Rafael Lozano-Hemmer creará un memorial participativo para las víctimas de la pandemia por coronavirus

La obra es un altar compartido y un ceremonial vía remota para participar en una obra pública de duelo

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ACOMPAÑA CRÓNICA***AME3223. VALLE DE CHALCO (MÉXICO), 30/05/2020.- Fotografía fechada el 28 de Mayo de 2020 que muestra a un trabajador municipal colocando una cruz sobre una nueva tumba, en el terregoso panteón del municipio de Valle de Chalco (México). Mercedes, Enrique y Argelia no se conocieron en vida pero sus entierros coinciden el mismo día y a la misma hora en un terreno auxiliar al cementerio de Valle de Chalco, municipio mexicano que ha tenido que ampliarlo al quedarse sin espacio para fosas por la pandemia del COVID-19. EFE/Jorge Núñez
ACOMPAÑA CRÓNICA***AME3223. VALLE DE CHALCO (MÉXICO), 30/05/2020.- Fotografía fechada el 28 de Mayo de 2020 que muestra a un trabajador municipal colocando una cruz sobre una nueva tumba, en el terregoso panteón del municipio de Valle de Chalco (México). Mercedes, Enrique y Argelia no se conocieron en vida pero sus entierros coinciden el mismo día y a la misma hora en un terreno auxiliar al cementerio de Valle de Chalco, municipio mexicano que ha tenido que ampliarlo al quedarse sin espacio para fosas por la pandemia del COVID-19. EFE/Jorge Núñez

Durante la crisis sanitaria por la COVID-19, cada muerte añade al dolor de la pérdida la imposibilidad de la expresión colectiva del luto en rituales funerarios y de despedida. Con la obra La arena fuera del reloj. Memorial a las víctimas de COVID-19 (A Crack in The Hourglass: A Memorial for the Victims of COVID-19), el artista Rafael Lozano-Hemmer (Ciudad de México, 1967; vive y trabaja en Montreal) propone la creación de un memorial remoto y participativo para las víctimas de la pandemia, el cual opera a través del sitio web del Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC).

Para ello, se convocará a deudos y amigos de quienes han perdido la vida en 2020 a enviar retratos fotográficos que se integrarán en un homenaje llevado a cabo por medio de la telepresencia. La obra es un altar compartido y un ceremonial adaptado a las condiciones de vida y tecnologías del siglo XXI.

La pieza, cuyo proceso dará como resultado una exposición virtual colaborativa, se presentará el 7 de noviembre a las 12 horas, a través de la página fueradelreloj.net. Ese mismo día se abrirá la convocatoria para que los deudos puedan mandar una fotografía de sus fallecidos.

Esta obra se realiza en colaboración con El Aleph. Festival de Arte y Ciencia, en el marco de In Memoriam, ejercicio de evocación e iniciativa que reúne diversas actividades académicas y artísticas que forman parte de la #MegaOfrendaUNAM, organizada por la Dirección General de Atención a la Comunidad (DGACO) y del proyecto Memorial de Víctimas de la COVID-19, 2020.

El artista mexicano vive en Montreal Canadá Foto: lozano-hemmer.com
El artista mexicano vive en Montreal Canadá Foto: lozano-hemmer.com

Proceso de producción

Una máquina organiza lentamente miles de cristales de arena sobre una plataforma de papel de estraza para crear retratos efímeros de las personas que han fallecido por COVID-19. Se invita a que deudos y amigos de los miles de muertos por la pandemia envíen esos retratos para ser compartidos en este altar remoto.

El memorial opera a través del sitio web del Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) a manera de telepresencia. Al acceder al sitio web, el público puede ver en tiempo real el quehacer de la máquina, que articula lentamente sus rieles robóticos para desplazar los cristales y crear trazos desde los que emerge un retrato de alguno de los fallecidos. Cuando se completa el retrato, la máquina lo fotografía y acto seguido lo desvanece con una caricia aplanadora para comenzar de nuevo.

El sitio web permite que cualquier participante envíe una imagen, información y dedicatoria de algún allegado que falleció por el virus. La imagen se añade a una fila de producción sucesiva que también se puede consultar en línea. De esta manera, se puede consultar el archivo de los retratos que se han ido produciendo desde el inicio del proyecto. Este archivo da una constancia de la magnitud y el impacto personal de la pandemia.

"Espiral de pulso" es un paraboloide espiral tridimensional compuesto por 400 bombillas dispuestas según las ecuaciones de Fermat, que registra y responde a la frecuencia cardíaca de los participantes que sostienen un sensor debajo. Encargada para la apertura del Centro de Cultura Contemporánea en Moscú Foto: lozano-hemmer.com
"Espiral de pulso" es un paraboloide espiral tridimensional compuesto por 400 bombillas dispuestas según las ecuaciones de Fermat, que registra y responde a la frecuencia cardíaca de los participantes que sostienen un sensor debajo. Encargada para la apertura del Centro de Cultura Contemporánea en Moscú Foto: lozano-hemmer.com

El derecho al duelo

Entre las múltiples posibilidades de vida que ha puesto en juego la pandemia está el derecho mismo al duelo, señala Cuauhtémoc Medina, curador de este proyecto. Esta nueva mortandad, dice, ha echado por tierra la petulancia de nuestra expectativa sobre los poderes de la medicina y la tecnología, y ha radicalizado la poco digna forma en que nuestra sociedad aborda el trabajo de acompañar la muerte de los otros.

