La Ciudad de México —la densamente poblada capital del país— vio entrar al narco en 2009, cuando Javier Hernández Gómez, alias el “ Pancho Cayagua” junto con otros líderes criminales, Jesús Abdiel Vega Lemus, el "Grande”; Omar Romero Romero, el "Colosio”; Ricardo López Castillo, el "Moco” y Armando Hernández Gómez , el "Ostion”, fundaron La Unión Tepito, una banda vinculada al cártel del narcotráfico de los Beltrán Leyva.
En octubre del 2017, el "Pancho Cayagua” fue asesinado por unos sicarios en moto.
El líder criminal vivía en un barrio de clase media al norte de la CDMX. Había pasado por prisión el año anterior por una acusación de homicidio, pero consiguió librarse. La prensa dijo que desde ese entonces perdió el poder del grupo criminal, que no estaba tan encima. Manejaba sus negocios desde casa.
Coyagua recibió una llamada a eso de las 14:00 horas. Salió en su carro, llegó a un centro comercial que hay de camino a l barrio de Tepito y, antes de aparcar, le balearon.
Entonces, la fiscalía de la capital de México informaba que dos de los atacantes —fueron cuatro en total— eran muy cercanos a uno de los acérrimos rivales de Cayagua. Se trataba de Roberto Mollado, alias el "Betito”. Al parecer, en ese entonces el "Betito” controlaba el menudeo al otro lado del Paseo de la Reforma, una de las principales arterias de la ciudad.
Los comerciantes del barrio explicaron que el "Cayagua” se la debía a mucha gente. “Es parte del proceso, en el momento que te haces popular, te carga la chingada”. refirieron.
El “Betito” presuntamente orquestó el secuestro del hermano de Jorge Flores Conchas, conocido como el “Tortas”, entonces líder de la Unión. Esto provocó una batalla entre ambos líderes.
Para poder hacer frente al “Betito” y la Unión, el “Tortas” logró una alianza con el CJNG, quien le aportó armamento y protección y fundó la célula delictiva Anti-Unión Tepito . En los próximo meses, se desencadenaron una serie de crímenes, el más infame la masacre de Garbaldi, que le dio el triunfo a la Unión Tepito.
Tanto el “Tortas” como el "Betito fueron detenidos y con ello la guerra abierta pasó a una suerte de “guerra fría”.
El CJNG aparentemente apostaba a la “victoria” del Tortas y a través de él abastecer su droga en la capital mexicana, pero la Unión no lo permitió a base de plomo.
Según Antonio Nieto, autor del libro Narco CDMX: El monstruo que nadie quiere ver, el CJNG —al quedare sin aliado— miró hacia Tláhuac, donde estableció una alianza con el autodenominado Cártel de Tláhuac. Para entonces, el grupo criminal lo encabezaba el “Felipillo”, hijo de Felipe de Jesús Pérez Luna, el “Ojos” (abatido en 2017).
En julio de 2019 ocurrió el tiroteo en Plaza Artz, donde el CJNG ajustó cuentas con dos narcos israelíes. La logística fue coordinada por Juan Miguel Torres Linares y/o José Armando Briseño, alias el “Vaca”, auxiliado por el cabecilla de Tláhuac, Carlos Alejandro, el “Cindy”, quien buscaba levantar de las cenizas a una organización que tras el abatimiento del “Ojos” decayó.
Éste último fue capturado por agentes de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la CDMX, por lo que el grupo criminal fue incapaz, por un tiempo, de seguir colaborando con las actividades ilícitas del Cártel Jalisco, que buscó pactos con las pocas bandas criminales que no estaban alineadas con la Unión.
Sin embargo, ninguna dio el ancho para abrirle la puerta a la organización de Nemesio Oseguera Cervantes, el “Mencho”.
El ataque contra el líder criminal de la SSC CDMX, Omar García Harfuch, estropeó el plan del CJNG de tomar la capital, ha advertido Antonio Nieto. Aunque el de Jalisco sea uno de los cárteles más poderosos, en Ciudad de México, las circunstancias y sus particularidades han jugado en su contra para sentar plaza en la región.
Definitivamente, los planes del Cártel Jalisco de dominar la capital continúan, pero ahora hay un nuevo rival que busca lo mismo: el Cártel de Sinaloa quien, según Nieto, es enemigo de la Unión.
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