La pandemia ha hecho que la forma de trabajo en varios sectores se adapte digitalmente para seguir funcionando sin comprometer la salud de los ciudadanos, sin embargo a la par ha dejado expuesta una realidad polémica con los docentes en México, mientras algunos tienen falta de capacitación en nuevas tecnologías por otra parte algunos más han sido captado humillando a alumnos, como ahora un maestro en Tamaulipas.
Si bien en las redes sociales algunos opinan que es el deber de los maestros ser estrictos por el bien de los alumnos y enseñarles disciplina, además que es necesario para evitar susceptibilidades en la generación de cristal que no los hará enfrentarse a los retos y presiones de una realidad en el mercado laboral, algunos otros han resaltado que estos actos ya superan el respeto básico.
Otro maestro, ahora de Tamaulipas, profesor de ingeniería del Tecnológico de Ciudad Victoria, contestó de forma tajante a alumno con problemas de habla durante una clase virtual que se llevó a cabo en los últimos días.
Después de que el profesor solicitó que el alumno de nombre Alejandro leyera un ejercicio de tarea para participar en clase, el joven leyó su escrito, sin embargo un problema en la lengua del joven le impedía escucharse claramente.
Después de varios minutos el profesor se desesperó y calló al alumno, al tiempo que lo reprendió por no hablar bien.
“Alejandro, escúchame. A parte de que tú tienes una voz que no se te escucha bien, no es muy clara, tienes problemas para hablar correctamente. Ese es un problema de salud que tendrás que resolver con tu familia. Yo te agradezco, pero tu equipo no esta funcionando correctamente. Lo dejamos por ahí, gracias por participar”, explicó.
“Profesor, la voz, así soy”, dijo él. “Ya lo sé, Alejandro, no es la primera vez que usted está conmigo. Ya reprobó el semestre anterior y ahora va usted por el mismo camino. No sé porque está usted aquí, Alejandro”, respondió el maestro del Tecnológico de Victoria.
El maestro continuó y le dijo que debería ir al psicólogo o recibir algún tipo de atención médica para solucionar sus problemas del habla, pues aseguró que este seguiría interfiriendo con su situación académica.
“Su situación es personal. Necesitan analizarla un psicólogo, un psiquiatra, un médico. Eso ya lo he tratado con la subdirectora y el director. No sé porque, Alejandro. ¿Sabe qué? Yo no voy a dar un resultado positivo sobre alguien que no está en condiciones. Compréndame, por favor”, finalizó.
Dos alumnas comenzaron a protestar por la anulación de participación del joven debido a que el problema de lenguaje no debía ser motivo para calificarlo de forma negativa.
Previamente el maestro había discutido con otra alumna que tuvo problemas con su computadora. Identificada como Gisela, la joven tuvo problemas con su micrófono y se dejó de escuchar por lo que el docente le pidió que arreglara su micrófono ya que no se entendía lo que estaba diciendo.
“¿Sí se escucha?”, preguntó Gisela. “Pues no, no se escucha bien, señorita. Y ya el semestre va a más del 50%, ya era para que hubiera arreglado su equipo, señorita. Ya era para que lo hubiera arreglado. No se escucha y no le entiendo nada”, reviró el profesor.
La joven intentó defenderse, sin embargo, fue inaudible lo que dijo. El maestro le pidió que pusiera orden a su equipo o, en todo caso, a su conexión a internet, y le resaltó que debía solucionar su problema por cualquier otra vía hasta obtener un resultado.
“Busque otra solución, por favor. Mientras, no tiene participación”, dijo. Ante ello, una compañera intentó defender a Gisela argumentando que un día antes había participado sin problema alguno, pero el profesor ironizó y la llamó “abogada” además le dijo que no se metiera.
“Sí, sí, sí. Usted defensora, usted es la abogada de ella. Por casualidad, ¿tiene honorarios? No vaya a ser usted de esos abogaduchos que defienden lo indefendible. Entonces deje que ella se defienda sola, señorita”, contestó el maestro. “No, maestro, pero a ella no le sirve su micrófono”, explicó la estudiante.
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