“Además del monstruoso confinamiento con que muchos experimentamos nuestra agonía aislados en el aparato de los hospitales, el peligro del contagio nos ha privado de siquiera tomar la mano de quienes amamos en el momento de su tránsito. El dolor no se mitiga y se sostiene de la experiencia colectiva del rito y la expresión pública de duelo. Casi sin remedio, hemos llegado al punto donde el dolor ocupa el más mínimo espacio posible de expresión: una docena de caracteres torpemente expresados en un mensaje electrónico”, agrega el curador.

La arena fuera del reloj ofrece un intento de transformar las condiciones a las que nos ha forzado la epidemia de COVID-19 (como el aislamiento físico apenas horadado por la conexión de nuestras computadoras) para participar en una obra pública de duelo. Durante un tiempo, familiares, amigos y dolientes podrán compartir con la sociedad el rostro de aquellos a quienes apenas han despedido. “No nos equivoquemos: si bien una máquina es la autora de este retrato que se transmite a la distancia por vía de paquetes de electrones, la conexión que establece entre nosotros es una honda corriente que atraviesa nuestra mente y nuestros cuerpos

"Nivel de confianza" es una cámara de reconocimiento facial que ha sido entrenada con los rostros de los 43 estudiantes desaparecidos de la escuela Ayotzinapa en Iguala, México. Al pararse frente a la cámara, el sistema usa algoritmos para encontrar qué rasgos faciales de los estudiantes se parecen más a los suyos y le brinda un "nivel de confianza" sobre la precisión de la coincidencia Foto: lozano-hemmer.com
"Nivel de confianza" es una cámara de reconocimiento facial que ha sido entrenada con los rostros de los 43 estudiantes desaparecidos de la escuela Ayotzinapa en Iguala, México. Al pararse frente a la cámara, el sistema usa algoritmos para encontrar qué rasgos faciales de los estudiantes se parecen más a los suyos y le brinda un "nivel de confianza" sobre la precisión de la coincidencia Foto: lozano-hemmer.com

Aunque la acción ocurre en la red desmaterializada del internet, tiene como objetivo ser un memorial plenamente tangible: en tiempo real asistimos a la creación de un rostro trazado en la arena, ese medio que marca tanto el paso del tiempo como nuestra propia materialidad. Esta condición está inscrita en la producción misma de la obra. A lo largo de toda la producción de esta pieza, la arena no cambia: es un mismo cuerpo que forma un número ilimitado de reflejos", comenta Cuauhtémoc Medina.

Al escoger trazar estos retratos en arena, Lozano-Hemmer ha optado por evocar la brevedad de la vida y la conclusión de cada rostro y existencia. En este caso, el carácter efímero no es una mera negativa a la vanidad de la perpetuidad, sino que es una forma más de establecer un vínculo con la sombra que convoca nuestra mirada.

“Ciertamente, nada podemos hacer ante la muerte una vez que se ha consumado. Sin embargo, participar en expresar esa partida confirma el sentido de ser humanos. Ojalá que la experiencia de esta obra permita reclamar, aunque sea de un modo limitado, nuestro derecho al duelo”, concluye Medina, también curador en jefe del MUAC.

"Cloud Display" es una fuente de agua vertical que consta de 1.600 atomizadores ultrasónicos, controlados por un sistema de reconocimiento de voz de aprendizaje automático. Cuando un participante habla por un intercomunicador, la pieza escribe cualquier palabra u oración que se pronuncie Foto: lozano-hemmer.com
"Cloud Display" es una fuente de agua vertical que consta de 1.600 atomizadores ultrasónicos, controlados por un sistema de reconocimiento de voz de aprendizaje automático. Cuando un participante habla por un intercomunicador, la pieza escribe cualquier palabra u oración que se pronuncie Foto: lozano-hemmer.com

Rafael Lozano-Hemmer (Ciudad de México, 1967; vive y trabaja en Montreal) Es un artista electrónico que desarrolla instalaciones interactivas que están en la intersección de la arquitectura y el arte del performance. Su interés principal es crear plataformas de participación pública, pervirtiendo una gran variedad de tecnologías de control.

Fue el primer artista que representó oficialmente a México en la Bienal de Venecia en el año 2007. También expuso en las Bienales y Trienales de Sídney, Estambul, Habana, Singapur, Sevilla, ICP en Nueva York, Valencia, Nueva Orleans, Montreal, Singapur, Shanghái, Kochi-Muziris y Moscú. Sus exposiciones individuales incluyen el HirshhornMuseum, Museo de Arte Moderno de San Francisco, la Fundación Telefónica en Madrid y el Museo de Arte Contemporáneo de Sídney. Ha ganado dos BAFTAS de la Academia Británica, un Governor General Award en Canadá, un premio Golden Nica en Austria, un premio Bauhaus en Alemania, un Trophée des Lumières en Francia, entre otros galardones.

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