La semana pasada una avioneta que se suponía iba aterrizar en Chetumal, Quintana Roo, desapareció en el mar del Caribe. Doce horas después, ya cargada con tonelada y media de cocaína, fue identificada en aguas internacionales frente a las costas de Colombia, con rumbo al norte.
Pudo desaparecer de los radares gracias a que apagó su equipo identificador o transponder y evitó comunicación con la torre de control; sin embargo, los radares mexicanos del Sistema Integral de Vigilancia Aérea (SIVA) de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) lo siguieron hasta que desapareció y su huida fue clasificada como vuelo ilícito.
SIVA cuenta con cuatro radares en el sureste del país, otro en el norte y otros tantos que son aerotransportados en plataformas sobre aviones. También cuenta con el apoyo de los radares de la Agencia Federal de Aviación, ubicados en todos los aeropuertos del país y la colaboración internacional con naciones como Guatemala, Belice, El Salvador, Colombia y Estados Unidos con quienes comparte información en caso de registrar alguna alerta de vuelo ilícito hacia el Caribe.
Esta última fue fundamental para el aseguramiento del martes 27. “Cerca de las 23:00 horas del lunes 26, radares de otras naciones detectaron una aeronave con todas las características de un vuelo ilícito en aguas internacionales del Caribe, frente a las costas de Colombia”, dijo a Milenio el Coronel Jorge Thomas Smith Zamora, del SIVA.
En ese momento se activaron los protocolos del SIVA y a la una de la mañana del martes 27, cuando el jet ingresó al espacio aéreo mexicano, pilotos mexicanos recibieron la orden de despegar dos aviones Embraer 145 con plataformas aéreas que llevaban los radares para identificar la aeronave no identificada.
“A 45 kilómetros de Chetumal ya había un área semipreparada para que aterrizara pero el mando territorial de la a la 34 Zona Militar activó la ocupación de pistas y áreas de probable aterrizaje, lo que obligó a que la aeronave realizara su descenso en el Aeropuerto Internacional de Chetumal, Quintana Roo a las cuatro de la mañana”, señaló el coronel Smith.
El SIVA cuenta con 80 elementos de su personal que trabajan las 24 horas, los 365 días del año. Llevan a cabo acciones de control, cómputo, comunicaciones, inteligencia, reconocimiento y permiten tomar decisiones en tiempo real en operativos de seguridad mexicanos.
Este centro permite detectar todas las aeronaves que sobrevuelan el país y sean sospechosas de actividades ilícitas, gracias a sus acciones se han podido decomisar más de siete toneladas de droga, armas y millones de pesos en lo que va de esta administración.
Aunque el sistema tiene sus inicios desde 1992, en 1998 la estrategia general para el control de drogas demandaba contar con un ente cuyas capacidades le permitieran integrar los esfuerzos de vigilancia e intercepción aérea, inteligencia e interdicción, por lo que se proyectó el Sistema Integral de Vigilancia Aérea.
En el 2004 se crearía el actual Centro de Mando y Control del Sistema Integral de Vigilancia Aérea, como un organismo capaz de integrar medios de detección, de interceptación, enlace, adiestramiento e inteligencia para fortalecer las capacidades de la Defensa Nacional y de la Fuerza Aérea Mexicana en la vigilancia y control de espacio aéreo, empleando infraestructura y tecnológica de punta.
Tienen radares satelitales en las fronteras sur y norte y usan diversa tecnología, entre la que destaca el sistema Flyr, que consiste en un sistema integral de naves no tripuladas con cámaras de infrarrojos (detectoras de calor) y la convierte en una señal electrónica, que se procesa entonces para producir una imagen o un vídeo térmicos, sobre los que pueden realizarse cálculos de temperatura.
La Secretaría de la Defensa Nacional anunció que detectaron 1,356 vuelos en seis años que se vinculan con el narcotráfico en el territorio mexicano.
De acuerdo con la información que presentó la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) este miércoles dentro del territorio mexicano 1,356 vuelos tenían vínculo con el narcotráfico.
Fue entre los años 2012 y 2018 cuando se detectaron presuntamente los vuelos donde se decomisaron en 92 de los casos metanfetamina, marihuana, cocaína y heroína, así lo señala el reporte del Sistema Integral de Vigilancia de la Fuerza Aérea (SIVA).
La mayoría de los vuelos se detectaron en Sinaloa y Durango, así como también en la frontera sur.
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