver reflejada en un marcado incremento de la ocupación hospitalaria en ambas ciudades. De acuerdo con una nota de la agencia de noticias AP, este incremento lo explican las autoridades sanitarias a que los pobladores de dichas urbes están desatendiendo las medidas sanitarias previstas por los gobiernos para inhibir la propagación de la nueva cepa de coronavirus.
“La crisis, que es parte del resurgimiento del virus en casi todo Estados Unidos, ha creado uno de los brotes más activos de América del Norte y ha puesto de relieve lo intrincadas que son las conexiones entre las dos ciudades desde el punto de vista económico, geográfico y cultural, ya que mucha gente va y viene a través de la frontera para ir de compras o visitar a su familia”, se lee en la pieza periodística.
En un testimonio recuperado por la agencia, se explica la perspectiva de un habitante de Ciudad Juárez, quien asegura que no se puede implementar una política en una localidad sin pensar que no va a afectar a la otra.
“Somos dos ciudades… podemos decir siamesas. No puedes cortar a Juárez sin perjudicar a El Paso, y no puedes cortar a El Paso sin perjudicar a Juárez”, dijo Roberto Melgoza Ramos.
Y no es para tomarse a la ligera este tema, pues hasta el más reciente informe de la Secretaría de Salud (SSa), en México se tienen contabilizados 972,785 casos acumulados y 95,225 muertes causadas por SARS-CoV-2.
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