Los vestigios de la batalla de Nautla, una lucha clave en la conquista de Tenochtitlán

Hace 30 años se encontró la osamenta de Juan Escalante, capitán y alguacil mayor que murió durante este conflicto y fue enterrado en la casa-fuerte de la Villa Rica de la Vera Cruz

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Se llevó a cabo el 2° Coloquio “La Visión Antropológica de la Conquista del Cemanáhuac”, donde se rememoró la recueperación de los restos de Juan Escalante (Foto: Captura de pantalla-M Marat. INAH)
Se llevó a cabo el 2° Coloquio “La Visión Antropológica de la Conquista del Cemanáhuac”, donde se rememoró la recueperación de los restos de Juan Escalante (Foto: Captura de pantalla-M Marat. INAH)

Durante el 2° Coloquio “La Visión Antropológica de la Conquista del Cemanáhuac”, se realizó una sesión dedicada al Totonacapan, parteaguas de la conquista de Tenochtitlán. El arqueólogo del Centro INAH Veracruz, Jaime Cortés Hernández, hizo hincapié en el papel de la Villa Rica en este proceso.

Juan Escallante fue el militar español nombrado por el propio Hernán Cortés como capitán y alguacil mayor. En unas excavaciones que se realizaron hace 30 años, se reconocieron la planta de la casa-fuerte de la Villa Rica, conformada por un patio central con crujías alargadas a los lados y salientes a la izquierda para una torreta, además de los entierros vinculados a Escalante y a sus hombres, quienes murieron durante la batalla de Nautla.

De acuerdo con los especialistas, la galera norte de la fortaleza fue usada para sepultar los cuerpos. Hallaron once sepulturas, así como extremidades inferiores que, quizás, podrían corresponder a personas castigadas por Cortés en su intento por regresar a Cuba junto a Diego de Velázquez, pues según fuentes históricas, a algunos les mandó cortar los pies.

Durante unas excavasiones en 1990, se encontraron los entierros vinculados a Escalante y a sus hombres (Foto: Captura de pantalla-M Marat. INAH)
Durante unas excavasiones en 1990, se encontraron los entierros vinculados a Escalante y a sus hombres (Foto: Captura de pantalla-M Marat. INAH)

Los especialistas aludieron a una osamenta descubierta en el municipio de Tecolutla a inicios de 2013. Ésta se encontraba en un terreno particular, en el tramo de La Vigueta y Monte Gordo, junto a material cerámico totonaco del tipo Quiahuiztlan, además de restos pulverizados de conchas, una pieza de un bezote ornamental de riolita o cuarzo, y un plato extendido del tipo “Isla de Sacrificios”, que le fue colocado sobre la cabeza.

A los restos se les realizaron análisis de antropología física, los cuales arrojaron que el personaje “recibió una lesión contundente con una arma filosa, desde el arco superciliar hasta la parte posterior del cráneo, a la cual sobrevivió un tiempo, ya que la herida sanó".

Cortés Hernández conjeturó que la osamenta pudo corresponder “a uno de los principales indígenas aliados de Cortés, que fueron al enfrentamiento de Escalante en Nautla, y que ya no pudo regresar a su lugar de origen; o a un guerrero que pudo estar apoyando a los mexicas en el control de la región, y el cual quedó abandonado”.

Jaime Cortés Hernández conjeturó que una osamenta encontrada en 2013 pudo corresponder “a uno de los principales indígenas aliados de Cortés" (Foto: Captura de pantalla-M Marat. INAH)
Jaime Cortés Hernández conjeturó que una osamenta encontrada en 2013 pudo corresponder “a uno de los principales indígenas aliados de Cortés" (Foto: Captura de pantalla-M Marat. INAH)

Importancia de la Batalla de Nautla

Cuando Hernán Cortés salió de Cuba con unos 70 navíos, llegó a un lugar llano y elevado del mar, cerca de unas salinas, donde fundó la Villa Rica de la Vera Cruz. De acuerdo con el cronista Bernal Díaz del Castillo, Cortés ordenó que fueran trazadas calles para designar un lugar para la iglesia, la plaza central y las atarazanas. Con la ayuda de los totonacos de Cempoala y Quiahuiztlan, que eran sus aliados, se inició la construcción de un inmueble militar de mampostería.

El asentamiento fungió como destacamento militar entre 1519 y 1523-1524. Ahí, temporalmente se concentró la tripulación que llegó con Cortés, en su persistente camino a la capital del Imperio mexica.

Cuando Cortés decidió avanzar a Tenochtitlan, dejó a Juan de Escalante como capitán y alguacil mayor de la Villa Rica de la Vera Cruz. En ese lapso, Escalante decidió negociar con Cuauhpopoca, gobernante de Nau-Tlan (cuatro lugares). Ante esta negativa, se desató la conocida “Batalla de Nautla”.

La batalla de Nautla fue un hincapié para la conquista de Tenochtitlán, pues debido a la muerte de sus hombres capturó a Moctezuma y sacrificó al gobernante de Nau-Tlán (Foto: Captura de pantalla-M Marat. INAH)
La batalla de Nautla fue un hincapié para la conquista de Tenochtitlán, pues debido a la muerte de sus hombres capturó a Moctezuma y sacrificó al gobernante de Nau-Tlán (Foto: Captura de pantalla-M Marat. INAH)

Resultado de dicha batalla fue la muerte de Juan Escalante y algunos de sus soldados, así como la quema del pueblo de Nau-Tlan. Cuauhpopoca, su hijo y 15 soldados se encaminaron a Tenochtitlán para llevarle como tributo a Moctezuma II la cabeza de un soldado español de apellido Arguello.

Entraron a la capital y se dieron cuenta de que Mocyezuma Ilhuicamina ya se encontraba sometido por los españoles. Hernán Cortés, al ver la cabeza de Arguello, solicitó la aprehensión inmediata del tlatoani mexica, además del sacrificio de Cuauhpopoca y los suyos, esto porque los culpó de la matanza de Nautla.

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