El Cártel de Sinaloa mostró una disputa interna tras el arresto y condena de Joaquín Guzmán Loera, el Chapo, pues los hijos del capo pretendieron ampliar su dominio, así como otros lugartenientes de segundo rango en la poderosa organización criminal con al menos 17 células y brazos armados en el territorio nacional.
Los Chapitos se consideraron herederos legítimos del imperio que su padre ayudó a forjar. Pero operadores como Dámaso López Núñez y su hijo, el Mini Licenciado, intentaron afianzar su poderío, aunque pronto terminaron arrestados, incluso, cooperando con las autoridades.
Guzmán Loera fue recapturado en enero de 2016, esa vez, de forma definitiva, por lo que un año después llegó extraditado a Estados Unidos donde fue procesado y obtuvo cadena perpetua. Desde entonces se agudizaron las fricciones al interior del Cártel de Sinaloa.
Quien quedó al frente de la organización fue Ismael el Mayo Zambada, viejo líder fundador que jamás ha pisado la cárcel en sus 72 años, en parte, por el bajo perfil con que se conduce, así como por los presuntos sobornos a autoridades locales y federales.
En los últimos tres meses ha cobrado relevancia la irrupción de Rafael Caro Quintero, quien lidera el Cártel Caborca y disputa el territorio de Sonora a Los Chapitos. Llamado el Narco de Narcos, este capo consolidó una agrupación poderosa en Guadalajara, junto a Ernesto Fonseca Carrillo, Don Neto y a Miguel Ángel Félix Gallardo, el Jefe de Jefes, dominaban el trasiego de narcóticos en 1980, pero fueron acusados de matar a un agente de la DEA (Administración de Control de Drogas).
Caro Quintero fue arrestado en 1985 y liberado en 2013, en entrevista a la periodista Anabel Hernández comentó que no quería saber nada del narcotráfico, pero las narco mantas firmadas con su nombre en las semanas recientes, así como los reportes de autoridades estadounidenses y mexicanas, indican que ha vuelto al negocio.
Cada una de las facciones anteriores ha formado sus brazos armados o mantienen el mando con células ya distribuidas en el territorio nacional previo a la caída del Chapo.
En mayo de 2017, cuando Guzmán Loera ya estaba en EEUU, fue dado a conocer un informe del Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia, de la entonces Procuraduría General de la República.
Este documento ubicaba que el Cártel de Sinaloa contaba con 10 células distribuidas en nueve entidades federativas de México. Las autoridades señalaron que el liderazgo de la organización estaba en juego, pues los hijos del Chapo querían afianzarse sobre el Mayo y el resto de lugartenientes.
Dámaso López Núñez, El Licenciado, tenía a su mando a Los Dámasos/Fuerzas especiales Dámaso. Con esa facción y una presunta alianza con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), López Núñez comenzó una corta disputa contra Los Chapitos. Presuntamente, el CJNG habría apoyado al compadre del Chapo con Los 28.
Autoridades mexicanas identificaron al Licenciado como sucesor del Chapo, aunque otras versiones reportaron que quería imponerse frente a los hijos que reclamaban su herencia legítima. Los Chapitos habrían querido imponerse junto con Aureliano Guzmán Loera, El Guano, hermano mayor del Chapo.
No estaba claro quien rompió los acuerdos, lo único visible era río de sangre dejado por las ejecuciones. En disputa de Culiacán, los vástagos de Guzmán Loera crearon la célula de pistoleros de Los Ninis, liderada por Néstor Ernesto Pérez Salas o Néstor Isidro García, a quién la policía ministerial de la entidad norteña solo conoce como El Nini. Esta facción serviría para contrarrestar a las fuerzas de López Núñez y los Zambada.
En 2017, cuando se agudizaba la pugna del Cártel de Sinaloa, la PGR identificaba a Gente Nueva, cuyas operaciones estaban en Chihuahua y Sinaloa. Habrían sido entrenados por desertores del Ejército y la Policía Federal y el grupo se conformaba por hombres de entre 20 y 30 años.
Noel Salgueiro Nevárez, El Flaco, fue el fundador, pero dejo vacante el liderazgo tras ser arrestado en 2011 y extraditado a EEUU en diciembre de 2019. Entre los cabecillas actuales estarían Ruperto Salgueiro Nevárez El 37; Antonio Amado Núñez Meza, El M11; así como los hermanos Jorge (El Lobo y su grupo Los Lobos) y Francisco Arvizu Márquez El Jaguar (y sus operadores, Los Jaguares).
Otra célula identificada por la PGR son Los Cabrera, que operan en Durango y Chihuahua. Este brazo armado es leal al Mayo Zambada. Fue fundado por cuatro hermanos: Luis Alberto, Alejandro, Felipe y José Luis, todos ellos con el apellido Cabrera Sarabia, siendo esa la razón de su nombre.
