Arturo Lona Reyes, obispo emérito de la diócesis de Tehuantepec, Oaxaca, murió por complicaciones de COVID-19, justo en la víspera (1 de noviembre) de su cumpleaños 95. Era conocido como “El obispo de los pobres” por su labor social y actividad altruista con comunidades originarias.
La noticia fue comunicada por la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y confirmada por diversos políticos como el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, y el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat.
“Lamento mucho el fallecimiento del obispo Arturo Lona por su trabajo ejemplar en favor de los más pobres, como lo dije cuando me visitó en Palacio Nacional el 26 de febrero de 2019”, escribió el presidente mexicano en su cuenta oficial de Twitter, sobre quien reconocía como un auténtico cristiano.
Hace un par de semanas, Lona Reyes fue trasladado a Lagunas e ingresado al hospital Médica Azul, tras una complicación en la columna, según consignó La Jornada. Luego de 15 días internado se le practicó una prueba de COVID-19 a la cual resultó positivo. Su diagnóstico fue grave, porque el obispo padecía diabetes.
Tras conocerse su condición de vulnerabilidad ante el virus, fue cambiado al “área Covid de esa unidad médica en donde se encuentra muy grave de salud. Que la voluntad de Dios se cumpla en la vida del obispo de los pobres”, dijo este viernes Joaquín Galván, encargado de salud sacerdotal de la Diócesis de Tehuantepec, de acuerdo con el medio nacional.
Nació el 1 de noviembre de 1925 en Aguascalientes, hijo de Fructuoso Lona y Dolores Reyes. El 15 de agosto de 1952 fue ordenado sacerdote, a sus 26 años. De ahí fue nombrado obispo de la Diócesis de Tehuantepec por el Papa Paulo VI el 4 de mayo de 1971 y consagrado el 14 de agosto de 1971 en la Catedral de la Asunción de María de Santo Domingo por el obispo emérito de la Diócesis de Huejutla, Manuel Jerónimo Yerena y Camarena. En 1972 fungió como Presidente de la Comisión Episcopal de Indígenas.
Desde que tuvo a su cargo la Catedral de Tehuantepec comenzó su labor social con la creación de cooperativas de producción, hasta promover la Universidad Indígena en la zona mixe de la región del Istmo. También fundó el Centro de Derechos Humanos Tepeyac de Tehuantepec.
Cuando cumplió 75 años, en el año 2000, presentó su renuncia al Papa Papa Juan Pablo Segundo. Desde entonces se convirtió en obispo emérito. Brindó asesoría y acompañamiento a los pueblos indígenas, en especial, aquellos que que se mantuvieron en resistencia ante megaproyectos eólicos y mineros en la región del Istmo. Igual apoyó a los zoques de Chimalapas, por los conflictos de tala inmoderada.
“En 2008 fue galardonado con el XVI Premio Nacional de Derechos Humanos “Don Sergio Méndez Arceo” como reconocimiento a toda una vida entregada en la defensa y promoción de los Derechos Humanos de los pobres e indígenas de Huejutla, Hidalgo y en Tehuantepec, Oaxaca, informó la CEM.
De acuerdo con registros de La Jornada, Lona Reyes fundó 15 bachilleratos maristas, así como una universidad de la orden de los jesuitas en 2007, que hasta el momento ha logrado la graduación de seis generaciones de jóvenes indígenas.
Una de las cooperativas que creó fue aquella de producción de café orgánico que exporta a Europa. Otra de ellas es de ajonjolí, donde los integrantes son socios y reciben utilidades en partes iguales.
Reportes de la revista Proceso destacaron que Lona Reyes, con el arzobispo de Antequera Oaxaca, Bartolomé Carrasco Briseño, y el obispo de San Cristóbal de las Casas, Samuel Ruiz García, aplicaron la teología de la liberación en la zona Pacífico Sur; ello les valió el hostigamiento y hasta persecución de la misma Iglesia.
Abanderaron causas de los pobres, indígenas y mujeres, lo que les acarreó el acoso de las autoridades, incluso, amenazas de muerte. El obispo emérito de Tehuantepec sufrió al menos 11 atentados por encabezar manifestaciones en apoyo a migrantes, así como otras luchas contra cacicazgos políticos e invasiones en territorio de los Chimalapas, según consignó el semanario.
“Los pobres me evangelizan” fue la premisa que siempre condujo a Lona Reyes, destacó el Centro de Derechos Humanos Tepeyac.
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