Está por demás decir que México es un país de contrastes, lleno de cultura y tradición, envuelto de mitos y leyendas que durante octubre y Día de Muertos salen a relucir, pasando desde la Llorona o la Malinche, El Charro Negro y hasta las más recientes como los fantasmas que se aparece en el Metro de la Ciudad de México o las historias de la Mano Peluda.
Aunque algunas son más tradicionales que otras, todas han espantado a más de uno y se han quedado en la memoria colectiva.
Por ello, en el marco de este terrorífico 2020, cabe hacer un repaso de algunos mitos y leyendas que han nacido de eventos trágicos o paranormales para ser parte de los mexicanos y mexicanas.
La Llorona o la Malinche
No hay otro modo para iniciar con este recorrido que con la leyenda de la Llorona, la cual ha atravesado todo México para atormentar en otros países con su clásico lamento “Ay, mis hijos”; llegando hasta una producción cinematográfica de Hollywood.
Esta historia tiene su origen en la época prehispánica, y aunque tiene varias versiones, las cuales se han ido modificando con el paso del tiempo, la más común señala que surgió del romance entre una mujer indígena con un español; relación de la que nacieron tres hijos que ella amaba y cuidaba.
Sin embargo, el padre no quería aceptarlos como su familia, por lo que siempre que la mujer le pedía formalizar se desentendía. Al paso del tiempo el hombre se casó con una mujer española, tras el dolor y la traición ella se dirigió al lago de Texcoco con sus hijos para ahogarlos ahí y luego suicidarse.
Se dice que desde entonces se escucha en el lago el lamento de una mujer que grita por sus hijos; algunos dicen que va vestida de blanco como una novia y que deambula sin rumbo hasta desvanecerse en la oscuridad del lago.
La otra versión, por la cual también es llamada y conocida como la Malinche, señala que en realidad era la pareja de Hernán Cortés. La pareja habría tenido un hijo, pero el conquistador se lo quitó sin más cuando regresó a España.
Además de ser llamada traidora entre los indígenas, este evento hizo que la vieran como una mala madre que no defendió a su hijo para entregarse a los placeres, de tal modo sería el símbolo de la entrega de las raíces a Cortés.
El Charro Negro
Esta leyenda retrata a un hombre vestido de charro color negro montado en un caballo azabache que paseaba por la madrugada; haciendo creer a varios que era el mismo diablo.
Las pisadas del caballo eran escuchadas a lo lejos, pero quien llegaba a sentir los cascos de cerca podía ver la tenebrosa figura.
El relato señala que el Charro se acercaba a las personas que deambulaban para acompañarlas a sus casas, especialmente a mujeres jóvenes a quienes además les ofrecía llevarlas a su casa en caballo.
Su apariencia sombría hizo que con el tiempo se volviera de mala suerte encontrarse con él, principalmente en las calles de Tuxpan, Jalisco. Además, se comenzó a decir que se acercaba a quienes tenían deudas pendientes con el diablo.
El fantasma de la monja del Convento de la Concepción
Este relato data del siglo XVI en la Ciudad de México, el cual señala que desde entonces se aparece el fantasma de una monja en los alrededores de un convento, ubicado en la calle Belisario Domínguez en el Centro Histórico, lamentando haber sido separada del amor de su vida.
La tragedia surgió cuando María de Ávila fue separada de un mestizo de apellido Arrutia, quien quería contraer nupcias con ella por su estatus social y dinero.
Ella estaba perdidamente enamorada de él, así que nunca notó las intenciones del joven, sin embargo sus hermanos sí lo hicieron oponiéndose al matrimonio y prohibiendo que María viera a Arrutia.
Al inicio él se negó, no obstante, cuando los hermanos de María le ofrecieron una gran suma de dinero aceptó marcharse. Ella al no saber por qué se había ido sin decir adiós cayó en una profunda depresión.
Al pasar dos años en la misma situación sus hermanos decidieron llevarla al Convento de la Concepción en donde siempre pidió por él. Sin embargo, un día no soportó más el dolor y se suicidó, colgándose en un árbol de duraznos.
Las monjas decidieron enterrarla ahí mismo, y un mes más tarde algunas novicias dijeron haberla visto en el patio o ver su reflejo en el agua del convento, por lo que decidieron prohibirles que salieran por las noches. La leyenda dice que una vez estando muerta salió a buscar a su amado para matarlo y poder estar siempre con él en el otro mundo.
Las brujas de Tlaxcala
Aunque han habido avistamientos en diferentes estados del país, algunos señalan que las más imponentes y temibles son las que habitan en Tlaxcala.