Desde 1996 importaron heroína y marihuana a EEUU con operaciones en Durango. El gobierno estadounidense congeló los bienes que la familia poseía en ese país. Su actual líder es José Luis Cabrera Sarabia. Esto, tras el arresto de Felipe y su extradición a EEUU en 2015.
Alejandro asumió el liderazgo momentáneo hasta que fue detenido en 2013; mientras que Luis Alberto fue abatido en 2012 en un enfrentamiento con el Ejército ocurrido en Durango. Para 2018, la Secretaría de la Defensa Nacional acusó a seis de sus agentes de proteger a este grupo. Un ejemplo de la corrupción fue cuando, en dos ocasiones, los soldados detuvieron a gente de Los Cabrera y los dejaron ir a cambio de 100 mil pesos, y solo les requisaron vehículos, armas y droga.
También está el Cártel del Poniente o La Laguna, cuyas actividades delictivas serían en Durango y Chihuahua. En 2017 las autoridades detuvieron a otros dos presuntos líderes de ese grupo. Uno identificado como Ricardo Benjamín “N”, acusado de secuestro y homicidio, y una mujer de nombre Cynthia Guadalupe Alvarado Campa, llamada La Potra, quien había pertenecido al desaparecido Grupo de Armas y Tácticas Especiales (GATE) de Coahuila y había escalado posiciones en el grupo criminal hasta convertirse en la segunda al mando.
Uno de sus operadores, Francisco Centeno Vela, alías El Negro y/o La Barredora, recibió condena definitiva por delincuencia organizada en el sexenio de Peña Nieto.
En el resurgimiento de Caro Quintero se identifica a un grupo autodenominado como La Barredora 24/7, comandado por el R Rodrigo Páez Quintero, sobrino del Narco de Narcos, y Jesús Darío Murrieta Navarro, alias Cara de Cochi, todos agrupados en el Cártel de Caborca. Esto, en Sonora, donde Páez Quintero operaría con Los Páez.
El brazo armado de los Chapitos en el desierto de Sonora son los llamados Durangos/Cazadores, liderados por José Bibiano Cabrera Cabrera, alias El Durango, quien presuntamente murió al estallar una granada en la camioneta que viajaba a mediados de septiembre pasado.
También está la célula comandada por Alfonso Arzate García, El Aquiles, quien disputa el territorio fronterizo de Tijuana a Pablo Edwin Huerta Nuño, El Flaquito, líder de una célula asociada con el histórico Cártel de los Arellano Félix que data de 1980 en la ciudad. Arzate García también confronta al CJNG en aquella región.
La banda de El Tigre, opera en con células en Baja California, está comandado por José Antonio Soto Gastélum y Armando Robles El Patotas. Se le asocia con el tráfico de migrantes chinos y brasileños. Bajo el mando de Soto Gastélum opera también la célula conocida como “Los R4” que se disputa territorio con el Cártel de Tijuana Nueva Generación.
Mientras que Los Artistas Asesinos pelean el control de los reclusorios en Ciudad Juárez, son conocidos también como Doble A. En esta ciudad igual operan Los Mexicles, pandilla de asesinos a sueldo que operan con una estructura militar, están formados por algunos migrantes deportados de Estados Unidos. Antes de trabajar para el Cártel de Sinaloa se dedicaron al robo de vehículos, asalto a comercios y extorsión.
En Sonora y en la sierra de Chihuahua están identificados Los Salazar. Controlan la siembra, producción y trasiego de droga hacia Arizona, en EEUU, así como el tráfico de migrantes. Fueron encabezados por Adán Salazar Zamorano, conocido como Don Adán, detenido en 2011 y extraditado a Estados Unidos. Sus hijos Jesús Alfredo y Adán Salazar Ramírez también fueron parte de la estructura criminal. El primero fue detenido en noviembre de 2012 y dos años después extraditado a EEUU.
Actualmente el grupo es liderado por Crispín Salazar Zamorano, hermano de Don Adán. Este grupo está vinculado con el asesinato de la periodista Miroslava Breach, en marzo de 2017.
Vinculados a Los Chapitos están Los Chimales, grupo armado liderado por Francisco Javier Zazueta Rosales alias Pancho Chimal, jefe de plaza en Culiacán. Recapturado en febrero de 2017, se fugó un mes después junto con Juan José Esparragoza Monzón El Negro y otros tres hombres del penal de Aguaruto.
En el enfrentamiento contra Los Ninis estarían Los Rusos, esta última facción dirigida por un sicario bajo el mando de Ismael, el Mayo Zambada, al que apodan El Ruso y respondería al nombre de Miguel Ángel Gaxiola y/o Jesús Alejandro Sánchez.
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