El infame nombre de La Unión ha acaparado los titulares de los diarios en México en las últimas horas por el terrible asesinato de dos niños en el Centro Histórico.
La historia oficial de este grupo criminal cuenta que todo comenzó en 2010, cuando unos 100 hombres con gorras negras llegaron en autobuses a Tepito, una de las colonias más peligrosas de Ciudad de México, y se apostaron de forma ordenada en las angostas calles del “barrio bravo”.
Eran las tres de la tarde y como cada martes el mercado principal se encontraba cerrado. Quizás por eso aquellos hombres vestidos todos iguales no pasaron desapercibidos y llamaron la atención de los subalternos de Andrés Velasco, ex comandante de la Policía Judicial del entonces Distrito federal.
Por radio le detallaron que los sujetos parecían tener muy claro dónde pararse, pues estaban separados de manera ordenada en grupos de cuatro o cinco. El oficial y sus agentes vigilaron a aquellos hombres durante varias horas. El grupo más numeroso de sospechosos se hallaba sobre la calle Ferrocarril de Cintura. Otros se colocaron en las calles Hortelanos, Panaderos, Mineros y Hojalateros, mientras los autobuses permanecían con los motores encendidos en el Eje 1 Norte.
Sin embargo, antes de que pudiera indagar más a fondo, al comandante Velasco le llegó una orden “desde arriba”, casi como advertencia, que le indicaba no comentar nada de los sucedido con las autoridades federales y retirarse del lugar sin asentar ningún reporte.
Entonces entendió que probablemente se trataba de alguna jugada del narcotráfico, pero nunca imaginó lo que en verdad estaba pasado y el impacto que tendría ese día en el futuro de la metrópoli más grande de Latinoamérica.
En una vecindad de Hojalateros se reunieron las pequeños grupos de narcomenudistas tepiteños con Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, quien por entonces era un narcotraficante de alto vuelo.
De acuerdo con información federal, La Barbie colaboró con el Cártel de Sinaloa y después con los hermanos Beltrán Leyva, pero para 2010 ya tenía su propia estructura criminal y su ruta para importar cocaína desde Colombia: la ruta Panamá, como él mismo confesó a la PGR y la Policía Federal.
En diciembre de 2009, cuando mataron a su jefe Arturo Beltrán Leyva en Cuernavaca, La Barbie se enemistó con sus antiguos socios: Héctor Beltrán Leyva y Sergio Villarreal Barragán, pues lo acusaban de no haber ayudado a Arturo en su enfrentamiento con los marinos. Cuatro meses antes de que lo detuvieran en el Estado de México, La Barbie fue a Tepito con un plan de negocio.
El propósito era unificar a los grupos y las familias que dominaban el barrio. La reunión duró unas seis horas, con recesos aderezados con una comida y brindis.
En la junta, donde no había más de 20 personas, se pactó una unión de las bandas delictivas de Tepito bajo el padrinazgo de Valdez Villarreal, quien les surtiría cocaína y metanfetaminas a 180,000 pesos el kilo. Al parecer, lo que pretendía era tener una fuente de ingreso paralela y segura, pues la cacería en su contra emprendida por las autoridades le había dificultado pasar sus cargamentos a Estados Unidos.
Así fue como nació lo que hoy se conoce como La Unión Tepito. Al inicio la conformaron los hermanos Francisco Javier y Armando Hernández Gómez; la familia Castro, cuyo líder, Jorge Castro Moreno, El Abuelo, estaba en prisión; los hermanos Romero, quienes presumían relaciones cercanas con los líderes de comerciantes ambulantes vinculados con el PRD, y los hermanos Magaña, que dominaban desde hacía décadas el corredor de Insurgentes y la Zona Rosa.
El pacto criminal duró hasta 2013, debido a que “Pancho Cayagua” supuestamente ordenó el asesinato de Horacio Vite, sobrino de los Magaña, ocurrido afuera de un antro de La Condesa, zona de la que Cayagua deseaba apoderarse.
Luego del asesinato de otros presuntos “dealers” de Los Malandros, se desató una guerra intestina y como represalia, se habría ordenado el secuestro y posterior homicidio de 13 jóvenes (en su mayoría originarios de Tepito) en el “bar Heaven”.
Tras la ruptura, surgió La Unión Insurgentes, mientras Francisco Javier Hernández se mantuvo al frente de los de Tepito junto a sus hermanos Armando “El Ostión” y Víctor Hugo “El Sanguinario”.
En 2016, Pancho Cayagua fue detenido y en febrero de 2017 quedó en libertad, sin embargo, en octubre de ese mismo año un comando a bordo de motocicletas lo acribilló en la Gustavo A. Madero.
Se dice que uno de los que participaron en el ataque fue David García “El Pistache”, quien siguió las órdenes de Roberto Moyado Esparza, “El Betito”, el cual se quedó al frente de La Unión tras la ejecución del fundador.
En 2018, fue detenido “El Betito”, por lo que se consideró como uno de sus posibles sucesores a David García “El Pistache”.
Ese mismo año La Unión ya enfrentaba otra fractura y la violencia se recrudeció con el enfrentamiento contra “La fuerza Anti Unión”, que le disputó la zona aledaña a Garibaldi.
Al paso de los años, las operaciones de La Unión se extendieron a centros nocturnos de la zona Rosa, Polanco, La Narvarte y el Centro histórico, donde extorsiona a comerciantes y dueños de centros nocturnos.
Actualmente parecen tener presencia en al menos 11 alcaldías: Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza, Cuajimalpa, Azcapotzalco, Coyoacán, Benito Juárez, Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo, Iztacalco, Magdalena Contreras, Álvaro Obregón y Tlalpan, aunque sus principales zonas de influencia son el Centro Histórico, La Merced, Condesa, Polanco y Zona Rosa.
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