También conocidas como Tlaltepuchis, que en náhuatl significa “sahumador luminoso”, son una especie de nahuales que tienen la habilidad de convertirse en animales y cometer atrocidades como beber la sangre de los niños.
Se dice que en el día su apariencia es el de una mujer normal, sin embargo, entre la media noche y tres de la mañana llevan a cabo un ritual de transformación, preparando un fogón al que agregan raíces de agave, copal y hojas secas de zoapatle, plantas medicinales que en tiempos prehispánicos eran para propiciar el coito o inducir el aborto.
Una vez listo el fuego, las mujeres comienzan a caminar sobre él tres veces de norte a sur y de este a oeste, posteriormente se sientan en dirección al hogar de su víctima, mientras que se desprenden las extremidades de su cuerpo y se transforman en animales, singularmente en aves.
Aunque se alimentan de sangre humana su preferida es la de los niños, es por ello que algunas personas, aún hoy en día, acostumbran poner tijeras, alfileres, o cualquier metal debajo de las cunas de los niños, ya que las brujas detestan dicho material.
Pese a que las historias de nahuales y las mujeres tlahuelpuchi tienen un origen prehispánico aún se pueden escuchar experiencias de personas que han visto presuntas bolas de fuego pasar cerca de ellos, además se dice que la última ejecución de una bruja de este tipo ocurrió en 1973.
Casa Mijangos
Esta lamentable tragedia sigue vigente, pues apenas en 2019 se dio a conocer que Claudia Mijangos, conocida como “La Hiena de Querétaro” salió libre del Centro Femenil de Readaptación Social de Tepepan.
Los lamentables hechos narran que la mujer asesinó a sus hijos Claudia María, de 11 años, Ana Belén, de 9 años y Alfredo, de 6 años. Tras lo ocurrido, algunos dicen que aún se oyen llorar y gritar a los niños al interior del domicilio.
Aunque la casa fue cerrada por las autoridades, se sabe que algunos curiosos han ingresado para realizar rituales o dejar ofrendas.
Los fantasmas del Metro de la CDMX
Diariamente circulan millones de personas por las más de 100 estaciones del Metro, y algunos aseguran haber visto apariciones de fantasmas, como lo es el Niño de Consulado o la pareja que sale de las vías del metro, ambos captados en video.
En el primero se observa un grupo de hombres que realizan trabajos en la estación Consulado de la línea 5, cerca de las 3:00 de la madrugada, pues es cuando no hay usuarios y pueden laborar sin retrasos.
Quienes lo grabaron señalan que lo hicieron como muestra de los ruidos extraños que se escuchaban a esas horas. En las imágenes se logra distinguir a un niño que supuestamente estaba buscando a su papá, sin embargo, al final se les aparece fugazmente haciéndolos gritar.
El siguiente es el de una pareja que fue grabada saliendo de las vías del metro, situación que inicialmente es rara ya que nadie tiene acceso a esa zona y además es angosta como para que quepan dos personas, sin embargo, la situación se hace más extraña cuando de repente desaparece el hombre y la mujer continúa sin voltear ni inmutarse.
Ambos videos han sido vistos por muchas personas y hasta la fecha nadie ha identificado a la mujer ni ha podido explicar lo que pasó en la estación Consulado.
El caso Josué de la Mano Peluda
El programa del locutor Juan Ramón Sáenz fue por muchos años el número uno en temas paranormales, pues la gente le llamaba para contarle todo tipo de relatos, sin embargo el más fuerte y recordado fue el de Josué, el cual incluso algunos dicen podría estar relacionada a la muerte del comunicador.
Fue en 2002 cuando Josué Velázquez llamó a la Mano Peluda y contactó a Juan Ramón, este le dijo que practicaba las artes oscuras e incluso había tratado de contactar al mismo diablo en persona.
El sujeto aseguró que había comunicado con diversos demonios, con quienes hizo pactos a cambio de dinero, afirmando que sentía ganas de hacer “cosas malas”, además, de que vivía siendo atormentado por dichos entes.
En una transmisión el sujeto aseguró que los entes querían muerto a Juan Ramón Sáenz, precisando que él no lo deseaba así. Más tarde en un programa de TV Azteca el locutor se reunió con Josué en una lancha, en medio del agua para evitar algún ataque de los entes, mientras el equipo de grabación se quedó en tierra.
Después de ese día los miembros de la producción que asistieron comenzaron a tener accidentes y más tarde el locutor falleció. Algunos aseguran que su deceso estuvo relacionado con ese encuentro.
Si bien las leyendas, mitos e historias son muchas más, hemos dado un repaso desde las que surgieron en la época prehispánica, hasta algunas que en nuestros días siguen atormentando.
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